Maestros vidrieros de Cadalso ( y II )
Los maestros vidrieros que trabajaban en ambos hornos eran
Manuel de Arenas, Isidro de Rozas, Francisco Santillán y José López de Salas.
Sus jornales eran de ocho reales, cantidad superior a la que por aquella época
podía cobrar un maestro artesano.
Durante este tiempo, junto a los maestros vidrieros
trabajaban en los dos hornos de Cadalso, nueve oficiales que percibían un
jornal de seis reales, cuatro tomadores que ganaban cuatro reales y dos
aprendices con un jornal de tres reales.
Años más tarde los vidrios de Cadalso comenzaron a decaer,
ya no tenían esa perfección que alcanzaron en los siglos anteriores, a pesar de
que los productos para su fabricación mejoraron en calidad.
Como muestra de esta decadencia sirve este párrafo de Alzola
y Mimondo en relación a la Exposición Universal de Barcelona de 1888 en la cual
ya se puso de manifiesto la diferencia de nuestros vidrios con aquellos otros
de procedencia extranjera con gran representación en dicha exposición.
Deplorando todos los amantes del arte español que no se
hubiera repuesto aun nuestra industria de su largo periodo de decadencia en una
nación que produjo en Barcelona, Mataró, Almatret, Cadalso y La Granja aquellas primorosas copas o beyres
que no cabe distinguir de las procedentes de Murano.
A partir de la segunda década del siglo XIX, los hornos de
Cadalso pertenecieron a Ramón Sáez y más tarde pasaron a sus hijos hasta los
primeros años del siglo XX
Era Don Ramón Sáez ( Más sobre Ramón Sáez ) un hombre activo y muy emprendedor, tanto
que llegó a comprar la fábrica llamada “El Arantillo”, sita en la Corredera.
Más tarde mando edificar otro horno en la calle de Santa Ana, dejando un poco
abandonado el de la Corredera que sólo funcionaba cuando tenía algún problema
el de Santa Ana. Este horno es el único que ha llegado hasta nuestros días
aunque en ruinas, también es cierto que fue el último en dejar de funcionar a
primeros de los años 20 del siglo pasado.
Durante este periodo los hornos de Cadalso se limitaron a
producir casi exclusivamente objetos de carácter utilitario, pero también es
cierto que algunos de ellos eran de gran belleza. A esta época pertenecen la
mayoría de objetos que hoy en día se reparten por algunas de las casas de
Cadalso, son piezas sencillas como botellas, vasos, frascas para tabernas,
tubos de quinqués, bombillas, etc, destacando los famosos pisapapeles con
incrustaciones de colores y otros con figuras como el Cristo del Humilladero.
Ruinas del horno de Santa Ana y algunas de las piedras que servían para moler el vidrio roto.
Las ruinas del horno de la calle de Santa Ana todavía se
conservan en un gran corral en el que se mantienen algunos edificios medio en
ruinas y algunas piezas que fueron utilizadas en dicha fábrica, como ejemplo las piedras donde se molía el vidrio que se rompía en el transporte y el usado que
se compraba para fundirlo y emplearlo de nuevo en la fabricación.
Enlace: Maestros vidrieros de Cadalso ( 1ª Parte )
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Enlace: Maestros vidrieros de Cadalso ( 1ª Parte )
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Una vez más nos vuelves a sorprender con estas historias sobre nuestro vidrio y nuestro pueblo.
ResponderEliminarUn saludo
Inés
Cuando la historia está llena de momentos y personajes, como sucede con Cadalso, en muy fácil documentar cualquier escrito.
ResponderEliminarUn saludo
Pedro