EL HUERTO DE PIEDRAESCRITA. CENICIENTOS
Cenicientos es tierra de labradores, es lugar de campos de
vides y huertos, de arte y cultura, de sensaciones y huellas del pasado.
Cenicientos es muchas cosas, y sólo hace falta darse una vuelta para
sentir la huella del pasado en sus huertos y en esa Piedra Escrita, que los
siglos y la historia ha querido dejar como muestra de otro tiempos y otras
civilizaciones.
A la vera de Piedra Escrita y con ese fondo tan natural y
corucho que es la Peña, este huerto pervive a los años y tal vez a los siglos,
es un legado que se mantiene vivo, que nos ayuda a comprender y a valorar otras
culturas y otras formas de vida.
"El huerto era de mi suegro, una gran persona y muy
trabajador, yo le he seguido sembrando cada año y arreglando un poco la viña.
Ahora me ayudan mis hijos, hemos arreglado la pared antigua, y poco a poco con
piedra que traemos de la cantera de Cadalso estamos alargando la pared para que
el agua del arroyo no inunde el huerto en invierno."
Estas palabras me las refiere Pedro "El Bicho", un cadalseño que
como otros tantos se casó y echó raíces en Cenicientos. Junto a él paso
agradables momentos, hablamos del abandono del campo, de lo mucho que
trabajaron otras generaciones y del incierto futuro que tienen estos huertos y
viñas, y todo bajo un sol que por estos días de verano calienta como nunca.
Más tarde, con la ilusión y el orgullo de saber que su
trabajo está dando resultados, Pedro me va mostrando uno a uno los canteros, en
este los calabacines, en este otro las coliflores, los tomates este año valen
poco, pero de sabor están cojonudos.
Pimientos, acelgas, tomates, judías, de todo va pasando ante mis ojos y de
todo se siente satisfecho Pedro, y no le falta razón porque el huerto está que
entra por los ojos, llena la vista con los colores sanos y con la fuerza y
sensación de frescura que nos produce este oasis en medio del agostado campo de
Cenicientos en estas fechas veraniegas.
Pedro, azadón en mano cava y mima cada planta de su huerto, se conoce cada pequeño tomate que comienza a crecer, sabe de este o aquel perjudicial insecto que podría dañar la planta, es todo un experto y disfruta con su trabajo, esfuerzo y dedicación al huerto. "Esto no lo puedes dejar ni un día, aquí estoy desde las seis de la mañana los fines de semana y los demás día por la tarde, y menos mal que me ayudan mis hijos, que si no..."
Un calabacín crece junto a una flor de amarillo intenso de
la que nacerá otro, el agua del arroyo de Navalaviga es la vida de
este huerto, el trabajo de Pedro combinando el agua, la tierra, el
abono y la sensibilidad es el éxito de la maduración de la plantación, es la
satisfacción del trabajo bien hecho y el futuro para que estos huertos
familiares continúen al pasar de los años.
Muchas
gracias Pedro por haberme hecho partícipe de tu trabajo y
de esos momentos que juntos hemos pasado en este huerto de tu suegro, que
cada año brota junto a Piedra Escrita en Cenicientos.
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
ResponderEliminarMari Carmen López ha dejado un nuevo comentario en su entrada "El huerto de Piedra Escrita en Cenicientos":
Qué bien que haya gente que cuida y trabaja el campo, con lo bueno que está todo!!!!!
Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "El huerto de Piedra Escrita en Cenicientos":
ResponderEliminarque buen día pasamos. Pero cabeza hueca es una calabaza no un calabacín. bs luisi
Pues eso una calabaza. Yo sabía que era de la familia de las cucurbitáceas.
ResponderEliminarAnónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "El huerto de Piedra Escrita en Cenicientos":
ResponderEliminarTodo es belleza y sencillez en los lugares y el las personas que conocemos a través de tu blog.
Gracias otra vez.
Inés
Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "El huerto de Piedra Escrita en Cenicientos":
ResponderEliminarInteresante este huerto de Pierdraescrita y un recuerdo para Pedro Bicho.
Mariano
Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "El huerto de Piedra Escrita en Cenicientos":
ResponderEliminarInteresante este huerto de Pierdraescrita y un recuerdo para Pedro Bicho.
Mariano