Hace unas horas me han comunicado el
fallecimiento de Miguel. Llevaba unos días no muy bien, pero creo que todos
pensábamos que lo superaría, no ha sido así y desde este momento una honda pena
se ha apoderado de mí.
Ahora, cuando la persona querida se ha ido, cuando la
tristeza es tan inmensa y los recuerdos
de tantos momentos pasados junto a él me llenan los ojos de lágrimas, es cuando
te das cuenta de la generosidad y amistad que infundía Miguel.
Miguel era un hombre tranquilo, sencillo, enormemente
generoso y noble, era ese tipo de personas que te inspira confianza, que
siempre está en su lugar y que jamás te niega su ayuda. No había vez que al
solicitar su ayuda, notara cualquier muestra de ausencia y si de generosidad
para ayudar en cualquiera de la tarea encomendada.
Sus manos eran verdaderas herramientas cargadas de arte,
siempre dispuestas a producir, aprovechar o reparar todo lo necesario con la
energía de un cerebro cargado de talento, entendimiento y juicio. Muchas fueron
las cosas que Miguel me arregló, muchas fueron las horas invertidas en ello, y
muchas fueron las situaciones que tuve la gran suerte de compartir con él en su
garaje junto a sus herramientas y mente clara.
Amigo Miguel, habíamos quedado para este verano, cuando ya
no hiciera frío en el garaje, para arreglar un viejo cazo al que el asa se le había
desprendido, pronto llegará el verano y el calor, pero tú amigo del alma nos
has dejado, me has dejado y ya no podré acudir a ti para tantas cosas, ya no me
contarás tu mili y aquel Camino de Santiago que un día con tu escuadrón del
Regimiento de Caballería realizaste en coches junto a tus compañeros. Ya no te
veré en el Pope, en el Hogar, en las calles de Cadalso, ni en la cocina de
tu casa preparando el zumo de naranja y el sandwich de quesito para esa flor
que tanto has cuidado durante toda su vida, y tantas y tantas cosas, pero siempre te veré en nuestros
recuerdos y en mi hoy triste corazón habrá un lugar para ti en el mejor de su
rincón.
Miguel, que suerte van a tener en el cielo cuando llegues,
todo lo estropeado, que seguro que lo hay después de tantos siglos, te lo
encomendarán para que lo hagas funcionar, y estoy seguro que lo conseguirás,
porque sólo tú con tu ingenio sabes encontrar la pieza que todo necesita, y tal
vez dado tu generosidad también actúes como un ángel en este mundo que tanta
amor y altruismo necesita para ayudar a los demás y dar las cosas propias sin
nada a cambio, yo como siempre estaré ahí esperándote.
Pedro.
Me ha sorprendido la noticia del fallecimiento de Miguel, un hombre esencialmente bueno, apacible, juicioso, amigo del bien y del equilibrio entre las personas. Un hombre que pese a los reveses que la vida, de manera injusta, le regaló, siempre fue capaz de sonreír, a la vida y a sus paisanos, se nos va una gran persona. Descanse en Paz.
ResponderEliminarMis más sentido pésame a Mila, Miguel y María.
Balta
Poco se puede añadir a esta preciosa, merecida y emotiva semblanza (elegíaca-necrológica) que ha creado Pedro en homenaje a este pariente-primo de mi madre y, por ende, de servidor. Desde chico mi madre me hablaba de él y sus hermanos. De cuánto la querían y les quería. No llegué a conocerle tanto como Pedro, pero le apreciaba -como a sus hermanos- hasta la admiración. Y esta es una de esas ocasiones en las que no acierto a explicar mi emoción. Se me desborda en la intimidad de mi corazón porque supongo que, por decir algo, ese es el lugar donde nacen los más bellos sentimientos de los humanos. Allí brota la memoria que es la gratitud que guarda la persona al ser querido desaparecido.
ResponderEliminarSu mirada era bondad. Y la expresaban sus labios con una sonrisa conmovedora que era una permanente caricia a todo aquél que era destinatario de ella, que éramos todos. Su permanente expresión era de felicidad, de solidaridad, de amor... Y te lo daba todo nada más verte, nada más sonreírte. Como si viniera a cambiar su ternura por tu abrazo o por una caricia tuya sobre su hombro.
Sus destellos luminosos, miles de ellos, seguirán dando lustre y brillo a las calles de Cadalso el Día del Cristo. Ahora el regalo de sus caricias satisfechas nos hacen mejores a todos. (Miguel Moreno González).
“Otro gorrión que se ha despedido, otro rincón más que queda vacío, otra senda más que el verde ha borrado, otro árbol más que se ha derrumbado, otra sombra más que ya no cobija, otra fuente más que ya es sed y no agua, otro mañana sin esperanza, otra libertad más que roba el espacio, otro fruto mas que me roban del huerto. Otro ejemplo más que desaparece. Otro corazón más roto. Otro amigo más muerto, roto por querer, roto y parado…” (Patxi Andión).
Mi mas sentido pesame ala familia de miguel.y la sorpresa de ver a mi hermano victor fallecido hace 2 años, compañeros de juego que dios los tenga en su gloria.Pedro muchas gracias por todo, no te imaginas el bien que haces por nuestro pueblo y por todos los cadalseños, gracias de nuevo.pili de canarias.
ResponderEliminarSin conocer al señor Miguel, me ha emocionado profundamente la manera en que le describes, generoso, arreglando cosas y con un espíritu altruista, sencillo y entregado.
ResponderEliminarLas personas permanecen con nosotras mientras las recordamos, y este noble corazón seguirá contigo durante mucho tiempo, Pedro.
Descanse en paz, mis condolencias para toda la familia y amigos.
Saludos.
(soy la hija de Conocer Madrid).
Peinan canas y triunfos que, tiene el hombre en ese pelo, un aire a Ochoa.
ResponderEliminarUna pena.
Saludos