martes, 25 de octubre de 2011

La bodega de Daniel

Dónde vas con tanta prisa? ….pasa y tómate algo que las prisas no son buenas.

Ahora no puedo, voy a correos.
Pues a la subida….
Vale, aunque acabo de desayunar..
Ya ves, no te decía yo que este vino está cojonudo, es eso.. vino sin química.

Y juntos bebemos.

La bodega de Daniel es pequeña pero en ella se encierra ese gusto por lo antiguo que ya casi está desaparecido, nada de lujos, que aquí todo se realiza como se hacía hace muchos años y esto es lo que le da un toque de placer por vivir momentos de los de antes.

Aquí solo entra la uva garnacha que madura en su viña del Aguadero, es pisada como hace muchos años y fermenta en las tinajas de barro que siempre han existido en tantas bodegas cadalseñas, más tarde con los primeros hielos habrá que correrlo y pasarlo a otra tinaja donde reposará hasta ser consumido.


Hoy cuando la hegemonía hace estragos en todos los pueblos e incluso en todos los países, que poco a poco van viendo como sus ancestrales costumbres se van perdiendo a favor de una homología que hace que todas las cosas se vayan pareciendo cada vez más y cuando la equivalencia y la semejanza no solo entre las costumbres sino hasta en las propias formas de vida contribuyen a que todo sea igual independientemente del lugar en que nos encontremos, surge como salida de otro tiempo la bodega de Daniel.


Las tinajas, la prensa, el lugar y todo lo que aquí se respira huele a pasado y a antiguos tiempos cadalseños, hasta el corral se mantiene piedra a piedra y como queriéndose agarrar a la vida y al futuro, esta parra que la casualidad quiso que un día prendiera en el suelo yermo de este antiguo y pobre corral, pero vivo en el tiempo y lleno de un pasado mucho más esplendoroso para las viñas y sus cepas que el actual, parece que intenta decirnos la importancia que un día tuvo.


Vinos fuertes, de alta graduación y con mucho cuerpo se elaboran en esta bodega, son vinos sanos, jóvenes, alegres y aún conservan ese aire de lo nuestro que estamos perdiendo a medida que los años pasan.


Dejarse llevar por la voz de Daniel que te invita a pasar y tomar un vino, acariciar con la mirada una de las pocas bodegas que aún hacen vino en nuestro pueblo, sentir ese olor a vino de siempre y saborear allí mismo un vino de la cadalseña garnacha, son hoy en día placeres que se unen en uno solo, sentir la vida.

Y quién sabe si dentro de unos años se cobrará por entrar en estas bodegas y ver estas imágenes que ya hoy nos parecen de museo, por respirar y oler, y no digamos por paladear uno de sus más preciados vinos a través de los tiempos, el tinto de garnacha, o tal vez tengamos la mala suerte de ni siquiera poder sentir todo esto aún pagando y todo porque es muy posible que en un futuro que está prácticamente a la vuelta de la esquina las bodegas de siempre hayan desaparecido y solo sean un recuerdo del pasado cadalseño. Esperemos que no.

A Daniel, siempre listo para invitar a un vino de su cosecha.



Zorro Corredero

Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

5 comentarios:

  1. Ole por Daniel por seguir manteniendo la tradicion cadalseña de hacer el vino en su bodega artesanal ... Loren

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  2. Daniel sigue asi y a ver cuando nos dejas probar tu vino.

    Mariano

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  3. haber cuando nos vemos por el pueblo,y tomamos un vaso de ese buen vino que haces, un saludo para mi quinto, de Alfonso, desde zaragoza y un saludo tambien para el zorro,que sigas como hasta ahora asi estaremos informados por lo menos los que estamos fuera de cadalso,un abrazo Alfonso.

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  4. Acabo de probar el vino de la bodega de Daniel "Calores", que me trajo mi hija este verano, y no veas como está. Gracias a Daniel, Víctor y Celito, que siguen la tradición de cosechar el vino en las antíguas bodegas. Para todos un fuerte abrazo y en especial para tí Pedro por los buenos reportajes que haces. EMILIO desde Valencia.

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  5. Eso, que vivan todos los que aún tienen la gracia y la valentia de hacer vino en un pueblo donde todo cada dia es mas de fuera y se destruye todo lo nuestro.

    Cadalseña.

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