Justo cuando el sábado pasaba el testigo del día al domingo la luz se apagó y en un segundo todo quedó en la oscuridad y en la nada. Media hora fue lo que duró el apagón que dejo todo Cadalso en la más triste oscuridad a excepción de un trozo entre la Corredera y el Piquillo, y en estos breves paro largos minutos se nos vino abajo la vida con todos esos medios que no hace falta nombrar y que nos hacen sentirnos llenos e importantes cada día.
Pero el ser humano enseguida sabe que lo importante no son todos los artefactos que nos rodean y nos ayudan a vivir mejor, que creemos, sino simplemente la luz, sí esa luz que solo sirve para saber que estamos ahí y somos vistos, entonces aparece esa pequeña llama que ilumina nuestro entorno y nuestra vida y que nos ayuda a volver a ser, es la luz de una vela, tan antigua y tan olvidada por su simpleza pero que a pesar de los siglos sigue en nuestras casas para con su luz volver a sentir lo que la oscuridad nos quita.
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Si es que en Cadalso es raro que no pase eso, pero de vez en cuando esta bien para apreciar lo importante que es tener luz y lo poco que lo valoramos, como casi todas las cosas.
ResponderEliminarUn beso,
Ya se encargó la Guardia Civil de iluminar las calles con sus luces azules. Insultantes controles en dos puntos del pueblo...
ResponderEliminar