miércoles, 29 de septiembre de 2010

Las uvas de colgar


   Se eligen los mejores racimos......

Una de las costumbres con más tradición en esta época de otoño y ya cerca de la vendimia, es la recolección de un tipo de uva blanca que en Cadalso se ha venido denominando como uvas de clase o “chelva”. En tiempos pasados también existía otra variedad de mayor tamaño y gran vistosidad que aquí llamaban, simplemente “colorás” por su llamativo color rojo, y que en la actualidad está prácticamente desaparecida.



   Comprobando que sus uvas está sanas y maduras.

En cada viña no faltaban unas pocas cepas de estas variedades, que destacaban del resto por ser la hoja algo blanquecina y que no tenían otra función que ser las encargadas de producir las uvas que en cada casa se comían como postre, dado su apreciado sabor y presentación.


depositándolas cuidadosamente en la cesta.....


También era y aún hoy sigue siendo una tradición muy arraigada en los cadalseños, la costumbre de colgar estas uvas en los lugares más frescos de las casa, como pudieran ser las despensas o desvanes. Primero se elegían los racimos más buenos y a ser posible sin estar mojados, ya que la humedad era síntoma de que con el tiempo pudieran pudrirse, cosa que ocurría en muchas ocasiones, luego se transportaban a casa en sus cestas de mimbre y se ataban con una cuerda de bramante los racimos de dos en dos eligiendo los más grandes y vistosos para poder colgarlos de los antiguos ganchos de la matanza, de clavos en los cuarterones de pino del techo o de un palo colocado para tal fin, normalmente en el desván.

para una vez en casa atar con una cuerda un par de racimos y listas para colgar....

Y así sin más, las uvas quedaban listas para su conservación y aprovechamiento como postre durante los duros y fríos días de invierno, y nunca faltaban en ninguna casa aquellas cuerdas de uvas, que así se llamaban y se siguen llamando, quién no recuerda aquella frase de….anda bájate una cuerda de uvas, uvas que podían llegar a durar meses y que también eran utilizadas en Nochebuena para tomar con las tradicionales y festivas doce campanadas de fin de año.


en la despensa aprovechando los antiguos ganchos de la matanza......

Estas uvas, una vez colgadas van adquiriendo una rugosidad y un dulzor único, que las hace muy apetecibles y apreciadas, pudiéndose comer con las famosas migas de pastor, con queso, de ahí el dicho popular de…”uvas con queso saben a besos”, o simplemente con un trozo de pan, siendo un manjar en cualquiera de los casos.


y en el desván donde a partir de ahora estarán más frescas y se conservarán mejor durante todo el invierno....


    estando listas para comer en cualquier momento....

Esperemos que esta vieja y gastronómica costumbre no se pierda con el tiempo, y las casas cadalseñas sigan luciendo en sus desvanes las cuerdas de uvas, colgadas para deleite de nuestra vista y nuestro paladar, pero sobre todo por satisfacción propia y amor hacia una antiquísima tradición tan popular y entrañable entre nuestros antepasados en nuestro pueblo desde hace siglos y que se ha ido transmitiendo de padres a hijos al pasar de los años y hasta de los siglos.


y los cencerrillos extendidos sobre papel, no de periódico como antes, para consumir las primeras.

Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

Enlace: la vendimia en Cadalso
http://zorrocorredero.blogspot.com/2009/09/la-vendimia.html

4 comentarios:

  1. Yo recuerdo la casa de mi abuelo con las uvas colgadas todo el invierno y lo ricas que me sabían.
    Hoy ya no se cuelgan y tampoco tenemos uvas.

    Gracias por traerme estos bonitos recuerdos.

    Antonio

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  2. Que buena pinta tienen esas uvas, ya las probaré cuando vaya por Cadalso.

    Besos.
    Inés

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  3. buenas uvas las de la foto,pero coincidiras conmigo con las de albillo,casi extintas desgraciadamente.1 saludo.Paquitopirata.

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  4. Razón tienes querido Paco, las de albillo no son nunca superadas en sabor y textura pero también es cierto que duran poco y las chelvas meses y meses.

    Un abrazo.
    Pedro

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