Membrillos
De niño nos alegraba la llegada del otoño por algunos de los frutos que en esa estación se producían en los huertos de Cadalso. Los membrillos, acerolas, azufaifas y granadas, eran nuestros favoritos y a su degustación nos entregábamos con un placer propio de la infancia. Hoy ya nada es igual, los niños nos hicimos mayores, los gustos cambiaron, y los membrillos escasean en nuestros campos, no digamos las granadas, y todavía peor las acerolas y azufaifas. Pero como algo queda, siempre por estas fechas, volvemos a sentir la infancia en el reflejo de este fruto tan nuestro, los membrillos. Buenos días Cadalso.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Que ricas las acerolas
ResponderEliminarPilar Calvo Villarín
Ya lo dijo Pablo Neruda: "Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos..."
ResponderEliminarY que razón tenía Pablo, amigo Miguel.
ResponderEliminarPilar Calvo Villarín pero no hay
ResponderEliminarRosa Merchan
Buenos días
ResponderEliminarRosa Merchan
Rosa Merchan no creo yo no las he visto
ResponderEliminarPilar Calvo Villarín
Mi hermana compró uno en el vivero y lo tiene en Mallorca y las da muy gorditas
ResponderEliminarPilar Calvo Villarín
Que ricas
ResponderEliminarRosa Merchan
Que Buenos
ResponderEliminarPilar Diaz Recamal
Buenos días Pedro feliz Martes un saludo
ResponderEliminarAurora Ferrera
ResponderEliminarMembrillo y granadas lo he comido, las acerolas y azufaifas no las he probado. No sé si me gustarán, el madroño lo probé este año y vaya si me gustó Pedro
Buenos días grupo 😘
Chelo Villarin Recio
Todos buenos majares pero es cierto que han desaparecido
ResponderEliminarMariano
Pues yo mañana si Dios quiere voy a hacer membrillo y granadas también tengo
ResponderEliminarMaria Gloria Zamorano Gomez
Buena pinta tienen esos membrillos de Cadalso.
ResponderEliminarCarmen.
Azufaifas no conozco
ResponderEliminarni sé de las acerolas.
Pero al membrillo conozco
engordando entre amapolas.
Árboles en crecimiento
ResponderEliminarsoportan mal los hachazos.
y así en su desvalimiento
se producen los rechazos.