CADALSO: QUINTOS(AS), TOROS Y TOREROS, por Miguel Moreno.

 CADALSO: QUINTOS(AS), TOROS Y TOREROS

(A mis quintos(as)les dedico este escritito cuando están a punto de comenzar las Fiestas del pueblo que nos parió. Ninguno olvidamos ese compañerismo que se refugia emocionado en nuestro sentimiento cadalseño. El recuerdo de los que partieron nos abraza. Quizá su abrazo no solucione nuestros problemas, pero lo necesitamos para seguir sin ellos)  

A mis abuelas siempre les oí contar que la tradición taurina de Cadalso viene de muy antiguo, anterior incluso a cuando traían los toros en manada desde la sierra de Lancharrasa por la cañada del Calvario hasta La Torrecilla y desde allí, acompañados de los mozos, bajaban rápidos por la calle San Antón y adyacentes hasta La Corredera donde eran lidiados durante las tardes de nuestras fiestas septembrinas. En aquellos festejos, con toros autóctonos, se daban cita toreros famosos como Domingo “Dominguín” (padre de Luis Miguel, que también lidió en Cadalso en 1950), Domingo toreó como sobresaliente el 14-09-1916, Marcial Lalanda, Pablo Lalanda, “El Estudiante”, Paquito Muñoz, Jerónimo Pimentel, Antonio Bienvenida, Gregorio Sánchez, que vistió su primer traje de luces en nuestro pueblo allá por el año 1947 actuando de sobresaliente, Paco Camino, “Antoñete”, J. Aparicio, César Rincón, Enrique Ponce… También los rejoneadores Álvaro Domecq, Juan Belmonte (intervino de rejoneador en 1945), Diego Ventura, Mariano Rojo… No obstante, la mayoría eran héroes anónimos que nunca alcanzaron la gloria, todos perdieron su juventud en el intento y algunos, incluso, inmolaron su vida sobre la dura y candente arena de nuestros ruedos. 

Los cadalseños de entonces olvidaban en las Fiestas tristezas propias (¿cuándo sino?) y eludían las toreras (¡pobres torerillos, tan solos!). Llegaban a los toros felices: ellos con sus blusones oscuros y sus calabazas de vino, ellas con sus largas sayas y sus abanicos chillones; los niños, en cambio, llevaban martillos de caramelo comprados a los tostoneros de la plaza del pueblo y, todos juntos, llenaban las hermosas balconadas de madera de nuestra emblemática Corredera con una alegría sincera adornando sus rostros, ¡cosas de los cadalseños! Existen fotos, entre taurinas y bucólicas, que son testigos elocuentes de aquellos tiempos pretéritos. Una de ellas, adornaba una pared del taurino Bar López y otra, editada en un libro dedicado a los fotógrafos Baldomero y Arguayo, inmortaliza a los asistentes a un herradero en la finca del ganadero local Ricardo Sáez. Todos miran fijos a la cámara, el niño menos, con fondo de montañas en un diciembre frío de 1924.  

    Mis recuerdos se remontan a aquella plaza con talanqueras de madera olorosa que vino a sustituir a la de La Corredera. Empezaba a construirse en el sitio conocido como “La Cooperativa” a finales de agosto (justo sobre el terreno que el resto del año servía como campo de fútbol, algo inclinado, es cierto, pero con un atractivo especial) y para el 14 de septiembre ya estaba lista para albergar los festejos taurinos: Tres Magníficas Novilladas Sin Picadores y un Extraordinario Festival Taurino Benéfico, rezaban aquellos carteles. Mi padre me llevaba “debajo del tablao” y entre los maderos, a ras de tierra y en primera fila, la visión de las piernas temblorosas de los toreros con sus vestidos de torear sin brillo, sin apresto, sin luces, con colores desvaídos y con restos de sudores de miedo que no huelen, pero que se sentían recorriendo la plaza, sobrecogían mi inocente ánimo infantil. 

Todo aquello ofrecía una perspectiva inédita del toreo que ya no volví a percibir a lo largo de mi vida de aficionado. Las piernas toreras enfundadas en sus taleguillas remendadas, daban a aquellos hombres un aspecto de desamparo que se irisaba dulcemente en la mirada comprensiva y melancólica de mi padre y que yo nunca podré olvidar. Esa plaza de madera se sustituyó en 1965 por una portátil. El primer festejo que acogió la nueva plaza fue una novillada con picadores, aconteció el 14 de Septiembre de dicho año y se corrieron cuatro novillos, cuatro, de Sánchez Arjona (Salamanca), que estoquearon -mano a mano- los figuras de la novillería: José Luis de la Casa y Gabriel de la Casa. Desde entonces, y cuando ya septiembre comienza a tener cielos encantadores, tiene lugar en Cadalso una importante feria de novilladas con picadores a las que concurren siempre los novilleros punteros del momento que se disputan el prestigioso Trofeo “Villa de Cadalso-Racimo de Oro”; muchos de ellos, ya matadores, llegaron -y siguen llegando- a lugares privilegiados en el grado superior. Como anécdota recuerdo ahora lo que pasó en una de las novilladas, creo que de la feria de 1970. El novillero Carlos Escolar “Frascuelo”  (excelente e incomprendido matador de toros) y la Guardia Civil, abatieron éstos y descabelló aquél, un serio novillo toledano de "Quintana" que, sin mediar permiso de la autoridad y sin que el tiempo lo impidiese, abandonó la plaza de manera violenta y engreída, para marchar raudo y algo casquivano camino de “Los Barrancos”. Es nostalgia de prados y amores, musitó alguien que le vio pasar veloz por La Sangre. 

Además de las referidas novilladas y, aunque no con la misma regularidad de éstas, se celebran interesantes corridas de toros que estoquean matadores con desigual ubicación en el escalafón y en nuestro corazón. Las clasificaciones del sentimiento hay que leerlas despacito empezando por abajo, las demás se leen sin esfuerzo comenzando por arriba. Eso si, a diferencia de los utreros, los cuatreños que hasta ahora han saltado a nuestro redondel no han tenido inquietudes pedestres. Desconozco si poseen otras…   

En 1990 se inauguró la plaza de toros actual, está enclavada en el mismo lugar que las anteriores. Es muy cómoda, bonita y funcional, posee buen alumbrado eléctrico y tiene capacidad para más de 4000 espectadores. Nació portátil pero diversas obras la  convirtieron en fija dotándola de todo lo imprescindible para la celebración de cualquier tipo de espectáculos -sean o no taurinos- equiparándose de este modo a las de mampostería. Pero el paso del tiempo la va dejando obsoleta y anticuada. Se estrenó con una novillada picada el  14 de Abril, los astados pertenecieron a la ganadería local de Sotillo Gutiérrez y fueron lidiados por los novilleros punteros de entonces: Antonio Posada, Fernando Cámara y Martín Pareja Obregón. 

    Dato importante es que en Cadalso de los Vidrios han existido hasta seis ganaderías de bravo, a saber: Hermanos Muro, Paulino Alcázar, Ricardo Sáez, Abad Hermanos, Sotillo Gutiérrez y Hermanos Rojo; ésta última, creo que es la única que nos queda, pasta en la finca “Las Erillas”. El albergar estas vacadas lógicamente conllevó que muchos vecinos, de una u otra manera, estuvieran íntimamente relacionados con el toro de lidia y que les fuera anidando una afición fundamentada en el conocimiento de este bello animal. No obstante, esta proliferación de ganaderías no influyó en la aparición de afamados toreros. Destaca el caso de José Castrejón, que recibió la alternativa en América (Arequipa –Perú-) y alberga la pasión torera en lo más íntimo de su fuero interno cadalseño. Era torero de sentimiento y cuando le oyes hablar de sus años en activo compruebas que la emoción torera le desborda el corazón. Los casos de Paulino Fernández "Paino", José Luis Sánchez “Zoílo”, Ricardo Arruza, “El Platanito Cadalseño”, Miguel Álvarez, “El Cadalseño”, Vicente Sánchez, “Chirro”… no pasaron, por unas u otras causas o simplemente por falta de fortuna, de intentos ilusionados y entusiastas por abrirse camino en este dificilísimo mundo del toro. Sí teníamos un torero a caballo que confirmó con triunfo (una oreja) su alternativa en Las Ventas en plena Feria de San Isidro de 2013. Mariano Rojo Sánchez fue un gran rejoneador que allá donde actuaba dejaba el pabellón torero y cadalseño en lo más alto.

La ilusión rebrota de nuevo en esta temporada 2024 en la que contamos con dos novilleros sin caballos que “son de Cadalso y vienen arrollando”, que diría nuestro noble, bueno y admirado Ricardo Arruza. A Roberto Cordero González y a Samuel Castrejón Obiang se les atisba un futuro muy ilusionante y prometedor, el cual provoca que la afición cadalseña espere gozosa la eclosión futura de estos dos jovencísimos toreros y conquisten el prestigioso XXIV trofeo “Villa de Cadalso” (XXI Racimo de Oro). El próximo 16 de septiembre actuarán en nuestra plaza. Cadalso se prepara ilusionado a vivir un día intenso y especial en el que brotará a raudales esa emoción que distingue a la gente de este lugar desde tiempo inmemorial. El sentimiento y la melancolía de nuestros antepasados -y la nuestra propia- se fusionarán en nuestra vetusta y entrañable plaza de toros haciendo brotar en nuestro espíritu la emoción. 

Sigue existiendo de manera relevante una larga cadena de aficionados cadalseños. Sus eslabones son los encargados de transmitir a las nuevas generaciones esa afición pura y auténtica que permanece en ellos casi incólume y a salvo de modas pasajeras, organizaciones activistas y bastardos intereses comerciales. Inteligentemente han creado la Asociación Taurina Cultural, “Cadalso”. En ella promocionan incansables la cultura de la Tauromaquia y los valores humanos de nuestro pueblo en forma de coloquios, conferencias, clases prácticas, visitas a ganaderías… Sería interesante que colaboraran con dicha Asociación la empresa taurina de turno, los aficionados, nuestros representantes locales… Que todos reflexionaran primero y trabajaran después sobre la tarea, nada baladí por cierto, de mantener la categoría alcanzada por la Monumental Metálica dentro del Planeta de los Toros. Nuestra comarca taurina, nuestra plaza, nuestra tradición, nuestra admiración por el toro y la lidia íntegra, así lo merecen. Toda persona es responsable de todo el bien que hizo…

                       Miguel MORENO GONZÁLEZ