FIESTAS
DE SAN JUAN EN ROZAS DE PUERTO REAL
Es el último pueblo del Suroeste de La
Comunidad de Madrid. Rebasado él, la provincia de Ávila te da la bienvenida con
el inigualable Valle del Tiétar. Posee verdes prados custodiados por cacharras
de leche, en esas praderas pastan vacas suizas que se funden al atardecer con
un paisaje que invita a soñar. Cuenta con el mayor bosque de enormes y viejos
castaños de la Comunidad de Madrid, ideales para dar sombra en verano y
calorcillo, que se desprende de las castañas roceñas, a los inviernos madrileños.
Alberga en todas las estaciones una sosegada soledad que sus moradores saben idealizar.
Su plaza, desprovista de actualidad ofensiva, parece un rincón propio del siglo
XV; con casas de adobe enjalbegado, puertas de madera y su ineludible y
pronunciado escalón de piedra.
Rozas es frecuentado por esos misteriosos personajes
–artistas y románticos- abocados de por vida a la búsqueda de su pasado. Como
el viento, vagan silbando una canción que nunca pasa de moda, quizá sea la del olvido… Desde la loma, que ocupa su
ampliado cementerio, se divisan Las Cojudas
y la Peña Muñana que brindan un
espectáculo conmovedor. El Parque del Agua posee unas vistas espectaculares del
valle de Navahondilla. Atardece y el silencio, las radiantes vistas y el
sosiego que se respira colma de paz el entorno. Es una sensación extraña y
placentera la que me causa el reencuentro con esta villa. Parece como si uno
temiera no volver a percibir su inmensa placidez, quizá por eso siempre estoy
volviendo…
Pasé con la bicicleta por el local donde
todos los febreros de mi adolescencia celebraban los bailes de Santa Águeda a los que acudíamos muchos
cadalseños. Yo iba con mis amigos José Luis, Vicente, Jose “Peque”… Al doblar la calle, descubrí a un hombre bueno y
trabajador que se quedó incrustado para siempre a mi mente y a las vendimias
cadalseñas de mi niñez. Llegaba Pablo “Mosca”
a la bodega cooperativa cadalseña a descargar la uva con su carro tirado por
bueyes de buidas y desarrolladas defensas y variado pelaje. Servidor se situaba
nervioso a sus lomos -por si acaso- para observar su placido rumiar y su bella
estampa. Parecíame un prodigio que aquellos toros,
amarrados con correas finas y resistentes al yugo del trabajo, ni
siquiera amagaran una corta embestida, un mugido intimidatorio. Al ocaso de
aquellas tardes otoñales, este hombre, de sempiterna y bondadosa sonrisa,
regresaba a Rozas y nos dejaba montar en su carro sujetos a la pegajosa soga
que evitaba que los cangilones metálicos -ya vacíos- rodaran por tierra. Íbamos
por la carretera de Cadalso-Rozas hasta El
Chorrillo y regresábamos a casa a pie.
Pasado el tiempo, cada vez que surcaba su pueblo y le veía pasear silencioso y lento, me detenía un rato a charlar con él recordando aquellos tiempos de mi infancia y su madurez. Todo lo tenía congelado en su memoria, como estaba congelada la Sierra de Lancharrasa que pateaba los fríos días invernales cuidando la finca y el ganado de su jefe Feltrer. A Pablo le sigo recordando como una de las personas más fascinantes que he conocido a lo largo de mi vida. El Día del Cristo de la pandemia (2020), en Cadalso, en el desaparecido Bar Carabias, uno de sus hijos nos explicó a Paloma y a mí la técnica de conducir ganado durante la trashumancia. Fue un momento especial y emocionante, irrepetible, esclarecedor e inolvidable.
Este pequeño pueblo madrileño (no supera los 600
habitantes) es un claro ejemplo del trabajo bien hecho por sus representantes y
sus vecinos; que, gracias a su unión, hicieron posible que experimentara un
cambio positivo espectacular en los últimos años. Todos buscan aquello que los
une y no lo contrario. Así de simple y real. Considero que es una rara avis dentro de esta ExEspaña
actual. Basta con visitar Rozas en cualquier época del año -o aprovechar estas
Fiestas de San Juan 2024 que comienzan mañana, viernes 21 de junio- para darse
cuenta de ello. Aparenta ser el municipio, en comparación con su población, que
más ha prosperado de toda la comarca.
A cadalseños y roceños siempre nos unió un vínculo
de admiración mutua desde tiempos inmemoriales. Aprovecharemos las presentes
fiestas de San Juan para renovar esa unión imperecedera escuchando a algunas de
las mejores orquestas de España –sin exagerar un ápice-. La hospitalidad de
Rozas de Puerto Real nos hará sentirnos mejor que en casa. Mucha suerte y
felicidad a todos, incluidos los toreros que intervendrán en su Feria Taurina. Cadalso
estará representado el domingo 23 por el torero Roberto Cordero González. Él
sintetizará en su persona el cariño recíproco de nuestros pueblos. Y es que,
los moradores de Rozas son ejemplo de generosidad y de hospitalidad. Su entorno
les contagió esa bonhomía y emotividad que comparten con los demás.
Miguel MORENO GONZÁLEZ
Rozas de Puerto Real. Viví allí 3 años e incluso hice la Comunión. Éramos sólo tres. Una chica muyyyy guapa...llamada Piedad, un quinto mío, que no recuerdo su nombre y yo. Todo muyyyy tranquilo, pero muyyyy bonito y lindo. Contigo, efectivamente recuerdo cuando íbamos al baile. Bonito pueblo, que tiene de lo mejor y grandísimas personas. Enhorabuena amigo por tan bonita dedicatoria a San Juan. 💕💖💖💖. José A. Álvarez G. de Guzmán
ResponderEliminarLa verdad que es un pueblo con encanto, su castañar maravilloso y las vistas hacía el alto del Mirlo espectacular
ResponderEliminarAngel Vico Molina
Esto son fiestas ole por Rozas
ResponderEliminarPilar Calvo Villarín
Pués no se que decir después de leer nombres que me son tan familiares y que recorrí tantas veces.
ResponderEliminarBajando hacia "El Chorrillo" a la izquierda estaban los castaños del Tio Juanito desde ahí subíamos por el monte hasta las peñas que llamábamos del Gran Guerrero. También fueron escenario de escarceos de adolescentes.
Por detrás del chalet de mis padres se subía por un sendero al que se denominaba el Paseo del Cura y desde esa altura se veía una panorámica magnífica del valle, de Navahondilla, de la carretera de San Martín, de la Picota del Castañar, de la subida a Casillas...... En fin muchos recuerdos de muchos bailes de San Juan, que en aquellas épocas eran en la verbena de Alberto primero y más tarde en la de Octavio.
De esto hace más de 40 años así que debido de haber muchos cambios.
Gracias por devolverme a mi primera juventud.
Pepe Vázquez
Yo de pequeño recuerdo que venían ha traer la leche sobre las 9 un tal Isidro con su borrico luego sobre las 11 venían 2 señoras que no recuerdo sus nombres Con sus borriquitos y sobre las 12 venían el Lute con su macho
ResponderEliminarYo voy mucho a comerá casa Antonio y se come bien en el menú del día
Jesús López Moreno
Gracias por vuestros amables comentarios sobre este pueblo tan entrañable.
ResponderEliminarMuchas gracias , por tus palabras sobre mi pueblo y sobretodo por hablar tan bien y con tanto cariño de mi padre
ResponderEliminarLourdes Blanco Arranz
Lourdes Blanco Arranz Tu padre sigue siendo inolvidable para muchos de los que éramos niños entonces. Enhorabuena...
ResponderEliminarGerónimo Lucas Puente
Muchas gracias a tí, Lourdes. Para mí fue un honor conocer a una persona tan auténtica, cabal y humana como lo fue tu padre. Gente como él engrandecen al ser humano. Espero conocerte...
ResponderEliminarMuchisimas gracias
ResponderEliminarLourdes Blanco Arranz