NOEMÍ Y RODRIGO
Ayer fue el Día de los enamorados. Noemi y Rodrigo se lo dedican a ellos.
A todos los que alguna vez han estado enamorados.
Hoy nació un día precioso como aquellos de entonces. Ella
vivía en aquel tiempo en Los Álamos. Con su recuerdo él siente una pena
nostálgica. No dolorosa, sí muy emotiva. Junto a ella descubrió el amor físico
y el del alma. Ese que te anula por completo para lo demás y únicamente sientes
que el principio y el fin de todas las cosas la tiene a ella como protagonista.
La amó arrebatadamente, con voracidad, con ansia de fiera insatisfecha; pero Rodrigo
pensaba que ella no le quiso. Desde hace un tiempo le invadía ese
presentimiento. Sintió cariño, afecto, compasión... nunca amor. Su expresión
triste en las fotos que conserva de ambos lo dice todo, salvo en la que se
hicieron en Mijas una mañana feliz de sábado después de callejear por el pueblo
entre turistas; en esa fotografía Noemí aparece radiante, sonriente, dichosa…
Alrededor de su cuerpo ataba el suyo con pasión y ella lo
desataba entre caricias melancólicamente. Para él lo más bonito de sus días era
la esperanza de volverla a ver. "Te
querré siempre", le dijo. "Me
olvidarás poco a poco", respondió ella acariciando su pelo y mirando
desde La Torre como rilaba la luna
sobre el mar. Rodrigo acertó, Noemí se equivocó... No volvió a saber nada de aquella
mujer ni de los mares de besos donde ahogaba su soledad y ardía su pasión. Y
eso le entristeció. No se hacía a la idea de que morirían sin saber nada el uno
del otro. Su consuelo fue imaginar que su amor seguiría flotando después de sus
vidas.
Apoyado sobre la pena recordaba sus batallas de amor en
los apartamentos Montmatre: sin cascos, sin armas, sin uniformes... Sólo mutuas
caricias desnudas que contenían su frenesí incontrolable, únicamente aquellos
infinitos machetazos de ternura que desangraban lentamente sus corazones. Su
frase: "Entre dos personas que se
aman no existe el pecado ni el mal", hizo madurar a Rodrigo, le dio
seguridad, incendió la nieve de su ayer… Desgraciadamente para él aquello pronto
se agostó y supo que perdía, pero luego, en el futuro, siempre supo que ganó.
Lo supo viendo como el hastío se adueñaba de ella mientras de él se adueñaba la
esperanza que pintaba en su imaginación.
Miguel MORENO GONZÁLEZ
Muy bonito escrito Miguel, precioso.
ResponderEliminarChusa
Precioso, amigo. Como siempre...
ResponderEliminarJosé A. Álvarez G. de Guzmán
Bonita historia de amor muy al pelo en estos días con tu sello de ternura y nostalgia característicos.
ResponderEliminarFormidable como siempre.
Pepe Vázquez
Alguna vez 😍😍
ResponderEliminarAurora Ferrera Ruiz
Es lo que hay 🤣🤣
ResponderEliminarAurora Ferrera Ruiz
Alguna vez estuve enamorada si si 😍
ResponderEliminarBuenos días Miguel y Pedro
Chelo Villarin Recio
Muy chulo Miguel , pero San Valentín para es todo el año lo único que para el corte inglés solo un día al año jajajaja.tu relato enriquecedor y muy chulo
ResponderEliminarMaria Antonia Hernández
Como dice Aristóteles--y es cosa verdadera--,el hombre por dos cosas trabaja: la primera, por tener mantenencia; y la otra cosa era por poderse juntar con hembra placentera.
ResponderEliminarJuan Ruiz, arcipreste de Hita.
Muchas gracias a todos por vuestros amables comentarios.
ResponderEliminarBello escrito, Miguel.
ResponderEliminar¿Quién no guarda en su pasado un amor así?
Gracias y un abrazo. Luis C. Trijueque