La garnacha y sus hombres ausentes.
Abandonada a su suerte y a su tiempo, sin labrar y sin cuidar, la garnacha de Cadalso, como esta de la imagen, se resiste a desaparecer poco a poco. Ya nada queda, salvo pequeñas excepciones, de aquellos campos llenos de verdes y llamativas cepas de garnacha. Nada podemos hacer, sólo resignarnos a este tiempo y disfrutar, si es que podemos, de los recuerdos, pero mucho más de aquellos hombres, hoy ausentes, que formaron parte activa de nuestros campos y por supuesto de nuestro pueblo. A pesar de esto y de mucho más, Cadalso sigue siendo maravilloso.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Toda la razon Zorro
ResponderEliminarMariano
Si no cobras él fruto para cubrir gastos para que aparte de los que se fueron los que quedan estamos en tratos con S Pedro
ResponderEliminarAntonia Frontelo Morales
Exactamente Antonia, se paga mal y se trabaja mucho, por lo tanto nada de nada. San Pedro mejor que nos espere sentado en una nube.
ResponderEliminarQue pena como todas las cosas se van perdiendo Buenos días Pedro la vida es a si un saludo
ResponderEliminarAurora Ferrera Ruiz
La ausencia provoca recuerdos, amor y melancolía. Aún quedan los restos de la uva garnacha para que rescatemos del olvido -como tú haces, Pedro- a nuestra gente querida y desaparecida. Gracias por tu oportuna reflexión, como por otra parte suelen ser todas las tuyas...
ResponderEliminarQue pena como se está perdiendo todo con lo que trabajaron nuestros padres y
ResponderEliminarabuelos buenas tardes Pedro
Pilar Diaz Recamal
Que pena... Ya no es lo que era....
ResponderEliminarElena Rojas Mayor
Que abandonado está el campo
ResponderEliminarMaria Antonia Hernández
La mole de la Muñana
ResponderEliminarelevándose del suelo.
Se ha remontado hasta el cielo
en Cadalso esta mañana.
La garnacha su auge tuvo
en medio del siglo veinte.
Economías sostuvo
y nos es indiferente.
HEREDEROS DEL LEGADO CORUCHO
Herederos del legado
viñador en tradición,
tenemos la obligación
de cuidar de lo heredado.
Se nos dejó encomendado
por nuestros antecesores,
y de ellos somos deudores
del cuidado de las viñas,
que otrora fueron campiñas
y el lar de nuestros mayores.
Una media inteligencia
y un ardiente corazón.
El denuedo y el tesón
y afán de superación
son los ejes de mi ciencia.
Muchas gracias por vuestros mensajes y a Saturnino por sus poemas.
ResponderEliminarBuenos días y feliz día.
Que pena que se pierdan
ResponderEliminarAurelia Moreno Buades
Es una pena, como ha cambiado la vida, en Cadalso y en casi todos los pueblos....ya no se cuida el campo tan bien como antes.... pero....
ResponderEliminarJosé Antonio Álvarez Gallego de Guzmán