(Para Daniel Moreno Sánchez: Felicidades
por tu inmediato cumpleaños el 30-05-2023 y por tu próxima boda el 22-07-2023)
Difícilmente
podrá vivirse otra actuación tan completa, arriesgada y artística como la
realizada el último fin de semana en
El bravo y
noble toro nada más verle hizo por él, justo entonces de forma escalofriante “El Cadalseñito” le templó, cortando y
burlando su embestida pujante y arrolladora en un palmo de terreno. En el círculo
de una moneda sucedió, como narraban los cronistas antiguos del XIX. Oí
perfectamente desde mi localidad los gritos angustiados de sus paisanos y como
el buido pitón izquierdo acariciaba, más que rozar, su camisa muñanera. El
burel una vez quebrado quedó quieto, dominado y sorprendido, como buscando encampanado
una explicación coherente a aquella belleza que acababa de acontecerle. Es la
diferencia de cuando se recorta y se domina a cuando simplemente se pasa por la
cara del toro corriendo sin parar, sin templar ni recortar (quebrar). Daniel
Moreno Sánchez salió andando airoso del embroque con la cabeza ligeramente
baja, abstraído y melancólico, como todo cadalseño que se precie. Oyó resonar ensimismado
–o quizá no- el estruendo liberado de una ovación interminable que el público
le tributaba asombrado y puesto en pie. Parecía una explosión incontenible de
sentimientos.
A la salida
de la plaza, en los bares cercanos repletos de cadalseños (no podía ser de otra
manera), se contaba y no se paraba de hablar de aquel prodigio que veníamos de
contemplar cuando ya atardecía sobre un Madrid enamorado de primavera. A un
cadalseño sensible y bueno le escuché comentar para sí: “-¡Ya era hora de que la gente sintiera de qué está hecha la emoción
cadalseña!”. En tanto su tío Jose, eufórico y entusiasmado, no paraba de
invitar a todo el mundo a voz en grito, a diestro y siniestro, de arriba a abajo,
con una felicidad desbordante que contagiaba hasta a quien no tenía nada que
ver con este milagro grande, muy grande, que como un abrazo mágico nos venía de
estrechar.
Tu tío y padrino,
Miguel
MORENO GONZÁLEZ
Bonito sueño de una noche de primavera...
ResponderEliminarQué suerte tuvo tu sobrino de tener un cicerone con tanta torería como tú, maestro.
ResponderEliminarJavier
No sabia que era recortador. Para si quisieran toreros de renombre esa crónica que le has regalado en forma de escritito. Y eso sin haber recortado.
ResponderEliminarA. Acuña
Es inevitable que al leer tus escritos me vengan a visitar las emociones que me transmite tu enorme sensibilidad.
ResponderEliminarPepe Vázquez