A UN COMPAÑERO DESDE LA NOSTALGIA
De alguna manera aquí va resumida nuestra versátil convivencia a lo
largo de nuestros años, obviamente con algunas excepciones que he creído
apropiado no incluir. Al principio no te enseñaba nada porque recuerdo que te consideraba -y sigo considerándote-
algunos escalones por encima y además mejor persona. Un poco como lo que dicen
del Paula: “Es buen gitano y mejor
torero". Eres distinto pero a la vez tan cercano que incluso llegas a
explicarme y llenar de contenido mi personalidad (en ocasiones inexplicable
para mí) que existía sin cimientos sólidos -ahora tampoco los tiene pero al
menos lo disimula más-. Es una de esas raras coincidencias en que vas viendo, casi
siempre despacito, que tu personalidad se complementa con la otra
enriqueciéndose.
Recuerdo la gran satisfacción que recibí la primera vez que me
dijiste que te había gustado un escritito mío, y eso que al principio dudé por
si sólo fuera un cumplido al uso. Comprendí que eras sincero cuando después
rememoré (soy un poco rumiante) la manera en que se produjo: Nada más llegar al
trabajo, dos golpecitos tuyos en mi hombro (como a mí me gustan), una frase
cariñosa y todo ello antes de que te sentaras (yo lo estaba), y pusieras la
inmortal Sinfo Radio, con ella me
enseñaste a amar la música clásica. Aquello ni siquiera tenía título y su
contenido hablaba sobre mi primer gran amor brotado en Málaga junto al suave y
acariciador -ya sabes-, runrún de las olas y la bella sensación del comienzo
de las cosas hermosas. Cómo sería de intenso que aún hoy -cien años, ya- nacen días en mi memoria con
los mismos colores de entonces. Me sucede muchas veces con muchas de mis cosas
inolvidables que poseen la magia de volverme a hacer feliz.
Luego estuvo tu profundo respeto ante mis retraimientos, ese
procurar que el ambiente fuera lo más sereno posible, que no se colara ninguna
estridencia que pudiera dar al traste con algo parecido a la armonía. Descubrí
entonces que cuando mejor nos hemos comunicado fue a través del silencio;
siempre lo he pensado, por eso en los momentos más complicados la mejor manera
de hablarnos era no hacerlo. Cómplices fuimos desde el silencio y nos dábamos
aliento desde el pensamiento que es lo más íntimo e intransferible que
poseemos. En aquel tiempo me soportaste más que yo a ti, fuiste tremendamente
generoso, me hacías sentir que lo mío también podía ser posible. En definitiva,
has creído en mí y uno siente que eso es lo más bonito que le puede pasar: Te
da seguridad, te ayuda a seguir, procuras ser recíproco en el cariño y hablas
de todo aquello que antes te daba grima. Confianza e identificación puede ser…
Yo sé, al menos en lo que a mí respecta, que todo pudiera haber
sido, como te diría yo… como más elocuente si el destino de las cosas no se
hubiera metido por medio, pero a veces es irremediable. Nadie tiene culpa de
ser como siente: Es la tragedia producida cuando las razones de las personas
chocan unas contra otras y provocan incendios desoladores de sentimientos que
nos hacen vivir malheridos por las esquinas. Secretos que pertenecen al otro
lado de las cosas, a lo insondable del ser humano.
A veces no me gusto, no estoy satisfecho con mis actos y eso que
me esfuerzo por evitarlo y ser mejor, pero no consigo armonizar mis distintas
personalidades y entonces lo achaco a esos secretos inexplicables. Yo, como
decía el director de cine Sam Peckinpah, estoy cerca de ser un hombre malo.
Otras veces en cambio juego a sacar la emoción de las cosas y de las gentes y
cuando lo consigo soy feliz. Soy dichoso donando sangre, observando lo bien que
colocan unos ladrillos, cómo se recrea el campo con las estaciones, cómo me
cortaban el pelo en Cadalso mientras "Trucha",
el peluquero, coetáneo de mi padre, me adormecía narrándome vivencias que tuvieron
en común. Tengo días pletóricos en los que parece que la felicidad está
derramada por doquier; aprovecho entonces para sentarme en el umbral de esas jornadas para ver como discurren, al
tiempo que, sin esfuerzo, voy integrándome en ellas.
Por ti supe (y un poco tú
por mí) que mi vida infantil y adolescente era como un ingenuo poema que me
nacía de dentro para embellecer mi primera singladura; que por fin alguien
entendía que sin necesidad de jugar con mis amigos a los indios yo jugaba; que
sin buscar nidos yo los encontraba; que sin tener tirador yo me impulsaba lejos
y alto, que sigo oyendo en las madrugadas frías el ruido del agua con la que mi
padre se lavaba la cara, y aquel golpecito que daba a la puerta con tacto para
que se encajara, soltando luego suave su peculiar manivela circular; vete tú a
saber si aún conservará las huellas de su tacto… Bien, pues por ti averigüe que
aquello fue bonito y lejos de causarme un trauma infantil lo que me ocasiona es
satisfacción cada vez que lo rememoro.
Bueno, como prólogo o introducción a la "obra" ya está bien. Tenía más cosas que contar pero lo
dejo para una futura ocasión, ahora ya no me apetece continuar sin antes saber
si te aburro. No quisiera abrumarte con mis cosas.
Miguel MORENO GONZÁLEZ
Muy bonito Miguel si yo fuera tu compañero estaría orgulloso de este escrito , ahh y una casa yo también creí en ti y me gusta cómo escribes un abrazo 😘
ResponderEliminarMaria Antonia Hernández
Gracias, colega.. No se me ocurren las palabras adecuadas.. El sentimiento es mutuo.. Un abrazo.
ResponderEliminarQue grande Miguel, ese compañero- amigo debería estar más que orgulloso de tu consideración hacia él.
ResponderEliminarPepe Vázquez
Precioso escrito de D.Miguel de "Cadalso y Sabiendas" Moreno. Eres una persona.."Grandísima"... Enhorabuena amigo.
ResponderEliminarJosé A. Álvarez G. de Guzmán
Precioso. Me he emocionado. Gracias por la parte q me toca.
ResponderEliminarEn soledad el arte florece.
Rafael Soto Moreno.
"Precioso. Me he emocionado. Gracias por la parte q me toca. En soledad el arte florece.
ResponderEliminarRafael Soto Moreno.".
Este nombre se corresponde al nombre original de Rafael de Paula y acabo de ver este comentario firmado con ese nombre. Aunque tuvimos una gran relación amistosa, dudo, no obstante, que a Rafael le llegará mi escritito. En cualquier caso, es bonito lo que comenta y se lo agradezco a quien lo haya puesto, así como a todos los que han comentado con tanto cariño dicho escritito. Gracias.
Bonito escrito hacia ese amigo que juntos os compenetrasteis y disfrutasteis de grandes momentos, porque parece como que existía una compenetración mutua de admiración y amistad 😉. Luis M. González
ResponderEliminarBonito escrito.
ResponderEliminarHas tenido q dejar huella en tu trabajo.
Rafael de Paula es cierto se llama Rafael Soto Moreno.
Bienvenido al blog Cadalseño.
Jorge García Escudero
Me ha encantado tú escrito, tú compañero debe de estar muy orgulloso, por las palabras que le dedicas y por las que callas pero los dos sabéis, que gente ahí en mí pueblo, que gente mas sabía y buena y no ahí nada en esta vida qué ser cadalseño y tener a nuestro Cristo del humilladero,
ResponderEliminarCarmen Lopez Martín
He esperado varios días hasta tener el suficiente tiempo de sosiego para leer tu escrito... y he acertado. Sabias y sinceras reflexiones sobre alguien, Rafael Canellada, a quien traté en pocas ocasiones pero que me parecía una gran persona. Tus palabras confirman mi impresión sobre él.
ResponderEliminarGracias por convertir en retrato el esbozo que yo tenía de él.
Un abrazo, Miguel.
Luis C. Trijueque
Muy bonito Miguel te expresas muy bien y se ve que lo haces de corazon
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