FELIPE MORENO SÁNCHEZ, “TÍO CHIRIBITAS”. EL ÚLTIMO DE FILIPINAS CADALSEÑO
Felipe Moreno Sánchez
nació en Cadalso de los Vidrios (Madrid), el 13 de septiembre de 1876 (también
un 13 de septiembre, pero de 1598, murió el más grande Rey de las Españas, Felipe
II). Todo muy curioso: A las Islas Filipinas les llamaron así en honor del rey
Felipe y uno de los últimos en defenderlas con su sangre cadalseña fue otro
Felipe, éste paisano nuestro. El “Tío
Pinche”, como también era conocido, además de por “El Tío Chiribitas”, murió en Cadalso en 1974. Ejerció de
agricultor, soldado, caminero, patriota y hombre de bien…
España perdió sus
últimas colonias americanas (islas de Guam, Puerto Rico, Cuba y Filipinas) en
1898. Supuso un durísimo revés para el país y, por primera vez, las regiones
españolas que más se habían beneficiado de las colonias quisieron instalarse
traidoramente por su cuenta aprovechando los buenos dividendos conseguidos en
América. La generación de intelectuales del 98, la más sobresaliente e influyente
de cuantas hayan existido en nuestra nación (Unamuno, Ganivet, los Machado, los
Álvarez Quintero, Valle-Inclán, Baroja, Azorín, Blasco Ibáñez, Gabriel y Galán,
Maeztu, Benavente, Arniches, Concha Espina…), denunciaron la mediocridad y
corrupción de los políticos y los intereses bastardos de muchos de ellos -sin
importar su lugar de origen- que arruinaron y llenaron de vilipendio a la
nación. Dicha generación promovió un saneamiento de la política reafirmando el
honor y la unidad de España. En cualquier caso, este país quedó apeado para
siempre de la élite de las naciones influyentes.
Casetas de camineros de Cadalso
Siendo niño fui vecino de
Felipe Moreno en Las Casetas
cadalseñas. En la vivienda de arriba habitaba el capataz, Capitolo, con su
mujer Felipa y sus hijas. En la casa de la izquierda vivía él con una parte de
su familia: su hijo Enrique “Candiles”
con su mujer Ricarda y sus nietos. A la derecha habitaron mis abuelos paternos,
Miguel y Luisa, con mis tíos. Después ocuparon esa misma vivienda mis padres,
Miguel y Asun, con servidor y mis tres hermanos. En los años 50-60 del siglo
pasado las noches se hacían muy largas, no había televisión y el único
entretenimiento, que también nos servía de aprendizaje, eran las leyendas
turbadoras que circulaban por el pueblo, las tertulias de los vecinos (no
importaba en qué casa) y la radio, aunque muchos no contaban con ella.
“El Tío Chiribitas” fue uno de los últimos de Filipinas. Grabadas a
fuego en mi memoria tengo las aventuras que él nos narraba de Filipinas las
atardecidas invernales. Todos sentados alrededor de la exuberante candela (Enrique,
Ricarda, Antonio, Quique, Rimun, Maximina, Magda…), en el centro el patriarca
Felipe y yo sentado en la esquinita izquierda del fogón, cerca de las tenazas de
la lumbre que, siguiendo su indicación, le alcanzaba sujetando un ascua
candente. Él encendía parsimonioso un cigarrillo liado con sus propias manos
secas y sarmentosas. Gracias a “El Tío
pinche” supe de los guerrilleros tagalos (los combatió en Ballabang, Aráyat
y Zapote), de la isla de Luzón, el hambre, las penurias, las enfermedades mortales
propagadas por los mosquitos de las aguas pantanosas, su prisión en Imus e
Ilocos durante dieciocho meses... Especial énfasis ponía en el relato del sitio
de Baler: Unos 60 soldados, héroes y mártires españoles, al mando del capitán Enrique
de las Morenas y del teniente Martín Cerezo, atendidos espiritualmente por el
padre Minaya y sanitariamente por el doctor Vigil de Quiñones (Felipe le conoció
personalmente al igual que a Eloy Gonzalo, “Cascorro”,
del vecino pueblo de Chapinería), resistieron a los filipinos en la iglesia
del pueblo de Baler durante casi un año sin saber que la guerra había terminado.
Al acabar el asedio, los rebeldes les rindieron honores militares y les dejaron
libres impresionados por su valor. Contaba, a veces muy emocionado, que aquello
fue como “las plagas de Egipto” y que
él se salvó por los pelos: “Sólo me
dejaron como recuerdo la piel y los huesos…” Su suave tono de voz acariciaba
mi mente infantil con sus historias entretenidas e inquietantes, mientras su
humilde cigarro se columpiaba etéreo sobre sus labios yendo de una a otra
comisura. Sentenciaba orgulloso que todo lo hizo por su Patria. Era muy cariñoso
con los pequeños y en verano, cuando volvía del campo, se sentaba abstraído al
fresco de aquella acacia centenaria que la insensibilidad humana, disfrazada de
progreso, arrancó de la sombra de nuestros
corazones.
Cuando volvió a Cadalso su
familia y el pueblo entero le recibieron como a un resucitado. Estuvo un año
con un pie en Cadalso y el otro un poco
más allá. Afortunadamente se recuperó y fue caminero de la Excma.
Diputación Provincial de Madrid como todos los suyos: Su abuelo, su padre, tres
de sus hijos (tuvo además tres hijas) y sus nietos Antonio y Tomás. Adecentó y
bacheó la carretera de Tórtolas, la misma que después limpiaron y cuidaron mi
abuelo y posteriormente mi padre. Abrigó la esperanza de que el Gobierno
Español le nombrara teniente honorario del Ejército, pero posiblemente les
pilló con mucho trabajo... Nuestro
vecino, el fraile “padre Cirilo”, se batió el cobre junto a otros para
lograrlo. Incluso consiguieron que saliera
en los papeles y que le entrevistaran varias veces en la única televisión
que había entonces.
Felipe Moreno posee una calle
en Cadalso por la zona de La Torrecilla,
cerca del cementerio, junto a la de otros dos ilustres: el escultor Juan
Cristóbal, que adquirió el Palacio de Villena, y el doctor Antonio Box, autor
del mejor libro sobre la historia de Cadalso; obra que todos hemos consultado y
extraído datos (por ejemplo, para completar esta pequeña biografía). Más que
calles son callecitas, ya crecerán... Bien estaría que nuestro Ayuntamiento tomara
la iniciativa de homenajear a nuestros habitantes ilustres divulgando sus
virtudes y dándoles sus nombres a las nuevas arterias que surjan. Aprovecho
para rogar al concejal que proceda que mande cambiar la placa de la calle Juan
Cristóbal porque está totalmente ilegible, así como la cercana de Reyes
Católicos. De paso, que se dieran una vuelta por las calles del casco histórico
y las urbanizaciones para sustituir otras muchas que están en mal estado o directamente
han desaparecido. El cambio redundaría en la buena imagen de la villa. Y es
que, servidor se complace y tiene la manía de buscar siempre los nombres de las
vías en las poblaciones que visita.
Felipe Moreno Sánchez, me enseño a escuchar con su sabiduría y el tono dulce de su voz. Los niños de nuestra generación aprendimos mucho escuchando y preguntando. Hay cosas que no vienen en los libros; además, no todos los humanos han escrito el suyo. Él si supo escribirlo sobre mi corazón. ¡Ay, Felipe!, cómo duelen las penas que provocan los recuerdos de las personas buenas…
Miguel MORENO GONZÁLEZ
Gran escritito recordando al Tío Felipe. A. Acuña
ResponderEliminarBonito relato de un grande de España y Cadalso, ojalá volvieran esos ciclos de conferencias e historia que se iniciaron hace unos años para dar a conocer todo lo bueno que tiene nuestro pueblo y a sus gentes que han hecho tanto para llegar hoy a lo que somos 😉. Luis M. González
ResponderEliminarLe conocí y a su hermana Feliciana 👍👍
ResponderEliminarAntonia Frontelo Morales
Joerrrrrr Miguel.. pufffff emocionas... pero mucho. Ya habías escrito sobre el Último de Filipinas..el tío Felipe, pero hoy me ha llegado al corazón muchísimo amigo..de verdad... enhorabuena artista. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarJosé A. Álvarez G. de Guzmán
Migue cada jueves nos cuentas unas historias maravillas y sobre todo cuando hablas de Cadalso y de sus gentes Yo me acuerdo de él con su cigarrillo en sus labios y de la acacia donde abuelo colgava al guarro cuando hacía la matanza
ResponderEliminarComo siempre,nos dejas boquiabiertos y sobre todo cuando escribes de las gentes de tu pueblo.
ResponderEliminarGracias Miguel, me ha encantado el artículo. Un abrazo. José Manuel.
ResponderEliminarCuando Julio Iglesias no era conocido vino al pueblo, vino con un monje que era de Cadalso, le dieron un homenaje al tío pinche, por ser de los últimos de Filipinas, sería el año 1963, o, 64, donde antes era el taller en la parte de arriba. Canto acompañandose de la guitarra
ResponderEliminarPilar Lopez Navarro
Pilar Lopez Navarro él padre Cirilo era familia del tío Felipe
ResponderEliminarAntonia Frontelo Morales
Antonia Frontelo Morales que dios nos conserve la memoria
ResponderEliminarPilar Lopez Navarro
Antonia Frontelo Morales si Antonia ahora k lo dices ese era .no me acordaba
ResponderEliminarLucia Lop
Pilar Lopez Navarro cierto Pili .yo le vi pork estaba trabajando en el taller
ResponderEliminarLucia Lop
Muy sentido, Miguel, como siempre, y agradable de leer.. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Miguel he pasado un buen rato leyendo y pensado en Estos grandes hombres. Angel Canillo
ResponderEliminarPilar Lopez Navarro Pili me acuerdo de eso Julio canto en el club donde ibamos a pasar las tardes de invierno con el tio Conrado y su mujer la tia victoria que vendian las chuches
ResponderEliminarDolores Saez Canoyra
Canto los ojos de la española, de la única que me acuerdo, y nada de concierto, una reunión de amigos haciendo corro. Fue cuando llegó don Jesús García como nuevo párroco
ResponderEliminarPilar Lopez Navarro
Pilar Lopez Navarro pero Pili que memoría tienes y la Lola tambien
ResponderEliminarJuani Lopez Conde
Antonia yo tambien me acuerdo de el vivia en la calle de la Iglesia y fue uno de los ultimos de la gerra de Filipinas
ResponderEliminarDolores Saez Canoyra
Pilar Lopez Navarro canto en corro si .pero creo k fue don Primitivo quien le trajo
ResponderEliminarLucia Lop
Pilar Lopez Navarro , lo trajo el padre Cirilo, Julio tocaba la guitarra y quien cantaba era un adolescente cuyo nombre no recuerdo. Creo que fue en el 64.
ResponderEliminarBaltasar Villarin Conde
Me acuerdo de el
ResponderEliminarRosa Merchan
El que cantaba y tocaba la guitarra era julio Iglesias, unos años después ganó el festival de benidorm con la vida sigue igual y así comenzó su carrera. Luci don primitivo vino cuando se fue don Jesús García
ResponderEliminarPilar Lopez Navarro
Yo hablo de él día que vino y yo le vi, no se si hubo otros o menajes, tendría unos 18,o, 19 años por entonces
ResponderEliminarPilar Lopez Navarro
Que tendrá Cadalso que genera hombres y mujeres extraordinarios!! Ya me dijiste una vez que sería el agua. En fin, no sé, pero supongo que Felipe Moreno, resistiendo heroicamente en Filipinas, se preguntaría, Qué hago yo aquí, si soy de Cadalso?
ResponderEliminarAsí sois los Cadalseńos.
Un abrazo Miguel por traernos un pedacito de historia y por este merecido homenaje a tu amigo.
Me hubiera gustado haber escuchado a su vera peripecias, aventuras y sinsabores de su vida.
ResponderEliminarQuiero comentar, reflexionar y recordar que cuando un abuelo muere, muere el mundo que conoció, lo que vio, lo que vivió y lo que le contaron.
Por eso es tan bonito recordar a estas magníficas personas, cadalseños todos, gracias a Miguel en sus múltiples escritos.
Jorge García Escudero.
Baltasar Villarin Conde . El padre Cirilo era primo de mi abuela Cesárea. También el tío Felipe, era tío de mi abuela Cesárea ( por parte de padre) y primo hermano de mi abuelo José ( por parte de madre) El padre Cirilo era familia del tío Felipe.
ResponderEliminarJulian Moreno Moreno
Bello, como siempre y muy instructivo...Tío Chiribitas, buen hombre, si señor!!!! Félix
ResponderEliminarMuchas gracias a todos. Eran otros tiempos y otras formas de vivir que, con la edad, nos parecen mejores. Pero no lo eran del todo... No siempre cualquier tiempo pasado fue mejor, pero sí lo fueron las personas como Felipe. Muy agradecido en su recuerdo.
ResponderEliminarGracias a tus escritos perdura en la memoria el nombre de este héroe anónimo. Cuántos habrán caído en el olvido por no tener un paisano como tú.
ResponderEliminarUn abrazo, Miguel. Luis C. Trijueque
El tío Felipe el pinche era el padre de Santiago el pinche y abuelo de Tomás el caminero. Este era conocido por el último de Filipinas según mi madre dice que era muy buena persona yo conocí a su hijo Santiago éramos vecinos de toda la vida y era maravilloso junto con su mujer Ángela qué tiempos aquellos en los que mi vecindad era grande y estupenda
ResponderEliminarMaria Antonia Hernández
El tío Felipe, una buenísima persona, k voy a decir yo de mi tío abuelo, era hermano de mi abuela Isabel, le conocí muy bien y hemos tenido muchas vivencias y mucho trato, además éramos vecinos de toda la vida.
ResponderEliminarUn beso muy grande allí donde esté k seguro estará en buen lugar
Maria Agustina Arribas Gómez
Una historia preciosa y muy bien contada, de vez en cuando el también nos contaba algunas de sus vivencias por esos mundos de Dios
ResponderEliminarMuchas gracias por ese gran homenaje a esa buenísima persona k era el tío FELIPE
Maria Agustina Arribas Gómez