X KEDADA MOTERA CADALSO DE LOS VIDRIOS
Domingo MOTERO en Cadalso de los Vidrios
Nuestro restaurante EntreTinajas y Bodega Cristo del Humilladero ofreciendo grandes descuentos y regalos para todos los que acudan a esta cita de las 2 ruedas. Gran acción solidaria de ayuda a Ucrania.
Buen ambiente y muchos regalos.
"¡Cristo de Medinaceli
ResponderEliminaral hacer siempre hincapié,
en el cruce del pinar
sé que tú mirar me ve!".
¡Te fuiste próxima a mayo,
ResponderEliminarcuando el campo era un clamor:
De exuberancia y desmayo
y aún Coimbra de soslayo
miraba al jardín en flor!
LA GUARDIANA DEL HUERTO
Si tu habilidad de hortelana flota,
y tu espíritu está aquí, y permanece,
ni la hoja, ni la planta, se adolece,
ni el ábrego, ni el hielo, la derrota.
Si en su ambular el céfiro se agota,
y sobre aquí benéfico amanece,
Ángela será, quien reaparece
desde la vida eterna tan remota.
Porque a través de ti la vida sigue,
encarnada en tus hijos y en tus nietos,
y es la materia lo que se agusana
y tu enseñanza sobre mí prosigue,
¡madre!, pídele a Dios en sus decretos
que del huerto sea tu alma guardiana.
LA NAVA
ResponderEliminarUsos, fiestas y costumbres de Cenicientos.
¿Cuándo surgen las costumbres?
En los pueblos la raigambre
que se cuentan en las lumbres,
mientras saciamos el hambre.
Carecemos de memoria,
de datos y documentos,
clarificando la historia
de los mágicos momentos.
Fiestas de origen pagano
fueron todas adoptadas
por el despertar cristiano,
aunque siempre atenuadas.
Es nuestra fiesta la Nava
de tiempos inmemoriales,
después que Jesús desclava
los clavos descomunales.
Es al sábado siguiente
del resucitar de Cristo,
el guisado consiguiente
salvo que surja imprevisto.
Hay alegría en las casas
donde reina el optimismo.
Los flanes, las uvas pasas,
hoy no cabe el pesimismo.
Humean las chimeneas
y hay risas en los fogones,
mar abierto sin mareas,
fomentar las tradiciones.
La casa por la ventana
se tira si es necesario;
no importa, tal ve mañana
se nos pare el calendario.
Relumbre dan las tortillas
y filetes empanados,
arroz con leche, natillas,
y abundancia en todos lados...
Y amaneciendo el domingo
entra el pueblo en erupción,
bien vestidos o de pingo
cada cual con su elección.
Unos prefieren el coche,
y hay eternos caminantes
que en calzado hacen derroche,
en el caminar constante.
Hay destinos para todos
unos marchan hacia el Hoyo
donde existen acomodos
que nos brindan un apoyo.
Otros plantan sus manteles
en la cumbre de la Peña,
coronada de laurales,
nuestra identidad y enseña.
Y volvemos a ser niños
con los juegos de la infancia,
con la tez de los lampiños
sin marcarnos la distancia.
Corujo no apareció,
ResponderEliminarni tampoco se le espera,
sutil se desvaneció
y a nadie benefició
huidizo de la reguera.
LA ENSALADA DE CORUJO
Cuando llueve en el otoño
de una forma persistente,
y es alegre la corriente,
el corujo ya es retoño.
Dormita algunas semanas
y en marzo se manifiesta,
y buscarle es una fiesta
que la emprendemos con ganas.
Calzando botas de goma
y portando unas tijeras,
en arroyos y praderas
vemos que grácil asoma.
Es la humildad candorosa
crecida dentro del agua,
y le visten con su enagua,
la margarita y la rosa.
Lo busco en los Banderuelos,
llevando un cubo en la mano
con la fe del artesano
que busca el oro en los suelos.
Busco en Orilla Moral,
en el borde de una poza,
que se alegra y se remoza
de un arroyuelo invernal
Busco por Prado Maíllos,
entre matojos y vacas,
soliviantadas urracas
y zarzas como cuchillos.
Y me extiendo hasta el Juncar
y los prados de la Higuera,
husmeando en la reguera
su apetecible manjar.
Y es porque es manjar de dioses
el alabado corujo,
en Cenicientos un lujo
y en las mesas puros goces.
Se prepara en ensalada,
con cebolla y aceitunas
y es paladar de fortunas,
cuando está bien aliñada.
Verde es por fuera
ResponderEliminarpor dentro es roja,
y al desnudarla
no se sonroja.
Es muy campera,
pipas aloja;
y la llovizna
siempre la moja.
Y en nuestra mesa
comemos frías,
frescas, rodajas,
de las sandías.
EL NIDO ENTRE LOS LILOS DE LA TERRAZA
En su exploración hallaron los lilos
el Dios de las aves guió a las torcaces
y a salvo las puso de otras rapaces
de garras corvas sañudos los filos.
Ramas trajeron hiladas en hilos
dejándose ver breves y fugaces
en sus picos minúsculos los haces
de un nido de amor hecho entre sigilos.
Empolló la hembra y alumbró a dos huevos
Teresa con granos la fue alimentando
los lilos suaves flores sin espinos
vieron el nacer de dos seres nuevos
los vieron crecer la pluma emplumando
y al fin supieron que eran palominos.