LLUEVE EN CADALSO
Llevamos tres días sin parar de llover en Cadalso. Anoche lo hizo de forma persistente e intensa. Da gusto oír desde la cama caer el agua sobre el tejado y darte la vuelta para seguir acurrucado un rato más. Relaja un montón y te hace recordar episodios infantiles inolvidables y entrañables. De niño dormía con mi abuela materna, Luisa, en la calle San Antón, 41.
Allí nací yo. Era una casita pequeña, pulcra, alargada y humildísima que al mudarse mis padres la instalaron el agua corriente esperando mi nacimiento. Estaba llena de agujeros en el techo y cuando mirabas hacia arriba veías las vigas de madera, las tablas y las tejas rotas sobre ellas. Las noches de viento se movían las febles cortinas de mala manera y aquello me desazonaba sin razón. ¿Sería que llegaban los espíritus malignos desde aquel lugar al que los adultos llamaban La Ré?
Todos los inviernos nevaba mucho y eran muy fríos. Si
llovía caían goteras por doquier y mi abuela ponía recipientes para recoger el
agua que vaciaba por las mañanas. Bajo las pesadas mantas tomaba mis manos para
calentarlas con las suyas, arrugadas y dulces, frotándolas con interminables caricias.
Las noches eran muy largas y tristes; para mitigarlas me contaba cuentos y
leyendas buscando entretenerme. Yo le hacía preguntas: “Abuela, cuándo morimos de viejos, ¿volvemos a nacer otra vez de niños?”
Y ella me respondía sobrecogida: “Dios
quisiera, hijo, Dios quisiera…” Fui un niño muy querido…
Ya se oye correr el arroyo Tórtolas, suena hermoso después de tanta sequía. Paso con el niño
Moisés por El Caminito de Belén con
dirección a su casa, está lleno de charcos enormes y hondos. El crio ya tiene
fuerza suficiente para incorporarse sobre el cochecito y recrearse con el
espectáculo. Todo lo mira el jodío y
de todo se admira señalando con su dedito índice, como hacía el bueno de Don
Quijote. Cuando se sienta a comer en casa de su bisabuela Asun, quiere que ella
le pase las hojas del calendario de toros que cada año hace la empresa de Jose,
su tío-abuelo y hermano pequeño mío. Le llama la atención el pelaje salinero de uno de ellos que sobresale
de entre la nieve. Luego torna a señalar con su dedo los días para que su bisa le cante los números.
Es primavera en Cadalso y todo el campo brilla feliz y
verde (verde que te quiero verde)
gracias a las últimas lluvias. A lo lejos, en el horizonte, las nubes negras
zainas se enroscan a las cumbres azuladas mientras el pecho se te esponja
conmovido. “Saber mirar es saber amar”,
escribió Juan Luis Vives. José Luis Garci eligió esa frase para su película “Canción de Cuna”. Es hermoso Cadalso, basta mirar el arroyo, oler el campo,
escuchar los trinos de los pajarillos y observar la mañana según amanece, parece
que está recién bañada. Hay una transparencia en el cielo que ya no tendrán las
demás horas del día. La belleza de lo cotidiano, la armonía de lo efímero, tal
vez sean los cuadros más reales, quizá las sinfonías más inolvidables de esta
vida.
Qué triste es pensar que mientras en
Cadalso ocurren estas pequeñas cosas, en otros lugares se matan sin que los
ojos de sus gentes puedan humedecerse emocionados contemplando la belleza que
les rodea. No verán ese horizonte que les aguarda amoroso cada amanecer.
Alguien debería decirles a los combatientes que saber mirar es saber amar…
Que siga
ResponderEliminarRafa Muñoz
Hermoso Miguel conocí a tú querida abuela 😍😍❤️
ResponderEliminarAntonia Frontelo Morales
Cuentas con toda franqueza la vida de antes un (señor) y otras se avergüenzan
ResponderEliminarAntonia Frontelo Morales
Cada semana te superas y sobre todo cuando hablas de San Anton los que hemos nacido en esa calle tan emblemática y humilde de Cadalso lo sabemos bien
ResponderEliminarPrecioso amigo.. precioso . Y reflexiones con mucho corazón.
ResponderEliminarJosé A. Álvarez G. de Guzmán
Los días lluviosos invitan a la paz y al sosiego, a reunirnos con nuestros recuerdos y escuchar, en silencio, las palabras antiguas.
ResponderEliminarUn abrazo. Luis C. Trijueque
Muy buen relato Miguel
ResponderEliminarMariano
Bonito y entrañable relato el de hoy.
ResponderEliminarA mi también me gustan los días de lluvia y si no llueve mucho me animo a pasear.
Pero donde más me gusta pasear con lluvia es en Cadalso.
Raquel
Yo tambien me acuerdo de la tia Luisa mi vecina de siempre❤️👏👏
ResponderEliminarDolores Saez Canoyra
Precioso relato Miguel, en estos momentos tan duros para el mundo se hace imprescindible la sensibilidad. Un abrazo. Isabel
ResponderEliminarEl día de por sí invita a la melancolía y a la reflexión, a recordar cómo se pasaban esos días antaño pero después de leer tu escrito no hace falta forzar la imaginación basta ir leyendo para que vengan a tu mente las imágenes equivalentes a las que describes en otros entornos y otros lugares pero con la misma carga emocional. Como siempre enhorabuena, te superas semana a semana. Gracias por hacernos más fácil llegar a nuestras vivencias pasadas.
ResponderEliminarPepe Vázquez
Bonito relato de los tiempos pasados y que gran frase "Recordar es Vivir", porque así es, cada vez que retrocedemos nuestros pasos, nuestra memoria... a ese tiempo anterior, volvemos a vivir esas experiencias y anécdotas pasadas, que aunque fuesen peores, comparándolo con las comodidades, avances y vida actual, nos hicieron muy felices, porque las personas que nos rodeaban, familia, amigos, vecinos eran lo más importante y todo eso ahora ha cambiado, con tantos avances y tecnología hemos olvidado lo más importante, el ser humano. Luis M. González
ResponderEliminarMuchas gracias a todos por tan generosos y emotivos comentarios, y un cariñoso y agradecido saludo para Antonia Frontelo Morales.
ResponderEliminarBonitos recuerdos y futuro representado en "el niño Moises". Disfruta de las dos cosas.
ResponderEliminarA. Acuña
Precioso relato!!
ResponderEliminarBendita lluvia que nos da la vida
Gracias por recordarnos la belleza de la tierra, la familia, el amor..
💕🙏💕
ResponderEliminarMaribel Jimenez
Gracias primo x recordar a la abuela con este escrito. Un beso para ti y toda tu familia y tu chiquitin.
ResponderEliminarLoli
En frente vivía yo y me acuerdo perfectamente como era la casa de la tía Luisa que recuerdos 👏😂😂
ResponderEliminarSoledad Alvarez Canoyra
Hola soy Carmina de Málaga,yo vivía en San Antón Número 50 pero no te recuerdo.
ResponderEliminarLa lluvia siempre nos trae momento de nostalgia y relax.
En Málaga llueve mucho y de rojo,hoy al mediodía todos pensamos que era Apocalipsisco!!!!!!
Sigue lloviendo .....un abrazo fuerte 🤗 para mí pueblo y sus lugareños ❤️❤️❤️
Diego Alarcon Rodriguez
Carmina tú no te acuerdas por qué eres la pequeña pero tus hermanas seguro que si
ResponderEliminarAntonia Frontelo Morales
Antonia Frontelo Morales Gracias🥰❤️
ResponderEliminarDiego Alarcon Rodriguez
Pues me habéis emocionado. Uno con su conmovedor y sentido relato y el otro con sus preciosas fotos colocadas sabiamente ilustrando el texto. Gracias por ayudarnos a intentar ser mejores personas.
ResponderEliminarCadalseña
Acabo de leer este escritito como dice mi primo Miguel me emociono viendo a mi abuela luisa como siempre dando ese toke de emoción que llega al corazón ❤️ un saludo de manolo el nacho
ResponderEliminarPreciosísimo!!! Como me acuerdo de la tía Luisa, parece que estoy con vosotros en aquella casa humilde pero llena de amor y ternura calentandote las manitas con las suyas y achicando agua de las goteras. Que infancia más feliz teníamos, no teníamos comodidades pero que felices éramos. Ahhh! y no había guerra en Ucrania, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarM. Antonia Hernández
Me encanta ir a pasear por este camino es parte de mi recorrido ,todos los dias
ResponderEliminarTomasa Rozas Martim
👏👏👏💯
ResponderEliminarMarian Roman Garcia
Yo tambien me a cuerdo de la tia Luisa y la tia Serapia vivia por encima yo naci en San anton y me e criado alli y todavia tenemos la casa
ResponderEliminarJuani Lopez Conde