Yiyo. Principe del toreo.
Este sábado 6 de noviembre, a las 19:00h., se reanudan los XV Sábados
Taurinos después del parón del año 2020 por causa del virus sin corona. Están patrocinados magníficamente por la Asociación Taurina Cultural "Cadalso",
con la inestimable colaboración del Ayuntamiento de Cadalso de los Vidrios que apuesta
decididamente por el arte de la Tauromaquia. Esa tarde se impartirá una
conferencia-coloquio sobre el torero desaparecido en la Plaza de Toros de Colmenar
Viejo (Madrid), hace más de 36 años, José Cubero Sánchez, “Yiyo”. En ella intervendrán: El periodista y escritor Alfonso
Santiago, su hermano y banderillero Juan Cubero y el también banderillero Pablo
Saugar, "Pirri"; hijo de
Pablo Saugar, “Pali-Pirri”, que
aquella tarde lidió en la cuadrilla del joven torero que contaba entonces 21
años. José murió corneado por el toro “Burlero”, de Marcos Núñez (“Pali”, este toro me ha matado”). Estos
coloquios gozan de justa fama y se han consolidado de tal forma que no se
concibe un mes de noviembre sin ellos y, lógicamente, sin la posterior charla
taurina aderezada por unos aperitivos y cervezas con los que gentilmente
obsequia el Ayuntamiento a los numerosos asistentes y protagonistas. Allí
estará el polifacético aficionado y artista cadalseño Jorge García Escudero,
que por segundo año consecutivo ha ganado el primer premio del concurso de
carteles que, cada noviembre, anuncian estos coloquios. Por primera vez tendrán
lugar en la Casa de la Cultura, todos los anteriores se desarrollaron en el
Hogar del Jubilado. Será un acto lleno de emociones, como era el toreo de José
Cubero, "Yiyo". Adjunto
un escritito que, con motivo de este evento, he garabateado extrayéndolo de mis
recuerdos.
PRINCIPE DEL TOREO
Uno se va haciendo mayor y esa evidencia te descubre que
tu mejor tiempo pasó, que hay que dar entrada a las nuevas generaciones que
llegan con renovadas ideas y entusiasmos. Ahora me complazco muchísimo viendo
pasar los días y a lomos de ellos voy recordando mi torera vida pasada y al Príncipe de los Toreros. Una vida contemplativa
de la que me rescatan los recuerdos, ellos hacen que me ilusione encarando mi
pequeña existencia futura.
¡Podría hablar
tanto del Príncipe Yiyo! Veréis: Yo
me desplazaba desde Argel a Madrid en los años 80 para ver los Sanisidros. Y en uno de ellos, el del
83, me encontré con dos lidias inconmensurables que dejaron honda huella
emocional en mí. Acaecieron las tardes del 22 de mayo y el 1 de junio y enloquecieron
a Las Ventas hasta desmantelar nuestros corazones. José dominó con sentimiento
de artista y sabiduría de lidiador inigualable a dos sobreros fieros y broncos
de Ordoñez y de Bernardino Jiménez. Aquellas faenas las recibí como latigazos emocionantes
que recorrieron todo mi ser. No pude parar quieto en mi asiento y cuántas más
lágrimas me limpiaba, más afloraban en miríada incontenible sobre mis ojos.
El torazo de Ordoñez le cogió de fea
manera toreando con el capote alado, embraguetado,
roto y con un empaque inigualable; pero aún más escalofriante fue la cogida
que sufrió con el de Jiménez toreando sobrecogedoramente al natural, dándole
distancia y toda la ventaja al morlaco. Le veo ahora levantarse de la arena
como un resorte principesco para volver a ponerse de frente y al natural con un
valor y una pureza arrebatadora. Triunfó porque nunca se desanimó en los
tiempos duros, porque sabía que en cualquier corrida siempre hay una ocasión,
por fugaz que sea, para triunfar y estremecer.
El 2 de junio volvimos a aquella
enorme y fría casa en la que vivíamos en Argel. Tenía un pasillo larguísimo
lleno de incertidumbres, nostalgias, penas y esperanzas. Y desde aquel día
también se llenó de torería… Yo me colocaba en un extremo y el toro imaginario
en el otro. Huelga decir que yo era El
Yiyo toreando a los toros de Ordoñez y Bernardino Jiménez entre gritos ensordecedores
de ¡¡¡Torero, Torero, Torero!!! Y así
muchas tardes mientras Paloma me miraba sorprendida y un tanto admirada.
Y es
que uno era muy joven y soñaba que hacía el paseíllo junto a él en Cadalso abrazándonos
y deseándonos suerte. Esa suerte que tan esquiva fue con él. El Príncipe Yiyo se fue a soñar torerías
con el Rey Joselito El Gallo. Los Dioses del Olimpo los quieren con
ellos muy jóvenes. Era un torero de sentimientos incontenibles, de arte
sobrecogedor, de atardeceres toreando al miedo en Argel… Aún sigue toreando
conmigo en el pasillo de mis recuerdos.
Miguel MORENO GONZÁLEZ
Precioso amigo.. precioso... Olé y Olé...
ResponderEliminarJosé A. Álvarez G. De Guzmán
Otro maravilloso homenaje a alguien que dejó huella en tu recuerdo. Fantástico, Maestro.
ResponderEliminarUn abrazo. Luis C. Trijueque
Precioso recuerdo.
ResponderEliminarMe hubiera gustado haberle visto torear en directo.
Desprendía clase, empaque y torería.
Que pena de "Yiyo" y qué joven perdió la vida en un cuerpo a cuerpo, así es este arte, el toro o el torero. Madre mía! España se perdió una gran figura del toreo.
ResponderEliminarMaría Antonia
Qué buen escrito Miguel. Grande yiyo por siempre
ResponderEliminarFantástica semblanza del buen torero que fue. Seguro que lo sabrás, pero la saga de "los Pirri" es oriunda de Rozas, con los hijos de los banderilleros de los años 60 y 70 jugaba, a veces peleaba eran unos piezas, y compartíamos experiencias de pre y adolescencia...
ResponderEliminarPepe Vázquez
Agradecido a todos vosotros que os molestais en hacer tan bonitos comentarios.
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