LA
CATERVA NO ADORA IDOLOS DE BARRO
La turba que escribe es peligrosa. Intentan
averiguar el futuro escudriñando curiosos el alma; buscan resolver enigmas
suspendidos en fantasías. Subliman gozos con matices que ellos mismos procrean.
A la gente que escribe es difícil
engañarlos. Incuban experiencias del mundo real y del ficticio que les
proporcionan manantiales inagotables de información. La patulea que escribe,
prefiere engañarse a sí mismos antes que dudar de una devoción y se excusan con
el mundo de contradicciones permanentes en el que se recluyen.
La caterva que escribe ni desayuna ni
almuerza; sólo cena, para evitar que las luces traidoras de la noche le sorprendan
con el estómago vacío. Los sujetos que escriben guardan promesas veraniegas para,
como si fueran mantas, abrigarse con ellas en invierno.
De las musas de la cáfila que escribe nadie
sabe nada, aunque indicios tengan. Se equivocan, como equivocan las cosas del
corazón que, a veces, suelen también ser casquivanas.
La horda que escribe idolatra la sinceridad
porque quiere saber donde aposenta sus reales la lealtad. El tropel que escribe
conoce las sonrisas que ocultan traiciones, pero se callan, esperando el
postrer momento de genial lucidez del sonreidor.
A la chusma que escribe les gustan las
plazas de toros vacías porque llenas están de emociones ocultas que se hacen
visibles cuando rebosan. Los sujetos que escriben no han perdido guerras,
aunque sigan perdiendo batallas que provocan les tachen de raros y al final
como normales les tratan.
La parentela que escribe no lo hace por
dinero, añoran eternizar un instante fugaz como añoran el sueño físico; del
otro, sobrados andan. Los individuos que escriben conocen a los carentes de
magia por más que estos digan que duermen tranquilos.
La tropa que escribe llora como niños,
buscan a alguien sincero que les acunen con metáforas que consuelen su
necesidad de protección.
Jamás os confundáis con la caterva que
escribe aunque agonizantes estén por las esquinas. Ellos se sienten dignos y
nunca adoran ídolos de barro. Morirán inadaptados pero no ignorantes de esa
parte del mundo falso que les rodea…
Miguel MORENO GONZÁLEZ
Buenos días Pedro me a gustado mucho leer la historia felicidades
ResponderEliminarAurora Ferrera Ruiz
Buenos días Pedro 🍀🍀
ResponderEliminarMaria Teresa Caballero Lopez
Buenos días Pedro y Miguel he leído su relato
ResponderEliminarChelo Villarin Recio
Muy buena descripción, sí señor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Luis C. Trijueque
Magnífico como siempre. Lo leo desde el pueblo de mi mujer donde vamos a pasar una temporada y posiblemente nos juntemos todos, hijos parejas y descendencia,durante unos días.
ResponderEliminarPepe Vázquez
Surrealismo puro y duro. Lo normal en ti es el realismo mágico...
ResponderEliminarNati
me encanta la historia hay que leer
ResponderEliminarAurora Ferrera Ruiz