FERIA TAURINA DE SAN ISIDRO 2021
El pasado año 2020 se publicó el día de San Isidro en El Zorro Corredero un escritito que hablaba de que por primera vez no habría toros en Madrid en esa fecha debido al “Virus sin corona” https://zorrocorredero.blogspot.com/2020/05/por-primera-vez-no-habra-toros-en-san.html , además se rendía un merecido homenaje al maestro “Antoñete” al cumplirse 54 años de su magistral faena al toro “Atrevido”, de Osborne. Este año parece de transición, y aunque sí habrá toros en la plaza madrileña de Vista Alegre en recuerdo –como siempre- de su patrón, San Isidro; contrasta con la falta de ellos en Las Ventas. Espero que el próximo año se normalice esta anómala y gravísima situación viral y las ferias, tanto la de Vista Alegre como la de Las Ventas, se celebren con total normalidad. Mientras tanto, deseamos mucho éxito a la valiente empresa de “La Chata”, así como a todos los intervinientes. El admirable compromiso de todos ellos con la afición merece el mejor de los resultados.
No
quiero tampoco este año dejar pasar esta fecha sin recordar al maestro “Antoñete”
al cumplirse 55 Sanisidros de aquel memorable, asombroso e inolvidable trasteo
al mencionado “Atrevido”. Pero tampoco quiero olvidarme, nada más lejos de mi
intención, de la portentosa irrupción hace
30 años en Las Ventas del maestro colombiano César Rincón, el más preclaro y
fiel continuador del toreo auténtico que impartía el torero madrileño del
mechón blanco. ¡Feliz San Isidro a
todos!
(Dedicado a Antonio Chenel,
“Antoñete”, al cumplirse hoy, 15/05/2021, Cincuenta y cinco años de su inmortal
faena a “Atrevido” el 15/05/1966)
LLEGA AL OLIMPO TORERO “ANTOÑETE”
Antonio Chenel "Antoñete"
“Los toros,
por regla general, siempre acaban yendo al centro del ruedo”. El centro del
anillo era el centro del mundo, eran los terrenos naturales de toro y torero
cuando toreaba el maestro: Antonio Chenel Albadalejo, “Antoñete”. Después,
cuando el toro por la intensidad del trasteo iba aplomándose, la faena la
acababa en el tercio, en la segunda raya.
Tomaba la
muleta con la izquierda y la tizona con la derecha, hacía una leve señal con la
espada a los banderilleros (Montoliú, Martín Recio, Periquito…) para que se
taparan. Probaba al burel con dos o tres muletazos en el tercio e
inmediatamente se iba al centro. El toro, mientras tanto, observaba admirado
alejarse al torero. Allí, en el ecuador de la Tauromaquia y del mundo,
“Antoñete” impartía sus lecciones magistrales de torería celestial. “¡Eh, toro!”, llamaba al morlaco
flameando cadenciosamente la muleta. Y el toro movía arriba y abajo la cabeza
fijándose en él. El torero se le acercaba parsimonioso dos o tres pasos,
repetía el cite y esta vez adelantaba el engaño para que el animal se centrara.
Entonces de la plaza brotaba un murmullo de admiración que al momento era un
clamor que nos impactaba directo en el corazón. La violenta arrancada del toro
Antonio la recogía con temple y cadencia, provocando el milagro, la
transformación, de cambiar la furia en suave armonía. Para ello, le cargaba la
suerte al llegar a su jurisdicción y con la muleta planchada y muy adelantada
se traía “al toro toreado”. Se
enroscaban ambos en un natural largo y bello dándole salida detrás de la
cadera, mientras con un imperceptible toque de muñeca le dejaba presto para
ligar el siguiente natural de una serie de cuatro. Y cuando los dos estaban
rotos por el esfuerzo, el maestro le vaciaba la embestida con un pase de pecho
obligado que era la consecución natural de tanta entrega y dominio. Un pase de
pecho enhebrado al natural que dibujaban sobre la arena luminosa una especie de
número “ocho” alado. ¡Se dice pronto!,
pero ya casi no se torea ni con esa plasticidad ni con ese sentimiento.
Ver torear a
“Antoñete” era alejarse de la
vulgaridad y pasar a ocupar los terrenos eternos de la lidia auténtica. Era
como sumergirse en el paraíso de las emociones y de allí yo no quería moverme
nunca. Contemplarle salir de las suertes roto, fatigado, inclinando la cabeza
después de mirar al tendido agradeciéndoles su entusiasmo, se me antojaba que
era un poema desgarrador. Era como pedir cita con las Musas y que éstas te
recibieran con una sonrisa de satisfacción plasmada en su efímera y hermosa
obra artística inspirada. Su figura encajaba perfectamente con el tipo de
torero que admiro. Ese que te hace soñar con la esperanza de la belleza que
está por arribar pero que llega acompañada de esa fragilidad sensible y bohemia
que, a la sazón, todo lo puede trocar en apatía, amargura, indolencia,
incapacidad… ¡Esos son mis toreros! Aquellos que son como la vida misma: Ahora
felicidad y al rato tristeza. De esos toreros “Antoñete, Rafael de Paula y Luis
de Pauloba siempre han sido mis conmovedores paradigmas.
Parte de mi
vida ha estado unida a su antológico y personal clasicismo torero. ¡Si hasta mi
hija Berta nació con un mechón blanco sobre su pelo una tarde de junio que
toreaba el maestro en Madrid! A partir de ahí, ¿qué no podría yo narrar de “Antoñete”…?
Despedida de Antoñete en Las Ventas. Blog: Estrapicurciela.
¡Todos en
pie! Levantémonos respetuosamente: Murió un torero que hizo de la torería y la
bohemia su vida. Se fue como llega el otoño: En silencio y cargado de
melancolía. Ya llega “Antoñete” a la
Inmortalidad. Pase Maestro. Pase al Olimpo de los Dioses Toreros. Está todo
preparado para usted. Ocupe el escaño de la “T”: ¡TORERO!
Miguel
MORENO GONZÁLEZ
(Brindo por
César Rincón, al cumplirse en este San Isidro de 2021, Treinta años de sus
apoteósicas dos primeras salidas a hombros de Las Ventas, de las cuatro
seguidas que consiguió en 1991)
OTRA VEZ LA EMOCIÓN DEL TOREO
El toreo de este hombre era
armonizar tres corazones al unísono: El del torero, el del toro y el del
público. Para lograrlo lo sustentaba en tomar la distancia al toro. Una vez
conseguido, él y su obra eran el centro del Universo. Entonces el amor del
torero es la muleta que unida a su magia acaba fascinando a su enemigo que se
transfigura en amigo colaborador y cómplice de su obra artística. En esos
instantes llorar es reír y sabes que la gente que quieres ríe contigo con
satisfacción y los “olés” y el “runrún” inconfundible de la plaza se te
incrustan en el corazón y la mente; hundidos en lo más profundo, en ese lugar
donde se fabrican lágrimas como perlas.
Cuando uno percibe y experimenta
esto sale de la plaza cargado de ilusión y derrama a cada paso gotas de cariño.
Comprendes entonces que la Gloria –de
existir- ha de ser parecida a una tarde torera de César. Aquéllas en las que el
amor o la amistad es la sensación de poder transmitir parte de esa alegría que
sentías a las personas que te rodeaban.
…Sucedió una tarde primaveral y
madrileña. El ocaso tenía forma de arco iris y veíamos a César Rincón subir por
él hacia el cielo con los ojos llenos de perlas. Se encontró con todos nuestros
seres queridos que parecían esperarle. Al poco, le vimos bajar de nuevo a la
plaza que en ese instante era un paraíso poblado de palomas blancas. Unos
hombres le cogieron al vuelo y le izaron a hombros. Iban lentos,
conmovedoramente lentos, como flotando en un éxtasis del que sólo se oía
acompasadamente el grito de: “¡Torero,
Torero, Torero!” El cuadro semejaba un paso de Semana Santa en el que la
imagen venerada era un ser mitad hueso, mitad arte. Sin dilación se cruzaron
nuestras miradas y pasamos a formar parte del cuadro: ¡¡¡Era flotar..!!!
Las arcadas de la Puerta Grande eran
el pórtico de un sueño eterno y feliz. El corazón nos saltó hecho pedazos. Nos
queríamos todos compartiendo un sentimiento común. Y volvíamos a flotar… otra
vez flotar. Un flotar que nos mezclaba, nos mecía, nos sumergía en esos pases
largos, hondos, bellos… como nuestros hijos. Otra vez. Nos ha pasado otra vez…
Miguel MORENO GONZÁLEZ
Aunque sin feria taurina, ¡feliz San Isidro! Maestro.
ResponderEliminarLuis C. Trijueque
El año que viene espero un escritazo sobre la vuelta de la feria de S. Isidro. ¡SEGURO!
ResponderEliminarAntonio A.
LA LITURGIA DEL TRAJE DE LUCES
ResponderEliminarBajadas las persianas
resalta la montera
sin luz en las ventanas
y el toro ya a la espera.
Entra el mozo de espadas
y al diestro le despierta
tardes acaloradas
de afición a la puerta.
El diestro se levanta
despereza y afeita
y algún temor espanta
si en triunfo se deleita.
El mozo en mano tiene
la estrecha taleguilla
y una silla sostiene
flamante chaquetilla.
Liturgia de la gloria
al embutir el traje
que tal vez haga historia
oculta en su ropaje.
Las medias son de seda
y a tono va el fajín
y al conjunto le queda
al cuello el corbatín.
Camisa con chorreras
luz en los alamares
brillantes las hombreras
que alejan los pesares.
Negras las zapatillas
topacio los tirantes
huyen las pesadillas
de toreros triunfantes.
Colgantes van los machos
que dicen del valor
y son yelmo y penachos
en campos del honor.
La coletilla puesta
probada la montera
ya tiene la respuesta
y toda duda fuera.
Ante el altar se inclina
que tiene improvisado
la intervención divina
nunca la ha desechado.
Con capotillo en mano
con el que hará el paseo
el torero va ufano
al coso del deseo.
Los trajes de la terna
del arte y de la muerte
viven la pugna eterna
del Dios reparta suerte.
lo siento no me gustan los toros que Los.matan😭😭😭
ResponderEliminarAurora Ferrera Ruiz
Aurora Ferrera Ruiz . Me imagino de que si no te gusta morir a los toros, tampoco quieres que mueran las terneras o terneros, que mueren antes del año de vida. Me imagino que no comeras CARNE DE AÑOJO, ni chuletones. Pobres animales que los matan de mala manera en un matadero, antes de cumplir el año. En eso tiene más suerte los toros de lidia que viven más de cinco veces más, viviendo a cuerpo rey en las dehesas.
ResponderEliminarJulian Moreno Moreno
El pollo nace para alimentar al hombre y la ternera y el cerdo etc..... Y el toro es un cuerpo a cuerpo en la plaza
ResponderEliminarMaria Antonia Hernández
VIVA LA FIESTA NACIONAL!!!
ResponderEliminarMaria Antonia Hernández
Maria Antonia Hernández viva
ResponderEliminarPilar Calvo Villarín
Yo no soy taurina...
ResponderEliminarElena Rojas Mayor
Elena Rojas Mayor . ¿ Y qué hacemos con los toros, para que sirven ? ¿ Quién mantiene esta raza ? ¿ Los utilizamos para carne y en lugar de vivir 5-6 años, se les mata al año de vida? Como la carne que comemos, carne de AÑOJO ¿ Como mantenemos las dehesas ? 280.000 hectáreas.
ResponderEliminarJulian Moreno Moreno
yo lo respeto al pollo ala ternera yo no las veo matar pero a los toros si
ResponderEliminarAurora Ferrera Ruiz
Aurora Ferrera Ruiz . Hay que respetar tu opinión que no quieres que mueran animales. Hay que respetar de que no te gusten los chuletones de ternera, ni la carne de animales. Muy respetable tu opinión.
ResponderEliminarJulian Moreno Moreno
gracias Pedro ❤️
ResponderEliminarAurora Ferrera Ruiz
Respetar las pasiones y gustos de la gente es lo que nos hace mas libres y humanos. Los toros no son una de mis aficiones, pero el día del Cristo disfruto de todo y por supuesto de los toros.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por vuestra tolerancia.
Con noticias halagüeñas,
ResponderEliminarpara el mundo de los toros,
las crónicas y reseñas
de nuevo traen las señas
de las platas y los oros.
¡Qué arte tienes Miguel! Y al leer tus escritos me de dado cuenta de lo rápida que pasa la vida!!! 30 años del triunfo de César Rincón y yo lo recuerdo perfectamente!! De lo que no era consciente era del tiempo transcurrido…
ResponderEliminarEugenia