ATLÉTICO VALDEIGLESIAS 5 - A.D. CADALSO 5
Las intensas
nevadas de comienzos de Enero me hicieron recordar, con claridad y precisión,
un partido de fútbol de juveniles entre
el Atlético Valdeiglesias y el A.D. Cadalso.
Jugamos en el
campo de San Martín. Creo recordar que era un domingo de noviembre por la
mañana. Fuimos desde Cadalso en distintos coches particulares de aficionados y
familiares de los futbolistas. Cuando se inicio el partido comenzó a nevar
copiosamente, con fuerza y sin descanso. A duras penas podíamos distinguirnos
entre nosotros y mover el balón que pesaba un “quintal”. Fue un partido de toma y daca, de amor propio, de garra,
de furia, esas cosas de entonces... El resultado final fue de empate a 5-5. A un
gol de ellos, nosotros respondíamos con otro nuestro y viceversa.
Yo jugaba de
portero y a pesar de los cinco goles encajados no estuve mal del todo (a partidos
regulares míos, pocos; le sucedían otros malísimos, muchos). Pero aún recuerdo
paradas felinas y notables que ni yo me explicaba. En realidad, ninguno de los
veintidós estuvimos mal. Aquello fue épico y fundamentalmente muy emocionante.
Al acabar nos abrazamos todos manchados de barro pero felices y satisfechos.
Reíamos y también alguno se emocionó. No estaba entonces bien visto
emocionarse: ¡Los hombres no lloran!
Los veintidós (entonces no había cambios ni zarandajas por el estilo), hicimos y vivimos un futbol de supervivencia, lucha y superación. Habíamos ganado juntos la batalla de hacernos entender y respetar, de reivindicar nuestro orgullo juvenil. Triunfamos en una guerra que significaba la llegada de la paz, la reconciliación y la eterna alianza de la sangre de los dos pueblos. ¡La heroicidad del deporte!
Recuerdo a casi todos mis compañeros de aquellos partidos que parecían “torneos medievales”: José L. Rubio, Ángel “Metaillas”, Vicente Álvarez, Esteban, José “Peque”, Antonio “Molinero”, José L. Matatoros “Santi”, José L. Martín, Javier “Voltereta”, Victorio Sibert, Balta Villarín, Fernando “Pícaro”, José “Pelu”, Manolo “Alguacil”, José “Charra”, Paco “Segoviano”… También rememoro a algunos de San Martín: Javi “Bodigo”, Guillermito, Vitorito, Alfredo, Carlos, Bombi, Enriquito, Guillermo Yuste, Santiago Lastras… Ellos guardarán tan bonita imagen de aquel encuentro como yo le guardo entre pañales de amistad y de superación.
El campo de San
Martín era de los pocos que tenían duchas con agua caliente, los de Cadalso no
estábamos acostumbrados a tales lujos. Nosotros éramos como los guerreros del
Oeste: ¡A pecho descubierto! Fueron unas compañeras del Instituto a vernos:
Rosa, Olaya, Reyes, Corina… que junto a los pocos espectadores que asistieron
nos aplaudieron y nos dijeron cosas muy bonitas según íbamos a las duchas. Y es
que a los de Cadalso nos gustaban mucho las chicas de San Martín. Estábamos
platónicamente enamorados de ellas…
En ocasiones, ya mayorcitos, coincidimos en el mesón La Colmena y evocábamos estos encuentros bebiendo “agua de fuego”. Aún hoy, cuando paso con la bici por su pueblo, me reconocen: “¡¡¡Miguel Ángel!!!” Ven ángeles donde sólo pedalea un demonio... Los “pinches” siempre han sido buenos con los cadalseños y con Cadalso…
Miguel
MORENO GONZÁLEZ
Bonitos recuerdos
ResponderEliminarChelo Villarin Recio
Buenos días Pedro
ResponderEliminarChelo Villarin Recio
Que tiempos verdad??
ResponderEliminarEsperanza De La Cruz García
Buenos días Pedro!!🍀🍀
ResponderEliminarMaria Teresa Caballero Lopez
Que interesantes los Recuerdos y las historias tan importantes como muchas BUENOS DÍAS PEDRO
ResponderEliminarAurora Frrera
Tres chavalitos
ResponderEliminarJose Maria Moreno Gonzalez
Joer, que recuerdos, Miguel, Jose y un servidor.... que tiempos...
ResponderEliminarJosé Antonio Álvarez Gallego de Guzmán
Harán 50 años de aquel partido que sigue viviendo en nuestros corazones, que se vendrá con nosotros cuando nos vayamos. A diferencia de los rivales, los de Cadalso no teníamos uniformidad unitaria. Ni siquiera botas. Algunos jugábamos con katiuskas. Pero ilusión... ¡Ah, amigo! Esa nos desbordaba por doquier. Algunos de los compañeros llegaron a jugar con el tiempo en equipos de Tercera. Eran muy buenos. Lo que más llamaba mi atención era su exquisita técnica. El toque que imprimían al balón era tan sutil que lo ponían allá donde sus ojos les marcaban. No eran bruscos, ni daban patadas... Solo los "medios" gritaban a los "delanteros": ¡Corre allí y espera a que yo te mande el balón! ¡Y corrían y esperaban...para irse directos a la portería rival! Y recuerdo que eran muy comprensivos con mis fallos garrafales en la portería y teníamos mucho compañerismo. Jose "Pelu" siempre me defendía (era el más grande) La mayoría siguen hoy caminando por nuestras calles con elegancia, despacio, en silencio... Van recordando emocionados aquel empate a 5 contra el Atlético Valdeigresias entre la nieve y la euforia... ¡Y es Que antes nos perdía la euforia por ganar! Gracias a todos. Pero sobre todo a mis compañeros de equipo. Jamás les olvidó...
ResponderEliminarBuenos días Pedrito que guapos y jovencitos joseliyo estas muy chulis Miguel y José
ResponderEliminarDolores Saez Canoyra
Los recuerdos de Balta, Miguel, Pedro... son caricias y me hacen querer a nuestro pueblo con el orgullo de sentirme mejor persona. Es bonito que todos vuestros recuerdos tengan el denominador común del aprecio y del amor a Cadalso y a sus gentes. Me hacéis sentirme especial por el simple hecho de ser cadalseño. Muchas gracias. Soplona
ResponderEliminarEran tiempos de épica deportiva, Miguel.
ResponderEliminarUn abrazo.
Luis C. Trijueque
Miguel gracias por la gran descripción del partido sigues teniendo buena pluma
ResponderEliminarRaul Saez de Benito
El que está agachado eres tú Pedro Alfonso
ResponderEliminarMaria Montes
No, es Miguel. Tienes que leer y ver todo, así no te equivocas.
ResponderEliminarPedro Alfonso anda pues lo e leído pues no me enterado bien
ResponderEliminarMaria Montes
Buen trabajo y muy constante te deseo que sigas con tu superacion y disfruté
ResponderEliminarJesus Sanchez Moreno