NOCHEBUENA
Aquella Nochebuena
amanecieron todos los majuelos del arroyo Tórtolas
blancos por la escarcha. Esa tarde cayó la niebla y, al recibir el contacto de aquel
sol invernal pálido y triste, se disipó y aparecieron las hierbas irisadas debajo
de los pinos desprendiendo un vaho etéreo. Quizá como homenaje del campo a la
noche venidera.
Esa noche
los niños no callamos y los susurros de los recuerdos de los ausentes no
silenciaban la mente de los adultos. Alguien comentó que las penas no se pueden curar y siempre acaban doliendo… que las
casas se quedan solas y se hace infinito el eco de los ausentes… que el dolor
produce un amargor profundo de ausencias que va llenando las piezas de
tristezas… que los lamentos se acercan desde lugares desconocidos sobresaltando
el ánimo… que los mayores sienten miedo al oír en soledad el viento porque les
hacen más pensativos y más viejos… que las Nochebuenas cada año conmueven más… Que
las penas lloran cuando los pétalos de las Flores de Pascua se marchitan…
En cambio,
yo vivía una euforia navideña que se proyectaba desde el alma hasta mi cara aterida
al saber que aquella noche, poseída por las luces extrañas que aparecían detrás
de la casa (¿acaso apariciones?), sería
especial porque era Nochebuena. Estaríamos juntos en Las Casetas con la zambomba de Jesús, las ocurrencias graciosas de “Quinito”, secundado por Juanjo que motivaba
especialmente su ingenio, la expresión bonachona de Pío, el incansable trajinar de Luisa, Feli y Francis para que todo
estuviera a punto, la llegada de Justo y Luciano después de pedir con su
cuadrilla aguinaldo por todo el pueblo rociándolo de moscatel, “gallitos” y polvorones, la satisfacción
indisimulada del abuelo, las mil caricias por segundo que irradiaban los ojos
de la abuela, la bondad que contenían las manos de Martina y el semblante
melancólico de mi padre acompañado de la sonrisa esperanzada de mi madre.
…Y mi leal perro
“Mingo”, pegado eternamente a mi
costado sin dejarme nunca solo. El pobre, cuando los grandes comenzaron a
cantar el villancico: "El Niño Dios
se ha perdido", estremecido por el desgarro de las voces, se metió
debajo de la mesa llevándose por delante el mantel y los humiles restos de la
cena. El sabor que me dejó su fidelidad al ausentarse, hizo que cada año le
añorara mucho más. Ningún otro ocupó jamás su lugar en mis recuerdos. Hay amores eternos, sentenció Bécquer.
Precioso escritito Miguel, defines con el corazón aquellos días de Navidad de nuestra más tierna infancia, Nochebuenas llenas de cariño y familia, de sencillez y alegrías, de cenas humildes cargadas de amor, de calles frías de temperaturas pero calurosas de humanidad, de villancicos cantados por los nuestros, de vecinos que eran familia, se añoran tantas cosas, que hoy nos invade cierta tristeza, porque aquellas Navidades ya no volverán y las de ahora ya no pueden curar las ausencias de tantas personas queridas. Feliz Navidad.
ResponderEliminarJoer Miguel... qué bonito amigo.... como siempre, claro... Precioso de verdad... sin palabras...
ResponderEliminarJosé A. Álvarez de Guzmán
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ResponderEliminarUn abrazo a todos y deseo que sigamos aquí para celebrar estas Fiestas el próximo año con total normalidad, comprensión y sana alegria.
ResponderEliminarCaray Miguel, la nostalgia a flor de piel... Magnífico cómo siempre...
ResponderEliminarUn abrazo y FELIZ NAVIDAD.
Pepe Vázquez
Precioso Miguel!!
ResponderEliminarQue siempre conservemos una parte del niño que fuimos.
Precioso escrito Miguel. Aunque no viví esa Navidad es como si lo hubiera hecho por las veces que le he oído a mi padre contarlo. Qué paséis una Feliz Nochebuena y Navidad!!
ResponderEliminarTu primo, Miguel
Migue que recuerdos tan bonitos y que felices hemos sido en las casetas rodeados de toda la familia no te has olvidado de ninguno gracias
ResponderEliminarPrecioso Miguel, lo que te dedica a ti Pedro lo comparto por entero y la Navidad que tu describes estremece hasta hacer temblar los huesos. He sentido al leerlo el frío del invierno, el calor de la lumbre, la soledad y la nostalgia por las ausentes y la emoción de un niño. Gracias. Muchas Gracias y Feliz Navidad.
ResponderEliminarGracias a todos. Celebro haberos traído gratos recuerdos de Nochebuenas pasadas. Siendo así, la misión del escritito queda cumplido. Gracias Pedro, José, Pepe, Miguel, Jesús, Javier y al entrañable y fiel anónimo. Un abrazo y Felicidades para los descritos y todos los demás...
ResponderEliminarAbsolutamente hermoso!!!!! Leído con lágrimas en los ojos, eso es traspasar lo escrito directo al corazón
ResponderEliminarFeliz Navidad!! 🎄❤️
Q bonito Miguel, como siempre... Feliz Navidad para ti y los tuyos, un abrazo
ResponderEliminarMontse Hergueta
Feliz Navidad para todos!!!!!
ResponderEliminarA ti Pedro por recordarnos siempre Tradiciones y lugares de ese precioso pueblo
Y a Miguel que decirle!!!! Enamora la forma que tiene de contar la vida vivida
Felices fiestas!!!! 🎄
Ruqela Tuyes
Feliz navidad para todos los cadalseños recordando a todos das los y las cadalseñas salud para todos
ResponderEliminarAngel Haro
FELICES FIESTAS
ResponderEliminarAurora Ferrera Ruiz