EL PROGRESO
(A mi hermano Justo, cazador como Delibes al que siempre recomienda leer. También a Javi L. Lentijo, vallisoletano, amigo e igualmente admirador de Delibes)
El pasado 17 de octubre mi hermano Justo me
recordó que de vivir su escritor favorito (el mío también), Miguel Delibes
Setién, hubiera cumplido 100 años. Ha sido el narrador castellano por
excelencia. Todo el mundo habla de lo grande que son sus “naciones” y olvidan a la que unió y dio razón de ser a España,
además de descubrir un Nuevo Mundo:
¡¡¡Castilla!!! Don Miguel me devolvió el orgullo de ser castellano cuando leía sus
libros y le oía hermosas expresiones que
recomiendo encarecidamente:
“Primero conocí
mi provincia, más tarde la amé y, finalmente, cuando la vi acosada por la mezquindad
y la injustica intenté defenderla. Durante ocho lustros hube de soportar que a
Valladolid y Castilla se les acusase de centralistas, cuando, en rigor, eran
las primeras víctimas del centralismo… Y cuando las circunstancias se agravaron
y se impuso en el país la ley del silencio, yo trasladé a los libros mi
preocupación por lo mío. Y ya no sólo para defender su economía sino para
reivindicar al campesino, a nuestro labrador, su orgullo, su dignidad, el sabio
empleo de nuestro idioma. Aquellas voces que arrullaron mi infancia fueron el
germen de mi expresión futura. Los sentimientos que siempre anidaron en mis
personajes: solidaridad, ternura, mutuo respeto, amor; el convencimiento de que
todo ser ha venido a este mundo para aliviar la soledad de otro ser… Si el
cielo de Castilla es tan alto, es porque lo levantaron los campesinos de tanto
mirarlo… Hay unos ambientes que se reiteran en mi producción literaria: muerte,
infancia, naturaleza y respeto al prójimo de buena fe…”
Transcribo a continuación un pequeño extracto de su
discurso de ingreso -ocupó el sillón “e”- en 1973 en la Real Academia Española de
la Lengua. Lo pronunció el día de su toma de posesión -25 de mayo de 1975- hoy,
cincuenta años después, se me antoja un discurso adelantado a su tiempo. Todo
él está lleno de lógica, sencillez, amor a la Naturaleza y sentido común.
"…El
desarrollo, tal como se concibe en nuestro tiempo, responde, a todos los
niveles, a un planteamiento competitivo. Bien mirado, el hombre del siglo XX no
ha aprendido más que a competir y cada día parece más lejana la fecha en que
seamos capaces de ir juntos a alguna parte. A mi entender, únicamente un hombre
nuevo -humano, imaginativo, generoso- sobre un entramado social nuevo, sería
capaz de afrontar, con alguna posibilidad de éxito, un programa restaurador y
de encauzar los conocimientos actuales hacia la consecución de una sociedad
estable. Lo que es evidente, como dice Alain Hervé, es que a estas alturas, si
queremos conservar la vida hay que cambiarla.
El éxodo rural es un fenómeno universal e irremediable. Hoy
nadie quiere parar en los pueblos porque los pueblos son el símbolo de la
estrechez, el abandono y la miseria. Los hombres no hemos acertado a establecer
la relación Técnica-Naturaleza en términos de concordia y a la atracción
inicial de aquélla concentrada en las grandes urbes, sucederá un movimiento de
repliegue en el que el hombre buscará de nuevo su propia personalidad, cuando
ya tal vez sea tarde porque la Naturaleza como tal habrá dejado de existir. No
es un rechazo a la máquina, sino que por un error de medida ella ha venido a
calentar el estómago del hombre pero ha enfriado su corazón. Por esto mis
personajes declinan un progreso mecanizado y frío, porque, simultáneamente,
este progreso los rechaza a ellos, ya que un progreso competitivo, donde impera
la ley del más fuerte, dejará ineluctablemente en la cuneta, a los viejos, los
analfabetos y los débiles. Estas víctimas de un desarrollo tecnológico
implacable, buscan en vano un hombro donde apoyarse, un corazón amigo, un calor
humano.
Hace unos días, en un acto programado en
razón de su Centenario, dijo de él Luis María Ansón: “Fue un escritor excepcional. Para él, la literatura era la expresión
de la belleza. Lo más importante era la belleza del lenguaje. Fue uno de los
seres más extraordinarios que cualquier persona puede conocer…” Fue un
hombre incurablemente bueno…
Miguel MORENO GONZÁLEZ
Grande Miguel Delibes!
ResponderEliminarMilagros Bouhaben Montero
Precioso recordatorio del gran maestro del idioma castellano. Precursor del ecologismo, defendía la naturaleza porque la habitaba, pisaba los campos, los recorría, respiraba su aire y vivía entre sus gentes. Con la escopeta al hombro sabía ver lo que le rodeaba, valorarlo y después, poseedor de ese don que os ha sido concedido a algunos, compartir con su léxico inmenso y preciso todo aquello que veía con el corazón al resto de los mortales. Siempre es necesario recordarle y volver a él.
ResponderEliminarUn abrazo, Miguel.
Luis C. Trijueque
Muy grande Miguel Delibes, mi libro favorito es el camino. Germán el tiñoso ,las guindillas,el mochuelo, Roque el motivo etc..... Están recogidos en este libro al más estilo de un pueblo de antaño,el cual te hace disfrutar y meterte como un personaje más de la historia. Miguel Moreno me encantan tus escrititos y hoy me has tocado mi punto débil gracias por compartirlo 😃
ResponderEliminarMaria Antonia Hernández
Aclaro Roque el moñigo el corrector se empeñan en poner otra cosa jajajajaja
ResponderEliminarMaria Antonia Hernández
Dices bien. Para mi también es muy grande Miguel Delibes. Pero es obvio que tu corrector, de corrector, solo tiene el título, que, para colmo, él mismo se ha dado.😄
ResponderEliminarVidal Fermosell Jimenez
Siempre me gustó Delibes, en la mili, allá por la tierra mora, como dice la canción, me leí todo lo que había sobre él en la biblioteca del cuartel. Cada tarde con la lectura volaba a tierras de Cadalso, al fin tierras castellanas, y me evadía de aquello. El Camino recuerdo que me hizo llorar por la emoción y lejanía de los míos. Muchas gracias Miguel. Un abrazo
ResponderEliminarGrande Delibes, su lectura debería ser obligatorio en la escuela. Grande también tu glosa y tu recuerdo.
ResponderEliminarPeoe Vázquez
Ojalá aprendieramos, hoy en dia, un poco de estos ilustres.
ResponderEliminarLuis M. González
El cielo de Castilla es tan alto, es porque lo levantaron los campesinos de tanto mirarlo… Que hermosas palabras. Un homenaje a la gente humilde, sencilla pero imprescindibles. Homenaje no solo en la escritura, también en la pintura. Me recordó a El Àngelus de Millet.
ResponderEliminarhttps://www.artehistoria.com/es/obra/el-angelus
Muchas gracias Miguel por este precioso homenaje a un gran escritor y a sus grandes personajes.
Claro por eso han tenido creo que son 7 hijos. Además de escribir buenísimas novelas, tuvo tiempo para con su esposa criar esos hijos. 😜
ResponderEliminarMaria Eugenia Blázquez Bascuas
Gracias a todos... Don Miguel Delibes Setien se hubiera sentido muy dichoso al comprobar el cariño con el que seguimos recordándole y acompañándole. Porque como él decía: "Tengo el convencimiento de que todo ser ha venido a este mundo para aliviar la soledad de otro ser…"
ResponderEliminarMe costó mucho trabajo y años conseguir todas sus novelas, ensayos,artículos, biografía etc. Todo lo tengo en un armario junto a otros cientos de libros de otros autores. Si sirven para encender alguna luz, aquí está el interruptor.
ResponderEliminarNo aparece mi nombre. Soy un inútil con las nuevas tecnologías. Soy el hermano de Miguel
ResponderEliminarYo también leí el camino le conservo en mi pequeña biblioteca
ResponderEliminarPilar Diaz Recamal
Uno de nuestros grandes escritores con una literatura genialmente sencilla pura y castellana y un gran ecologista colaboro con todas las enciclopedias natnaturalistas de Felix Rodríguez de la Fuente
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