martes, 4 de agosto de 2020

Primavera en la Garganta del Boquerón, un lugar de Cadalso


Primavera en la Garganta del Boquerón
( Casa de Tablas )


Un paseo por la cadalseña Garganta del Boquerón nos proporciona todo un placer por la tranquilidad y belleza del lugar, pero si lo hacemos en primavera, cuando los colores de cientos de floras salpican cada rincón, nuestros sentidos se verán muy afectados por tanto esplendor, provocando admiración y deleite por todo lo que la naturaleza siempre nos regala. Hoy aparecen 10 flores que podemos observar y fotografiar, son flores que en nuestro caminar podemos ir descubriendo pero que muchas veces pasan desapercibidas, y apenas notamos su presencia, una presencia que cada primavera apenas dura unos días pero que con su color llenan de atractivo nuestra admirada Garganta del Boquerón, precioso nombre casi siempre sustituido por el de Casa de Tablas. 


Onopordium acanthium. Cardo borriquero

Thapsia Villosa

Vilano Asterácea. Diente de León

Cistus albidus. Jara blanca

Hypericum perforatum. Hierba de San Juan

Centaurea alba

Anacyclus clavatus. Manzanilla loca


Campanula rapunculus. Campanilla

Crepis, visecaria. Achicoria

Salvia afficinalis

Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso


4 comentarios:

  1. Es verdad que pasamos y no lo vemos, con unos segundos sería suficiente para ver y admirar tanta belleza efímera. Gracias Zorro por mostránoslo.

    Antonio C.

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  2. Mal final para un buen Rey
    del cambio y la Democracia,
    comportarse igual a un buey
    y olvidarse de la ley
    su impronta y su perspicacia.


    ADOLFO SUÁREZ

    Presidente fue de España
    denostado y aclamado,
    auténtico hombre de Estado,
    consumador de una hazaña.
    La Patria guarda en su entraña
    y sabrá guardar memoria
    de un español que a su gloria
    le trajo la Democracia
    con cívica hispana audacia
    y entró de lleno en su Historia.

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  3. Garganta del Boquerón
    de flores multicolores,
    conforman un corazón
    y en Cadalso sensación
    del edén de sus amores.

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  4. A don Pedro Muñoz Seca
    monárquico en la Modelo,
    comunistas de la Checa
    traen de meca a la ceca
    y en Paracuellos el cielo.


    LAS TRECE ROSAS ROJAS
    "Que mi nombre no se borre en la historia".
    Julita Conesa

    En calle de Coloreros,
    a espaldas de San Ginés,
    la tragedia se gestaba
    y las Rosas no la ven.

    Las jóvenes comunistas
    (y Blanca Brisac no lo es),
    agosto del treintainueve,
    aherrojadas se ven.

    Van cayendo escalonadas
    cuando las van delatando,
    cediendo ante las torturas,
    hombres en frentes bregados.

    Martina y Carmen Barrero,
    Pilar y Julia Conesa,
    Ana López, y Virtudes
    y Elena Gil y Adelina.

    Dionisia las acompaña,
    Joaquina entra en la lista,
    Victoria forma en el grupo
    y Luisa cierra la fila.

    Trece son las Trece Rosas
    del agostado jardín,
    de un Madrid de cárcel pútrido
    y un Gólgota por venir.

    Gritos en comisarías,
    siempre en ristre los vergajos,
    la capital de la gloria
    ahora es la del espanto.

    Cuerpos en sangre bañados,
    miembros rotos y tullidos,
    dientes fuera de su base
    y horrores entre suplicios.

    Las Rosas son deshojadas.
    ¡temblad, almas de vencidos!,
    que esta tierra de Caín
    no ha de daros un respiro.

    Silencios espeluznantes,
    insultos, carreras, gritos,
    gemidos, voces de infamia,
    ¿Tú dónde estás?,¡oh, Dios mío!

    Las acusan de la trama
    y muerte de Gabaldón,
    de formar una conjura
    o un entramado mayor.

    Sin fundamento y sin base,
    sin garante o defensor,
    sin testimonios ni pruebas,
    todos condenados son.

    Los culpables son hallados,
    fusilados con fruición,
    días después del suceso
    que el crimen se perpetró.

    ¿Eran cuatro o eran tres
    los funestos asaltantes,
    que al cometer un atraco
    un infierno desataron?

    Se abrió la cárcel de Ventas
    y su cancela gimió,
    cuando traspasó la verja
    la muerte en un camión.

    Subieron las Trece Rosas
    y ahora el camión lloró,
    al contactar con su suelo
    de la inocencia el dolor.

    Las Trece Rosas marchitas,
    un cinco de agosto vio
    Madrid cuando despertaba
    sumido en el estupor.

    Osario de la Almudena,
    antesala del horror,
    ten ya dispuesta tu tapia
    y dales tu bendición.

    Alba de un cinco de agosto,
    preludio de un gran calor,
    nimba a las Rosas las frentes
    que hoy acceden ante Dios.

    Puestas las Rosas en fila,
    dando cara al pelotón,
    "¡apunten, disparen, fuego!",
    y el crimen se consumó.

    Trece Rosas de Madrid
    soñando un Madrid mejor,
    vuestra entrega no fue vana
    pues el rosal floreció.

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