El Estanque de Palacio y Don Álvaro
No es aquí, ciertamente, donde hemos de encontrar al rudo guerrero, ni al hombre de acción, ni siquiera al melancólico desterrado, que todo eso, más otras muchas cosas fue D. Álvaro. Aquí el que está viviente todavía es el galán y poeta, que, en un momento de embriaguez, llegó a cantar, pulsando la lira de los trovadores, aquello de....
Si Dios, nuestro Salvador,
ovier de tomar amiga
fuera mi competidor
El Lazarillo de Madrid. 1930
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
el estanque lo veo pero a Don Alvaro no
ResponderEliminarJaja Ja
Ana Tere
Si te fijas bien le puedes ver, es parte del Estanque y de la historia de Cadalso.
ResponderEliminarZorro Corredero de Cadalso de los Vidrios voy
ResponderEliminarAna Tere
Cuando te pones poeta...
ResponderEliminarNo soy yo, es un tal Lazarillo de Madrid.
ResponderEliminarDon Álvaro, desde que le dijeron que moriría en un cadalso, se le veía poco por ahí.
ResponderEliminarVidal Fermosell Jimenez
Bueno, la verdad es que pisó poco por aquí.
ResponderEliminarOcioso el voluntariado
ResponderEliminarlos voluntarios dispersos,
el ictus no me ha acabado
mi actividad no ha cesado
y os sigo escribiendo versos.
Ignora la gente ociosa
que un poeta nunca muere,
pues en su tumba reposa
su mente maravillosa
con versos por donde fuere.
SOMOS GRUPO DE GENTES ANIMOSAS
Somos grupo de gentes animosas,
ya unos calvos y otros peinando canas,
de vivencias frugales, hortelanas,
entre niños,colegios y entre rosas.
Nuestras vidas volcamos generosas
y una fuerza interior abre ventanas,
al trabajo que ocupa las mañanas
que en nosotros ya no son presurosas.
Absortos en contacto con la tierra,
teniendo nuestras manos ocupadas,
alejados vivimos de la guerra
que otrora motivó horas agitadas,
ignorando cuánta belleza encierra
el huerto y sus verdades reveladas.
DON ÁLVARO DE LUNA A SU PASO POR CENICIENTOS
A Gonzalo Barahona Alonso
Riquezas tuvo, honores, poderío;
del rey valido, amigo y consejero,
favorito y constante compañero
y a su lado grandeza y señorío.
De cuerpo enjuto, mas su fuerza y brío
fue cantada, elevada al romancero,
y él fue juglar, poeta pasajero
y en justas paladín cruzando el río.
Gran Señor, Condestable de Castilla,
con gran pompa pasó por Cenicientos
anhelando el cetro y ceñir corona.
Magnífico jinete va en su silla,
semblante alegre y, oro en los jumentos
que lleva a su castillo de Escalona.