OTRO
RAMITO DE VIOLETAS EN EL DOMINGO GORDO DE CARNAVAL
Tuvimos al padre de Jorge y Evangelina,
José Ramón Sobredo Rioboo, de Embajador de España en Argel. Y coincidencias de
la vida, cuando regresamos al Ministerio en Madrid, Jorge Sobredo Galanes fue
el jefe de Paloma mientras éste, a la sazón, era Subdirector Gral. de Asia.
Jorge y servidor labramos una amistad de exigencia sensata cuando le sobrevino
una repentina afición por el toreo. Fuimos muchas tardes de San Isidro a Las
Ventas y la sesión post-corrida solía alargarse hasta bien entrada la madrugada.
Charlábamos de lo taurino (poco), de lo divino (nada) y de lo humano (mucho), a
la vez que trasegábamos una cotizada agua
de fuego que nos aliviaba la espera y nos exaltaba el ánimo. Y es que hay días que uno pasa sed hasta
debajo del agua.
Jorge Sobredo Galanes
Una de aquellas madrugadas fuimos a parar
con nuestros sentimientos llenos de euforia hasta Chicote, en Gran Vía (lugar
frecuentado por actrices, toreros, escritores…). Tomamos algo sólido (de líquido
íbamos bien servidos) para reponer fuerzas, y nos sorprendió allí mismo ese
Canto Hondo de Manuel Machado (el hermano de Antonio, el que quiso ser
banderillero y se quedó en gran poeta) que se lamentaba en él: "A todos nos han cantado en una noche
de juerga coplas que nos han helado el corazón". Aconteció según
recordaba Jorge a su hermana, Evangelina Sobredo Galanes, más conocida por su
nombre artístico, Cecilia. Sus ojos se iluminaron con la delicada luz de la
melancolía, mientras me refería una bella historia humana con final triste que
abrochó de forma desgarrada con esta frase: "Eva, lo que realmente hacía
bien, era componer y… querer". Y se calló como una tumba. Y lo dejamos
todo sobre el mostrador. Y nos fuimos entre coplas y penas a ningún lugar,
desamparados y con el corazón helado.
Evangelina Sobredo Galanes "Cecilia"
Hace un tiempo hice un escritito sobre la Misa de Ánimas de Carnaval que retransmitió La 2
desde Cadalso. En él hablaba de ella y de su canción: "Un Ramito de Violetas". Me la recordó la mirada de una
componente de la Coral Cristo del
Humilladero. Pensé que, como el de Cecilia, su mirar era de una dulzura
perturbadora. Un amigo que lo leyó esa misma tarde en el blog “cadalsovive”, me mandó fechas después este
mensaje: "Te voy a contar un bonito
detalle de la Subasta de Ánimas de nuestro pueblo. Verás, cada año una persona
anónima busca un ramo de violetas salvajes por el campo cadalseño,
aproximadamente del tamaño de un puño… O sea, 15 o 20 violetas azules, son muy
difíciles de conseguir. Imagínate… Y cada año se lo queda un amigo mío, que es
como mi hermano.”
“Esta
historia, que es como un cuento de niños ingenuos y felices (que no saben que lo
son), la conoce el Rifador del Cajón de las Ánimas. Él nos busca el Domingo Gordo
de las Carnestolendas Cadalseñas por los bares para que subamos el precio y de
esta forma el ramito se quede en poder de mi hermano. Ahora tú también conoces
este humilde secreto. Y tienes el testimonio para que le des forma de escritito
anónimo. Y es que son tres personajes anónimos -dos de ellos no se conocen
entre sí- que juegan de forma cómplice y soñadora desde hace más de veinte años
con otro ramito de violetas (como el de Cecilia). Uno juega a buscarlo
amorosamente por el campo de Cadalso, el otro a ofrecerlo emocionado en puja
cómplice y el último, a diferencia de lo que sucede en la canción, se lo
entrega a su mujer que lo espera ilusionada con las manos llenas de ternura
para cuidarlo entre caricias hasta el año siguiente… Únicamente relátalo,
Miguel, no des nombres para que no se rompa el encanto del secreto. Déjalos
que, sin conocerse el buscador y el receptor, sigan como niños jugando felices
durante muchos años más con la silenciosa complicidad del subastador. Así son
las gentes de nuestro pueblo, Cadalso…"
Subastador de Carnaval de Ánimas de Cadalso
Estoy convencido del hecho de que si este
mundo, a la vez ingrato y maravilloso, funciona, es gracias a historias
conmovedoras como la referida por mi amigo que me llevaré conmigo para siempre.
Ya ves que sólo me limité a copiar lo que tú me escribiste. Si lo hubiera
tocado habría roto el encanto…
Miguel MORENO GONZÁLEZ
(Cecilia admiraba al dúo Simón y Garfunkel. De
una de sus canciones tomó su nombre artístico: “Cecilia”. Murió en un accidente
de tráfico al alba del 2 de agosto de 1976, cerca de Zamora, con 27 años de
edad; también falleció su batería, “Cegasa”,
de 29. Venían de dar un concierto en Vigo. Está enterrada en el cementerio
madrileño de La Almudena. Me dijo su hermano que lo que mejor hacía era componer: “Buscaré tu cuerpo, en otro cuerpo
extraño, encontraré otras manos que me acaricien sin engaños. En otros labios
nuevos, yo sabré encontrar ternura, palabras que me ayuden a olvidar mis
viejas dudas”. Su canción de mayor éxito fue “Un ramito de Violetas”. Preciosa balada con la que nos espera con la
puerta abierta y un ramito pendiendo de la aldaba. Composición de belleza
desolada, tiene un inesperado desenlace y un final agridulce. La podéis
escuchar cuando vuestro estado anímico sea el adecuado…
Miguel Moreno González
Precioso como me gustan
ResponderEliminarAurora Ferrera Ruiz
Gracias Miguel y Pedro: En mi sincera opinión le dais un gran nivel "al Zorro". Así se le ve tan feliz al pobrecito.
ResponderEliminarLuisa
Muy bonito detalle sí señor
ResponderEliminarMarisol Blanco Gomez
Cuanto le gustaban a mi hermana Maru,
ResponderEliminarMaria Rosario Caballero Lopez
Muy interesante el relato de las violentas me encanta y Cecilia me emocionando
ResponderEliminarAurora Ferrera Ruiz
Bonito relato y con Jorge Sobredo
ResponderEliminarAna Díaz Gónzalez
Muy bonito y muy interesante
ResponderEliminarLucia Lop
Gran texto, haciendo coincidir tus vivencias de tres historias diferentes que a la vez tienen su particular coincidencia o tú la has sabido sacar. Además de mantener ese anonimato de las personas, para que esta historia no pierda su encanto y nos resulte más entrañable.
ResponderEliminarLuis M. González
Precioso escrito lleno de sensibilidad y ternura. Felicidades maestro, como siempre es un placer leerte.
ResponderEliminarUn escrito tan bello como las canciones de Cecilia.
ResponderEliminarUn abrazo, Maestro.
Luis C. Trijueque
Un gran escritito Miguel.
ResponderEliminarHaces sentirme solidario con las historias que cuentas.
Jero
👏👏👏👏...Precioso amigo, me ha puesto los pelos de punta... joerrrrrr.... una maravilla como siempre artista. Cecilia, era una grandísima cantante, fue una pena que muriese tan joven. Que Dios la tenga en su Gloria.
ResponderEliminarJosé A. Álvarez G. de Guzmán
Jorge Sobredo y yo fuimos buenos amigos. Conocí a Cecilia cuando aún era Evangelina y su padre embajador en Argel.
ResponderEliminarDiego S. Bustamante
Precioso escritito. Los protagonistas siguen la tradición y que sea por muchos años y tu la cuentes y yo la lea. A. Acuña
ResponderEliminarMuy bueno 👏👏
ResponderEliminarSantiago Moreno