Nosotros cambiamos mucho, Cadalso un poco, los cielos nada
Me gustaría volver a ser niño, a sentir los colores de los árboles en otoño, el verde las viñas del campo cadalseño en primavera, el blanco de la nieve, hoy tan escasa, en invierno, el negro de la noche oscura, todo me devolvería a ese tiempo de mi niñez, todo menos el cielo, porque hoy y siempre los cielos de Cadalso son y serán los mismos. Las calles cambian a medida que los años y las modas avanzan, los campos ya no tiene el mismo color, incluso las costumbres, esas que nunca deberíamos perder, porque son nuestra identidad, también las cambiamos. Nosotros también cambiamos, mejor dicho nos cambian, ayer unos, hoy nosotros y mañana otros, pero lo que nunca cambian son los cielos de Cadalso, ellos están por encima de nuestros gustos y emociones y así han sido siempre y seguirán siendo. Imaginad como veían los cielos en los años 50-60, si, igual que en la foto, igual que hoy, menos mal que no podemos cambiarlo, de lo contrario hoy serían mucho más grises.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Que foto más Bonita Pedro
ResponderEliminarPilar Calvo Villarín
Es el cielo de Cadalso lo que la hace más bonita.
ResponderEliminarEs la nostalgia q nos invade... pero creo q debemos aprender a mirar, a sacar ese niño q llevamos dentro e intentar mirar q aquellos ojos, q son los mismos, pero repletos de experiencia y entonces... dejarnos llevar. CADALSO es bonito 💗
ResponderEliminarPaloma Merchán
Gracias Paloma por este mensaje tan verdadero. No debemos dejar de mirar nunca lo vivido y visto, todo ello nos sirve para ser mejores personas y prepararnos para el futuro.
ResponderEliminarSaber mirar es saber amar. Gracias por recordasnolo.
ResponderEliminarEs precioso
ResponderEliminarPilar Calvo Villarín
Que bonito el Ayuntamiento antiguo y para mi el cielo de Cadalso es espectacular tiene un azul increíble
ResponderEliminarJuani Perez
Preciosa foto
ResponderEliminarAna Diaz
EL ORÉGANO DE CENICIENTOS
ResponderEliminarVino Venus Afrodita
con la raíz a la Peña,
y entre los pinos se adueña
del perfume que lo habita.
De ropa bien ligerita
vino y lo plantó la diosa,
y es orégano una rosa
que al ser venusina herencia
inunda con su presencia
Cenicientos amorosa.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
Pedro no tienes una foto de la plaza con la fuente de los cuatro caños esa si era Bonita con lo que íbamos las sanantoneras a jugar y a por agua con la alcantarilla búscala por favor
ResponderEliminarDolores Saez Canoyra
NO LLORAR POR EL AGUA DERRAMADA
ResponderEliminarNo llorar por el agua derramada,
ni el ver medio vacía la botella,
ni ese hueco dejado por la estrella
que nos tuvo la vista ensimismada.
Y alegraos teniéndola mediada,
y a la estrella perennidad de huella,
como a mujer que se mantuvo bella
y nos alentó siempre enamorada.
Y sabed que un día a otro le sigue,
y la vida pese a todo prosigue
con su peso, su punto y su medida.
Y bregad y luchad y sed tenaces,
y en el caos reinante sed capaces
de ordenarle y hallar nueva salida.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho