MANUEL ALCÁNTARA
Ha muerto un gran escritor. Para mí uno de los más
grandes: el malagueño Don Manuel Alcántara que contaba con 91 años. Hasta hace
tres meses seguía escribiendo su columna en el diario Sur de Málaga. Siendo yo
muy jovencito ya le leía en el periódico vespertino madrileño Pueblo, vivero
inagotable de grandes periodistas y escritores. Escribía como a mí me gusta,
que no sé cómo es, pero me gusta. Su escritura te convertía en su cómplice
aislándote de forma placentera bajo la sombra de la belleza.
Era gran aficionado al boxeo. Sus crónicas de aquellos míticos
combates de los años 70, eran auténticas joyas literarias, obras de arte
inmarchitables. Te hacía sentir sobre el ring y siempre ganaba el que tú
querías, aunque perdiese; pero para él y para mí, siempre ganaba el nuestro.
Era un estilista en las distancias cortas, un púgil de las letras con quien
entablaba un combate cuerpo a cuerpo del que, invariablemente, ganaban sus
lectores.
Entonces yo era chico y pobre, no tenía dinero para comprarme
periódicos y los cogía de las papeleras y de los rincones del suelo donde los
llevaba el viento, me sentaba a leerlos en cualquier sitio. Fue así que
descubrí la hermosura de la literatura de Don Manuel Alcántara, sin ni siquiera
saber que significaba eso de la literatura. El gran cineasta José Luis Garci
(también aficionado al boxeo por encima de conveniencias sociales al uso) le
profesaba gran admiración y en alguna de sus películas aparecía en humildes
escenas.
Además fue un magnífico poeta: “Desde que sé que tu
aliento vaga suspendido sobre el aire, bebo tus vientos…” Servidor continuaba
buscando sus artículos y todos los veranos, en la playa de Torremolinos,
tumbado en la arena o sentado en la barra del chiringuito bebiendo unas
cervezas bien frías, siempre apartaba un poco de mi ocio para dedicárselo a su
columna del diario Sur. Y hasta el final siguió cautivándome.
Devoto del Cristo de la Buena Muerte, va a morirse en la
víspera del Jueves Santo. Solía sentarse en la Tribuna de los Pobres, en la
calle Carretería, para ver a su Cristo y a sus legionarios. Mañana le cantarán
a la muerte al pasar ante su silla vacía. Lo peor de vivir, es ver como poco a
poco te vas quedando solo. Que sepa usted, Don Manuel, que yo a usted le leía
hasta en los basureros. Gracias por tantas emociones.
Miguel MORENO GONZÁLEZ
Precioso homenaje!!!!
ResponderEliminarEs cierto. Ni para periódicos teníamos en aquella época. Sólo la calle para correr.
ResponderEliminarCadalseño
Excelente y profundo homenaje.
ResponderEliminarInés
D. E. P
ResponderEliminarChelo Villarin Recio
Enésimo homenaje que dedicas a un enésimo gran personaje engrandecido, aún más, sin duda, con tus palabras. Un abrazo.
ResponderEliminarLuis Carlos
"Lo peor de vivir, es ver como poco a poco te vas quedando solo." ¿Quién llegado a cierta edad no siente muy dentro de sí esa reflexión? Un abrazo y gracias por compartir tus sentimientos.
ResponderEliminarLupe
Gracias a todos por vuestros cariñosos mensajes. Don Manuel Alcántara lo tenía bien merecido. Un gran escritor.
ResponderEliminarD.E.P
ResponderEliminarVerónica Muñoz
Muchas gracias por tus escrititos...te copio lo que dices de Manuel Alcántara pero dirigido a ti: escribes como a mí me gusta, que no sé cómo es, pero me gusta.
ResponderEliminarMaría Rivero