Yo quiero a la Alberca. No al desmantelamiento.
Desde el lejano año de 1972 muchos somos los que hemos disfrutado de esta pequeña pero emblemática presa localizada en la zona de la Alberca de Cenicientos. Nunca sirvió para dar agua a Cenicientos y otros pueblos cercanos, pero si fue un aliciente para todos los vecinos de la zona y para dotar al entorno de la fauna hoy existente y crear un ecosistema que sin lugar a dudas desaparecerá cuando la presa se desmantele. Es cierto que alguien tendría que ocuparse de su mantenimiento, cosa que por otro lado tampoco debe ser problema ya que en los últimos años su deterioro ha ido en aumento y nadie se ha debido preocupar lo más mínimo, esto lo sabemos todos los que la hemos visitado y hemos ido comprobado las perdidas y roturas del muro. Unos y otros no dan una solución o alternativa, lo único que saben es tomar decisiones sin sentido común, así funcionan las administraciones desde los despachos, y así desaparecen pequeños espacios naturales que aunque no digan mucho a nivel nacional, si es muy importante para muchas zonas locales. Yo no soy ningún experto en el tema, pero mi atracción por la fauna y flora de esta espacio me hace pensar en alguna alternativa, seguro que hay muchas y mejores, pero para mi sería suficiente con que se rebajara el muro y se restaurara tanto la infraestructura como el lugar, solo así la presa seguiría dando vida a la zona y regocijo a los que amamos este espacio.
No al desmantelamiento de la presa de La Alberca de Cenicientos, restauración y adecuación para convertir el lugar en un espacio para la fauna, la flora y la naturaleza, así como para esparcimiento de los amantes de este idílico entorno.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Muchas gracias por tu comentario haber si entre todos logramos paralizar esto
ResponderEliminarPilar Diaz Recamal
Unos se hallan a favor
ResponderEliminary otros solución dilatan,
y en voz baja y sin censor
en los pueblos el rumor
bajas pasiones desatan.
EN LA BARCA DE CARONTE
En la barca de Caronte
un óbolo pagaré,
y así te regresaré
sobre el río de Aqueronte.
La Estigia detrás del monte
la surcaré como Orfeo,
y te entregaré el trofeo
que anida en mi corazón,
entonando una canción
de Gonzalo de Berceo.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
La presa se queda como está zorro tal cual en altura.No se ve ningún desplazamiento de muro,solo hace falta un refuerzo de cimentacion e impermeabilizar y adecuarla no la hace falta mucha historia y mas barato que desmantelar
ResponderEliminarMuchas gracias, no al.derribo
ResponderEliminarMari Feli Pérez Fermosel
CON LAS GUINDAS DE AQUEL GUINDO
ResponderEliminarCon las guindas de aquel guindo
maduradas y en sazón
yo te hacía un corazón
con una flecha muy lindo.
Y delimito y deslindo
que con el tiempo pasado
con mis manos he labrado
de rubíes los pendientes
con besos evanescentes
que en tus labios se han posado.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
ESCALANDO LA VERTIENTE
ResponderEliminarEscalando la vertiente
para coronar tus senos,
vibran mis sentidos plenos
mientras vuelco mi simiente.
Amor, siempre permanente,
reinando en mi pensamiento,
luz de mi conocimiento
que dándome vida o muerte,
me asesinas de tal suerte
que muero si no te siento.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LAS FLORES DE LA RETAMA
ResponderEliminarLas flores de la retama
son adorno en la Ladera
bajo la Peña Buvera
junto al tomillo y la grama.
Y nuestro pinar se enrama,
y en Cenicientos se entraña
su Peña que a nadie extraña
y al ponerse en ella el sol
vemos como el arrebol
es la bandera de España.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
MI SANGRE TE DARÉ
ResponderEliminarMi sangre te daré, si la precisas
del torrente que corre por mis venas,
amalgama de arenas insumisas
que tú, las reconduces y precisas,
y es bálsamo, atenuador, de mis penas.
Mi sangre te daré, si la precisas
ResponderEliminardel torrente que corre por mis venas,
amalgama de arenas insumisas
que tú, las reconduces y exorcisas,
y es bálsamo atenuador de mis penas.
ARROYO DE LOS BATANES
Batán de aguas coruchares,
con tus fuentes en La Alberca
el zarzal te arropa y cerca
y naces entre pinares.
Te contemplan encinares,
deslizándote hacia abajo
sin caudal y arduo trabajo,
vas reflexionando, y mientras
con el Alberche te encuentras
desembocáis en el Tajo.
CANCIÓN
Por los retamares
de la abrupta sierra
monta un coruchillo
en su borriquilo
con esta canción:
Viejos encinares,
alcores reales,
fragorosas jaras,
vientos invernales
de acendrado helor.
Y en la primavera
cendales de seda,
vigor e ilusión
y la vida entera
que plena me queda
por estos parajes
de aves y conejos
con lazos y cepos
me la busco yo.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho