miércoles, 21 de noviembre de 2018

Las eceitunas cadalseñas de Cuatro Vientos


SIGUIENDO CON LA TRADICIÓN

Paraje de Cuatro Vientos en Cadalso


Como todos los años para estas fechas, y aprovechando que era fiesta en Madrid, cogi a mi hijo y a mis perritos iggy y tito, fuimos al termino municipal o paraje cadalseño llamado Cuatro Vientos, a coger un par de cubos de aceitunas para echarlas en agua. El tiempo nos regaló una mañana maravillosa y esplendida, con sol y cielos azules y despejados, que son tan especiales en Cadalso.




Aunque este año habia muchas y eran muy pequeñas, cogimos dos cubos, que una vez rajadas y después de unos 25 a 30 días cambiándolas el agua se procederá a su aderezo, esperando estén igual o mejor que las del año pasado, que estuvieron de un 10 para arriba. 




Más tarde se disfrutarán tomándolas de aperitivo con una cerveza, vermut, coca cola, con una fanta o con un vino de nuestra bodega cooperativa Cristo del Humilladero, la cual me trae muchos recuerdos de cuando era niño, cuando jugaba y corría entre las tinajas y conos, cuando iba a llevar el desayuno a mi padre, que estuvo trabajando en ella desde su inauguración, hasta mediados de 1968, o también, con un vino de otras bodegas de Cadalso, como Frontelo, Miguel Santiago, Ayuso, Mariscala etc....

       Jesús padre  es el cuarto por la derecha.



Solo pedir al Santísimo Cristo del humilladero que nos de salud el año que viene, para volver a seguir esta tradición de coger las aceitunas.


Jesús López

6 comentarios:

  1. Entrañable relato cadalseño, como todos los suyos, de Jesús. Recuerdo la importancia que siempre tuvo la aceituna en Cadalso. Por cierto, Pedro, el padre de Jesús se llamaba también Jesús; no Teodoro como aparece en la preciosa foto final. Teodoro es el hermano mayor de esa familia que se completa con sus hermanos Jesús, María y Raquel López Moreno. Su padre, Jesús López, ya ha fallecido y su madre, Luisa Moreno, sigue obsequiándonos a todos con su bondad.
    Un abrazo a todos ellos. Miguel M.G.

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  2. Si, lo sabía pero me he confundido, lo cambio.

    Un saludo a toda esta gran familia.

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  3. EL REBUSCO DE LA ACEITUNA

    Cogida ya la aceituna
    debajo de los olivos,
    en fría mañana bruna,
    adormecida la luna,
    íbamos ejecutivos.

    Con una cesta de mimbre
    y gorra de anteojeras,
    jornaleros ya en urdimbre,
    era nuestro orgullo y timbre
    descubrirlas en ringleras.

    Bajo la cepa y la grama,
    allí quedaban ocultas,
    dormitando en una cama
    que las cubre con la escama
    de aceitunas estultas.

    Mas los ojos vigilantes
    de los muchachos coruchos
    las descubrían flagrantes;
    cayendo por inconstantes
    al fondo de los cestuchos.

    Y la tierra era batida
    y los surcos rastreados
    por una infantil partida
    que despertaba a la vida
    a ganarla conjurados.

    Con las cestas rebosantes
    y colmadas de aceituna
    negreaban rozagantes
    y venían claudicantes
    sin vacilación alguna.

    Y aumentaban los montones
    que ya había en la almazara,
    llevadas entre canciones
    por coruchillos ciclones
    de vida con visión clara.


    BARRIO DE VIÑA EL MOLINO

    Barrio de viña el molino
    de reciente creación,
    entre rocas el espino,
    la cornicabra y el pino
    sobre ti está en ascensión.

    Otrora fue de olivares,
    de viñedo y de higueral,
    y arriba rocas lunares
    brillaron caniculares
    en ladera ceniental.

    Tantos fueron los olivos
    que el lugar aposentó,
    que hubieron dedos cautivos,
    callosos y sensitivos
    que el jornal allí ganó.

    En alto del Terremote
    hermosa era la visión:
    Mirar hecho un pasmarote
    y ver blancura del brote
    del olivo en floración.

    Ya las gestantes olivas
    no ven bajo sus hileras
    breves figuras furtivas,
    menudas y ejecutivas
    de niños por sus ringleras.

    Sobre aquel amarradero
    de perdidas aceitunas,
    éramos el jornalero
    y el infante molinero
    de las mañanitas brunas.

    Pertrechados con las cestas
    del mimbreral de la mimbre,
    remontábamos las cuestas
    con ojos y manos prestas
    a proceder a su cimbre.

    Coruchillos agrupados
    a la cercana almazara,
    llevamos fosilizados,
    de olivos desmesurados,
    de sus ramajes la cara.

    Viña, viña del Molino,
    que inundada estás de casas,
    nadie dijo que el destino
    era de olivos camino
    que acaban entre las brasas.


    EN MI FINCA DEL PARNASO

    En mi finca del Parnaso
    tan pequeña y recoleta,
    las horas muertas me paso
    y a mis olivos repaso
    pues son sangre del poeta.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  4. Pedro Alfonso muy bueno coger aceitunas luego te duele todo el cuerpo buenas noches

    Agustín Capitán Sanchzez

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  5. Que buena pinta tienen esas aceitunas. Felicidades por el reportaje y gracias por el recuerdo a todas las bodegas, todo un detalle.

    Alberto Ayuso

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