A Joaquín, por su cumpleaños

A Joaquín por su cumpleaños.

La mañana viene cada día a nuestro encuentro, la eternidad es sólo un momento para nosotros, la vida es tan larga que todo discurre sin apenas darnos cuenta, es ahora cuando se me se hace muy corta, tan corta que no me encuentro a mi mismo, sólo me veo junto a ti pisando nieve, observando nuestras cumbres del Guadarrama, sintiendo tu calor y tu aliento, tus dulces miradas y tu mano siempre salvadora. En un instante me encuentro atrapado en un cuerpo que no es el mismo desde hace meses, que ya no sirve para la vida, que le cuesta continuar y no me deja llegar a esa cima en la que solíamos perdernos. Pero todavía me gusta subir y me siguen encantando las montañas. Qué ha pasado? Todo es diferente, extraño y solitario, todo huele y suena a ti, ya mis ideas no me valen porque todo ha cambiado y te sigo extrañando a cada paso y en cada momento. Querido Joaquín, soy yo, tu siempre compañero de montañas, tu amigo inseparable por canales y travesías, tu sombra en la niebla, tu reflejo en el hielo, estoy helado, se me oscurece la conciencia y noto un vacío que me desgarra la vida. El tiempo se detiene e inunda mis recuerdos, segrega mis lagrimas y fuerza una leve sonrisa, sé que estás hay arriba, en un vivac sin frío, que miras por mi y por todos, nosotros seguiremos aquí abajo, esperando la nieve, esperando el encuentro, todo es simple y hermoso, todo.

Pedro, tu inseparable compañero.