Bichos, habitantes silenciosos
Inclino la cabeza, me acerco todo lo que puedo, enfoco y disparo, es un sin fin de imágenes que nos regala el campo cadalseño, sólo hay que saber mirar, amar y dejarse llevar por esos otros seres con vida y movimientos, a veces inesperados, que encontramos ahí, a nuestro lado.
Una margarita puede ser el lugar elegido, otras veces el cantueso, cualquier planta puede albergar una grata sorpresa, aunque a veces, tal vez demasiadas, la sorpresa tiende a desaparecer, suerte que ellos pueden volar.
Si puedes y te apetece, abandónate durante unos minutos, que seguro se convertirán en horas, déjate llevar por el color de las planta y las flores, localiza el bicho en cuestión, acércate, relájate y ten paciencia, la suerte no depende de ti pero ayuda mucho, y te sentirás flotando en su mundo, sintiendo sus zumbidos, oliendo el liquido viscoso que a veces desprenden, situación que te dejara absorto y entregado. Las fotos puede que salgan o no, eso es lo de menos, porque cuando termines habrás vividos grandes y entregados momentos, adquiriendo esos conocimientos que comienzan en lo más pequeño, para ir conociendo lo más grande, la vida sin distinciones donde todos somos iguales, aunque a muchos les parezca ridículo. Horrible sería que todos pensáramos igual.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
YA ESTÁ MADURA LA BREVA
ResponderEliminarYa está madura la breva
en viñas del Cardenchal,
y es tan humilde y frugal
que ya nadie se la lleva.
Y la cigarra se eleva
y con su canto la arropa,
y del tronco hasta la copa
está asordando a la higuera,
y el cigarrón que lidera
se posa sobre su popa.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
SILBO SILBA QUE SILBABA
ResponderEliminarSilbo silba que silbaba
un jilguero sobre un nido
que lo había construido
por la jilguera que amaba.
A la jilguera llamaba
y ante él llegó la amada
y al nido miró encantada
y lo halló tan confortable
tan exquisito y amable
que se entregó enamorada.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
CON LA ROSA DE TU ALIENTO
ResponderEliminarCon la rosa de tu aliento
perfumando nuestra casa
la felicidad se amasa
y convierte en sedimento.
Y tengo el convencimiento
que el perfume de la rosa
que en nuestra casa se posa
contribuye a que el jazmín
que riegas en mi jardín
a mi corazón desposa.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LADERA DE VERDE LLENA
ResponderEliminarLadera de verde llena
de rocas y de pinar,
abrigo que es de abrigar
casa propia y casa ajena.
Ausente de mí la pena
si encaramado en la Peña,
onírico ensueño sueña
ahíto mi corazón,
acaso esta no es razón
de esta paz que en mí se adueña.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
CUANDO TU NOMBRE APRENDÍ
ResponderEliminarCuando tu nombre aprendí
y se me infiltró muy dentro,
ocupó todo mi centro
y ya nunca lo perdí.
Y cuando al mundo salí
y me mezclé entre la gente,
impreso sobre mi frente
germinó en mi corazón,
y fue la motivación
para esparcir mi simiente.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho