Esperando la llegada de la penumbra...
Ensimismado bajo la suave brisa primaveral, que azota placenteramente mi rostro, camino por la Peña Muñana, No muy lejos de aquí la gente se agolpa delante de cualquier lugar a los que acude cada día, algunos se preguntan para qué, otros lo hacen simplemente por rutina, y sólo algunos sacan los pies del tiesto y hacen otra cosa, lo que les viene en gana, lo que les pide el cuerpo, lo que su corazón necesita, es otra llamada, la del campo, la naturaleza y la vida de contemplación, aunque la mayoría de las veces sea sólo por unos minutos, como mucho algunas horas.
Una cosa está clara, y es que el sol se está ocultando como lo hace cada primavera, siempre cercano a la cumbre del Cerro Casillas, proporcionándonos un paisaje lleno de encanto, y lo mejor, también de soledad. Nadie quiere que se acabe este momento, nada se escucha, sólo el silencio de la Peña Muñana que absorta en el espectáculo se deja llevar por las sombras y los colores que el astro sol le proporciona. Y mientras tanto, unos personajes se mantienen impasibles ante esta puesta de sol, sus ojos se clavan en el horizonte, sus mentes se relajan y de nuevo vuelven a sentir el sueño de la naturaleza y Cadalso.
Cadalso está ahí, y nosotros aquí, esperando sin miedo y con placer la llegada de la penumbra de la noche, y bajo el reguardo de las piedras, que se elevan altas sobre nuestros ojos, sentimos y agradecemos que la vida nos regale estos momentos. Son sólo montañas, nubes, rayos solares y la sombra oscura de Cadalso, pero están tan cargados de misterios que pueden convertir un día normal, como otro cualquiera, en algo que siempre perdure en nuestra memoria. Ya es tarde, hay que abandonar este espacio tan familiar, cuesta hacerlo, pero unos pocos metros más allá no espera otra soledad, esa que a veces es tan incomprendida, que te hace temblar el cuerpo, perder el sentido, y es que la vida, nuestra vida, es tan extraña a veces, que ansiamos ir lejos y dejarlo todo, sin darnos cuenta que el mejor sitio lo tenemos al lado, sencillamente incomprensible, pero muy humano.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Preciosas imágenes y bellas palabras. Todo un placer verte y leerte.
ResponderEliminarInés.
Muchas gracias Inés.
ResponderEliminarUn saludo.
Como siempre, unas fotos preciosas
ResponderEliminarMaría Consuelo Lajara
Es la magia de la Naturaleza y de la vida. Gracias. Enhorabuena.
ResponderEliminarMuchas gracias.
ResponderEliminarUn saludo.
Que fotos tan bonitas a juego con tus palabras Pedro
ResponderEliminarChelo Villarin Recio
Preciosas pedro
ResponderEliminarCarmen Gonzalez
Preciosas fotos y comentario
ResponderEliminarJuani Perez
Muchas gracias.
ResponderEliminarUn saludo.
EL OLOR QUE DESPRENDES MARAVILLA
ResponderEliminarEl olor que desprendes, maravilla,
tu aroma en recorrido por los prados
que introduce espumosa entre vallados
esta brisa que aquí todo acaudilla.
Es aroma que vierte la escudilla
en la mesa en platos escudillados,
y por manos coruchas los guisados,
que me traen recuerdos de la trilla.
Es aroma que colma los sentidos
acumulando amor y sentimientos,
galopando acelerados latidos
del corazón que sin impedimentos,
nos habla de los logros conseguidos
a pesar de todo, por Cenicientos.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
Preciosas fotografías.
ResponderEliminarSusana Nicolas Lahoz
El comentario maravilloso
ResponderEliminarSusana Nicolas Lahoz
Que precioso atardecer son iguales que mi pueblo
ResponderEliminarAna Diaz