Agua de Cadalso, fuente de vida
Es el despertar de Tórtolas, ese encantado espacio de nuestro corazón que se adhiere a nosotros desde hace siglos. Cada mañana el lugar cambia de color, de situación, y penetra en tus ojos y en los míos, y como si fuera un profundo sueño te abraza, te llega a besar y de una manera tonta te sientes enamorado.
Es casi imposible no abandonarte al sentimiento de pasión, aunque sabes que es un amor imposible, entonces das media vuelta y caminas lentamente alejándote, no miras hacia atrás, la imagen te la llevas puesta, introducida en los más profundo del sentimiento cadalseño que siempre te abraza.
Aquí también puedes encontrarte a ti mismo, sentir pasión, aventura y diversión y cada noche volver a soñar, aunque siempre es lo mismo, pero es que simplemente somos cada unos de nosotros y Tórtolas, siempre Tórtolas.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Me encantan estas fotos, dan paz y serenidad. Gracias Pedro.
ResponderEliminarInés
FLUÍAN ONDAS DIVINAS
ResponderEliminarFluían ondas divinas
sobre el agua de la charca,
del riego de la comarca
torrencial de la encinas.
Venero de las colinas
que había en los Cerdigones,
era sangre en pulsaciones
de las plantas de las huertas
que ya perecen desiertas
por falta de irrigaciones.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
JESÚS CON MARIO Y VICENTE
ResponderEliminarJesús,con Mario y Vicente,
tienen florido vergel
sobre este páramo cruel
de los fríos y el relente
que daban diente con diente.
Era hermoso en primavera
ver del trigo el oleaje,
pero en invierno el paisaje
silente de la junquera
y triste de rastrojera.
Campos sin árboles son
desamparo alucinante,
sudor para el caminante,
fatiga del corazón
y alucine de expresión.
Pero ahora en este edén
de ecología en los huertos
entre los surcos abiertos
plantas entre sí se ven,
únicas entre otras cien.
Pacíficos hortelanos
que tienen agua sin tasa,
se sienten como en su casa
de tierra tintas las manos
de jóvenes y de ancianos.
Y sobre el surco inclinados
vigilan a las lechugas,
los pliegues y las arrugas
de los tomates soñados
y de guisantes granados.
Y han levantado casetas
donde guardan los aperos,
cual heraldos pregoneros
a los que cantan poetas,
bardos de vidas inquietas.
Y existe aquí una hermandad:
la de las gentes sencillas
donde crecen las semillas
y entre el agua claridad,
de la mejor vecindad.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL HUERTO DE PARQUE MAYOR
ResponderEliminar"Por mi mano plantado tengo un huerto".
Fray Luis de León
Solicitamos de nuestros vecinos
llevados de la mejor voluntad,
como muestra de buena vecindad
reemprender ancestrales caminos.
En la agricultura aunar los destinos
de gentes ricas en diversidad,
sin entrar en su credo ni su edad
o si antes cometieron desatinos.
En la tierra yerma de la piscina
del exterior que hallándose extramuros,
pedimos cultivar en ella un huerto.
Nexo de unión entre gente vecina
que comparta aficiones tras sus muros
y en amistad su fruto será cierto.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
NO BUSCO EN EL EXTERIOR
ResponderEliminarNo busco en el exterior
lo que está dentro de mí,
dentro lo siento y así
socavo hondo a mi interior.
Tal vez un mundo ulterior
me inundará con su paz
y sosegará mi faz
mas hoy mi realidad
de hallar la felicidad
está bajo mi antifaz.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
Siempre he pensado en que se debería acondicionar el pantano para poder disfrutarlo , despejar un poco las riberas , poner banquitos y mesas , etc
ResponderEliminarRorro Kadalso
No me parece buena idea, al final se llenaría de coches, de basura y en unos meses estaría irreconocible, mejor dejar que la naturaleza actúe sin más.
ResponderEliminarUn saludo
EL HUERTO DE MANUEL
ResponderEliminarSobre el huerto de Manuel
la armonía es aromática;
lo ha convertido en vergel
donde elaborando miel
vive una higuera emblemática.
Manuel es quien más madruga
y su sombra protectora
la proyecta en la lechuga
que pone en fuga a la oruga
de la que es su agresora.
Manuel tiene en su vivero
unas plantas trepadoras
que parecen el tablero
de las damas del damero
con que consuela sus horas.
De Manuel son los pimientos
de un rojo color subido,
hijos de sus fundamentos
regados con riegos lentos
como a hijo muy querido.
Los tomates de Manuel
nuestra mirada solazan
los tiene sobre anaquel
de una torre de Babel
donde las plantas se abrazan.
Y de Manuel los pepinos
se abren paso en la terraza
cavando senda y caminos
de un embrión de destinos
sobre su huerto de raza.
Manuel sentado en su silla
separa ajos de cebollas,
y anda libre en su bastilla
de estos huertos de Castilla
fluviales de nuestras ollas.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
De nuevo quiero agradecerte tus poemas, son ya parte del Zorro Corredero.
ResponderEliminarGracias Saturnino
Saludos Pedro e igualmente gracias a ti.
ResponderEliminarEL HUERTO DE COIMBRA
En la paz de Coimbra cultivo un huerto
que a mis manos las ocupa y sosiega,
y a él y en él me hago esfuerzo y entrega
fecundando un Edén floral ya cierto.
Con las plantas emitiendo un concierto
que un viento alado armoniza y despliega,
la Residencia de Ancianos se anega
de violines, su balconaje abierto.
Huerto en jardín de los postreros años
que, abreviando incierto, aguardando espera
angustias, amores y desengaños
de mis sueños en pos de una quimera.
Riegos del huerto mitigan mis daños
en mí ocaso al sol de la primavera.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL AZOGUE DE TUS OJOS
ResponderEliminarEl azogue de tus ojos
son imán de mis pupilas,
y las acoges y asilas
y liberas de sonrojos.
Y después tus labios rojos
con su incitación al beso
prendido en el embeleso
de estos tus ojos de azogue,
me diluyo en el desfogue
cuando repito el proceso.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
Que agua más buenas
ResponderEliminarMagdalena Martín Moreno