CALLEJERO SIN SALIDACallejero sin salida,calados por el orvallo,en Santiago y sin caballollegamos a la avenida.La noche sobrevenida,las campanas a retazoscomponen música a trazossobre el cielo en Compostela,y tu amor a mí encarcelaen la cárcel de tus brazos.Saturnino Caraballo DíazEl Poeta Corucho
LA COMPOSTELAA mis hijos Carlos y JaviLlegar con los pies llagadosy tras del santo la estela,ungidos de fe y aupados,de no afeitarnos barbadosy nos dan la Compostela.Saturnino Caraballo DíazEl Poeta Corucho
EL PEREGRINO DE LA ERMITA DE CENICIENTOS.Llegó con barbas hirsutas,una yegua y unos perros,y revestidos de hierrosy entre los canes disputas.A extramuros de la Ermitaaposentó sus reales,agua dio a los animalesy vio a la tarde marchita.La voz se empezó a correry acudimos los muchachosen la edad que sin empachosse ha de tocar todo y ver.De funda extrajo un laúdy empezó con un rasgueo,y entre dientes tarareojunto al arco de la cruz.Extravío en la mirada,las barbas olas del viento,seguimos su aturdimientode cabeza enajenada.Acudió Guardia Civily la autoridad local,y la figura eclesialque es el pastor del redil.De la yegua no se suponi de los perros tampoco,dicen que les dio sofocoy en apuros puso al grupo.Dijeron que era un oratey ser de un pueblo vecino,y espíritu peregrinovive sobre el roble y late.Saturnino Caraballo DíazEl Poeta Corucho
CALLEJERO SIN SALIDA
ResponderEliminarCallejero sin salida,
calados por el orvallo,
en Santiago y sin caballo
llegamos a la avenida.
La noche sobrevenida,
las campanas a retazos
componen música a trazos
sobre el cielo en Compostela,
y tu amor a mí encarcela
en la cárcel de tus brazos.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA COMPOSTELA
ResponderEliminarA mis hijos Carlos y Javi
Llegar con los pies llagados
y tras del santo la estela,
ungidos de fe y aupados,
de no afeitarnos barbados
y nos dan la Compostela.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL PEREGRINO DE LA ERMITA DE CENICIENTOS.
ResponderEliminarLlegó con barbas hirsutas,
una yegua y unos perros,
y revestidos de hierros
y entre los canes disputas.
A extramuros de la Ermita
aposentó sus reales,
agua dio a los animales
y vio a la tarde marchita.
La voz se empezó a correr
y acudimos los muchachos
en la edad que sin empachos
se ha de tocar todo y ver.
De funda extrajo un laúd
y empezó con un rasgueo,
y entre dientes tarareo
junto al arco de la cruz.
Extravío en la mirada,
las barbas olas del viento,
seguimos su aturdimiento
de cabeza enajenada.
Acudió Guardia Civil
y la autoridad local,
y la figura eclesial
que es el pastor del redil.
De la yegua no se supo
ni de los perros tampoco,
dicen que les dio sofoco
y en apuros puso al grupo.
Dijeron que era un orate
y ser de un pueblo vecino,
y espíritu peregrino
vive sobre el roble y late.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho