EL TORO SALIENDO AL RUEDO EN LA PLAZA DE CENICIENTOS
En tarde sin viento hay lleno en el coso en la nueva plaza recién construida, y el timbal y el clarín dan la salida a un toro cinqueño, astas de coloso.
Figura imponente emerge del foso fiero resuella y la testuz erguida, produce asombro la estampa surgida belleza fiera del tótem fogoso.
Un rayo de sol nimba su cabeza la impregna de luz riesgo y fortaleza de una fiesta única ancestral y mítica.
La historia mágica armazón de España: que sus campos viste, hermosea y baña, del toro ausente de torpe política.
LAS PEÑAS CORUCHAS EN LOS TOROS DE CENICIENTOS "El día que no halla toros, los españoles tendrán que inventarlos". D. Benito Pérez Galdós
Se sientan en su escaño, comienza la corrida, con atuendos azules los miembros de "La Jaca", y en rostros juveniles ojeras de resaca que resaltan el rojo de "La Fuerte Movida".
El sol marcha al ocaso, crisol de ascua encendida, en los tendidos trémolos suenan de alharaca y en su funda impaciente el acero de la faca del espada en el ruedo entre la muerte y la vida.
Transcurre la corrida con sucesión de lances, las peñas acompasan y aclaman las faenas, la lámina del toro, su estampa y su braveza.
Olés al magisterio y el grito ante percances son germen de los coruchos en cosos y arenas que en defensa hacen gala del toro en su pureza.
LA GUARDA DE LA PLAZA DE TOROS POR NUESTROS ABUELOS
ResponderEliminarEra tanta la afición
que al corucho sustentaba,
que a la plaza la guardaba
de noche en magna ocasión.
Cuando agosto era llegado,
el quince era tradición,
sin manda ni obligación,
velarla sobre el tablado.
La madrugada pasaban
ya despiertos, ya dormidos,
oyéndola los latidos
que a su plaza acompasaban.
Sobre la dura madera
que formaban los tendidos,
allí a los mozos fundidos
contempló la Corredera.
Como si temieran verla
volando volatizarse,
y al mismo tiempo esfumarse,
se animan en sostenerla.
Día de su fiesta grande
en la procesión se integran,
y con su entrada se alegran
y se enarbola y se blande.
Y calentado ambiente arde
y comentarios abundan,
y en Cenicientos secundan
en ver al toro a la tarde.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
QUINCE DE AGOSTO EN CENICIENTOS
ResponderEliminarAlegra el toque de diana
del cohete el estallido
en la matinal jornada,
se mezclan silencio y ruido.
Vuelven los trasnochadores
al refugio de la cama,
y los más madrugadores
al sol que rayos derrama.
Churros venden en la plaza
y se forman largas colas,
todo el mundo mete baza
y se crea un fragor de olas.
Colgadas las serpentinas
ondean multicolores,
mezclándose golondrinas
con sus vuelos bienhechores.
Después toca acicalarse
para asistir a la misa,
es día de engalanarse
profusamente y sin prisa.
Es costumbre estrenar algo
rayano en la tradición,
"¡tanto tengo y tanto valgo!",
como en una exposición.
En la iglesia no se cabe
con tanta aglomeración,
caras de quien nadie sabe
vástagos coruchos son.
Gentes que un día se fueron
abandonando sus casas,
los edificios se hundieron
y no quedaron ni brasas.
A la par surgen preguntas,
"¡yo te saco por la pinta,
esas cejas cejijuntas
recuerdan a la Jacinta!".
Hechas las presentaciones
todos se hacen amigos,
se reviven emociones
y entra el sol,por los postigos.
Luego la Virgen bendita
es sacada en procesión,
y hay quien se enardece y grita:
"¡Madre imparte bendición!".
La fe del pueblo es así:
serena, parca y sencilla.
Lo mismo me ocurre a mí
y esta fe me maravilla.
Ramos de albahaca llevan
que perfuman el ambiente,
y a la Virgen los elevan
y los aspira sonriente.
Después hacen una puja
para llevarla a la ermita,
y el adinerado empuja
y el malestar se concita.
La comida es en familia
todos en torno a la mesa,
familiares reconcilia
cuando hay visita sorpresa.
Luego vamos a los toros:
aquí somos muy taurinos.
Hay peñas, cantos sonoros
y de los mejores vinos.
Y suscitándose el hambre
al terminar la corrida,
aplacamos el calambre
en la mesa abastecida.
Las fuentes con los jamones,
a darles fin nos emplaza
en el aire las canciones,
y los bailes en la plaza.
La Virgen a todos une,
en este quince de agosto
y a desunidos reúne
a un bajo precio de costo.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL TORO SALIENDO AL RUEDO EN LA PLAZA DE CENICIENTOS
ResponderEliminarEn tarde sin viento hay lleno en el coso
en la nueva plaza recién construida,
y el timbal y el clarín dan la salida
a un toro cinqueño, astas de coloso.
Figura imponente emerge del foso
fiero resuella y la testuz erguida,
produce asombro la estampa surgida
belleza fiera del tótem fogoso.
Un rayo de sol nimba su cabeza
la impregna de luz riesgo y fortaleza
de una fiesta única ancestral y mítica.
La historia mágica armazón de España:
que sus campos viste, hermosea y baña,
del toro ausente de torpe política.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LAS PEÑAS CORUCHAS EN LOS TOROS DE CENICIENTOS
ResponderEliminar"El día que no halla toros,
los españoles tendrán que inventarlos".
D. Benito Pérez Galdós
Se sientan en su escaño, comienza la corrida,
con atuendos azules los miembros de "La Jaca",
y en rostros juveniles ojeras de resaca
que resaltan el rojo de "La Fuerte Movida".
El sol marcha al ocaso, crisol de ascua encendida,
en los tendidos trémolos suenan de alharaca
y en su funda impaciente el acero de la faca
del espada en el ruedo entre la muerte y la vida.
Transcurre la corrida con sucesión de lances,
las peñas acompasan y aclaman las faenas,
la lámina del toro, su estampa y su braveza.
Olés al magisterio y el grito ante percances
son germen de los coruchos en cosos y arenas
que en defensa hacen gala del toro en su pureza.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
PEÑAS Y TOROS EN CENICIENTOS
ResponderEliminarLas peñas uniformadas
alegrando los tendidos,
ocupando están las gradas
con variopintos vestidos.
Tocando están sus charangas
y en el aire sus compases,
lo entonan entre bullangas
hoy no torean los ases.
Por ser corrida de toros
hay división de opiniones,
y con sus cantos sonoros
se aturden los gorriones.
Sin embargo,¡qué gran fuerza
le están prestando a la fiesta,
que se anima y se refuerza
en estos tiempos de siesta!
Solo una vez en la vida
la juventud acompaña,
y una vez que está abatida
cuesta abajo nos engaña.
Por eso me alegra tanto
ver las peñas a mi paso,
de los toros es encanto
y ánima en el ocaso.
Como en mis tertulias saben
que yo soy de Cenicientos,
no hay lugar donde no alaben
toros vinos y momentos.
Y cuántos miembros integran,
saltarines o a pie quieto
las peñas que nos alegran,
se merecen un respeto.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
ALELUYAS TAURINAS DE LOS CORUCHOS
ResponderEliminarEntrada de los toros
llevo en la mano,
¡qué alegría tan grande,
torito bravo!
¡Aleluya!
Colmada está la plaza
de espectadores,
en el sol y la sombra,
Virgen del Roble.
¡Aleluya!
Torito, te persiguen
en otros lares,
y aquí culto te damos,
coruchos graves.
¡Aleluya!
Bota de vino al hombro
la llevo llena,
de una viña que tengo
por la Chorrera.
¡Aleluya!
Olés y pasodobles,
bellas faenas,
y aplausos del tendido
que el viento lleva.
¡Aleluya!
Las mulillas arrastran
la res postrera,
y en casa nos aguarda
merienda y cena.
¡Aleluya!
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
Ole mis coruchos
ResponderEliminarAna Diaz
El Valle del Terror: donde el toro es toro.
ResponderEliminarEmilio Jose Tabernero Hernandez
Emilio no es el valle del terror es el valle del honor
ResponderEliminarAna Diaz
A si es conocida nuestra zona en el mundo taurino ,por que el toro nos gusta grande e integro.
ResponderEliminarJose Ignacio Calvo Acosta