miércoles, 22 de marzo de 2017

Vidrios de Cadalso en el Museo Arqueológico de Gerona

El Museo Arqueológico de Gerona, nacido en el pasado siglo XIX, edad de oro del coleccionismo, cuando era posible hallar y adquirir por poco coste o a precios relativamente proporcionales series de objetos arqueológicos y artísticos, posee entre sus fondos, una completa colección de vidrios formada por piezas pertenecientes a los dos grupos que han sido establecidos por todos los tratadistas del vidrio: vidrios de excavación y vidrios de parador.

CATALOGO DE LOS VIDRIOS DEL MUSEO ARQUEOLÓGICO DE GERONA
 POR MIGUEL OLIVA PRAT

Vidrios de fabricación castellana.

De la fabricación castellana del vidrio nos interesa insertar tan soIo unas breves noticias sobre manufacturas de las que haya vidrios en la colección que publicamos.
  Del centro de la península destacan las manufacturas de los distintos pueblos de las provincias de Cuenca y Toledo, cuya existencia de hornos es conocida.
Los tratadistas del vidrio han considerado las piezas del centro de España como tipos intermedios entre las catalanas y las granadinas, son como una combinación de influencias musulmanas con aspectos renacentistas, muy marcados en las piezas de fabricación catalana.
 Un centro importante y de gran actividad en los siglos XVI al XVIII fue Recuenco (Cuenca), del que poseemos una pieza, la mejor de la colección de vidrio castellano.



 Núm. 3298 (lám. VI) Pichel de vidrio soplado poco transparenta. Depósito de forma oval, cuello troncocónico de paredes lobuladas en sentido helicoidal, boca octógona; pie discoidal, hueco. Dos finas asas laterales de cordón macizo, muy delgadas. Decoración de líneas incisas en el cuello, y unas franjas muy finas de color mate desarrolladas en sentido helicoidal sobre la pieza. Pia con incisiones. Altura 160 mm. Obra de fabricación probable de Recuenco. Finales del siglo XVI o principies del XVII.
 Vidrio de gran ligereza, característica de los de esta producción castellana de la provincia de Cuenca, a la que además se une una gran simplicidad y muy poca variedad de formas. Es éste un tipo de florero derivado de las lámparas musulmanas. Algunas piezas como esta en la colección Macaya, de Barcelona.

De Cadalso de los Vidrios (Toledo) son tres los ejemplares en la colección. El núcleo de fabricación de Toledo culmina en Cadalso, cuyos vidrios fueron famosísimos por todas partes de la península, y según referencias escritas de la época, los mejores de España después de los de Barcelona. Se lograron piezas muy finas, con colores y formas elegantes.
 Los hornos de Cadalso, de los cuales se tienen noticias desde el siglo XV, acabaron su producción durante la guerra de la Independencia.



Núm. 3295 (lám. VI) Frutero de vidrio incoloro transparenta soplado. Depósito circular campaniforme y pie troncocónico estrangulado, hueco. Decoración en toda la superficie de la pieza de acostillados en desarrollo helicoidal y líneas horizontales de laticinio. Altura 138 mm. Obra de fabricación castellana de Cadalso de los Vidrios. Siglo XVII. Una pieza muy igual a esta en el Museo de Vich.



Núm. 3297 (lám. VII) Jarrito de vidrio soplado muy poco transparentes, coloración verdosa. Depósito oval con cuello cilíndrico estrangulado y pie discoidal troncocónico. Asas laterales de cordón con cresterías. Decoración de un fino surco acanalado, desarrollado en espiral, y muy poco marcado; franjas de tono mate, dispuestas en sentido helicoidal. Altura 205 mm. Obra de fabricación probable de Cadalso de los Vidrios (Toledo). Segunda mitad del siglo XVII. Su forma recuerda a la de algunas piezas producidas en los hornos de Castril de la Peña (Granada) que produjo vidrios cuyos tipos se asemejan o imitan a las lámparas musulmanas de las mezquitas. Estos vidrios tienen una coloración amarillenta, en cambio los producidos en Cadalso que imitan a los de Castril, presentan un color verdoso.



Núm. 3296 (lám. VII) Frutero o centro de mesa de vidrio incoloro transparente soplado. Depósito troncocónico estrangulado en la parte inferior, pie en forma de balaustre cilíndrico y base discoidal cónica muy plana. El depósito lleva en su interior un pomo azul piriforme, terminando en un pájaro. Decoración, en las paredes de la pieza y en la parte alta, una franja de incisiones, y en la parte inferior un cordón aplicado en azul, en forma serpenteada muy irregular. En los costados quedan restos de asas o apéndices, que faltan por rotura, y que debían ser en forma de S como tienen otras piezas iguales a esta. Altura 207 mm. Obra de fabricación de Cadalso de los Vidrios. Siglo XVIII. 


Texto y fotos: CATALOGO DE LOS VIDRIOS DEL MUSEO ARQUEOLÓGICO DE GERONA
 POR MIGUEL OLIVA PRAT

4 comentarios:

  1. DEBAJO DE LA ESCALERA
    El vasar

    Debajo de la escalera
    teníamos el vasar
    del agua que al trasegar
    cantaba en la cantarera.
    Vasijas que en la vasera,
    cántaro, vaso, y botijo
    del padre, madre y del hijo
    eran el río y la fuente
    y el arroyo transparente
    del familiar regocijo.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  2. BENVENUTO CELLINI
    Al doctor,
    D.Juan Antonio Vallejo-Nágera

    Manos de oro poseyó el florentino
    orfebre de inmarcesible talento,
    aureolado de un sino sangriento
    violencia y arte marcó su destino.

    Francisco de Francia allanó el camino
    y el Papa Paulo le supo irredento
    y amparó y asiló luego en convento
    sabiéndole un notorio asesino.

    Protegido por magnates y cortes
    aquel hombre sagaz, genial y astuto
    palancas activó hilos y resortes

    y valimientos tuvo el disoluto
    y en Cósimo de Médicis soportes
    que eran el incentivo en Benvenuto.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho












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  3. LA FUENTE DE LA ANTANILLA

    La fuente de la Antanilla
    al fondo de una calleja,
    tenía un grifo de teja,
    y una sombra de olivilla.
    Raíces de una cepilla
    por la pared asomaban,
    y las coruchas cantaban
    al llenar de agua el botijo,
    de un líquido tan prolijo
    que nervios desatacaban.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  4. LA FUENTE DE LA PLAZUELA

    De la Plazuela su fuente
    era un manantial sonoro
    de Neptuno era el tridente
    del vecindario era un coro.

    Agua clara que fluyendo
    era el fluir de la vida
    líquido que vas corriendo
    en noche y amanecida.

    Cántaros que en cantareras
    debajo de los vasares
    cenefas de primaveras
    papeles crepusculares.

    Vasijas puestas en fila
    los botijos y calderos
    cuando al agua la mutila
    el hielo de los eneros.

    Fuente de aguas tangibles
    que en redor tuyo jugamos
    para hacernos invisibles
    y tu piedra la trepamos.

    Fuente origen de tertulias
    pábulo de los rumores
    sacudimiento de abulias
    para quien pena de amores.

    Llegada parada y fonda
    de ambulantes vendedores
    y tragos de agua en la ronda
    de los mozos rondadores.

    Resonando en mis oídos
    mi niñez me sobrevuela
    percibiendo los sonidos
    del agua de la Plazuela,

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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