El Museo Arqueológico de Gerona, nacido en el pasado siglo XIX, edad de oro del coleccionismo, cuando era posible hallar y adquirir por
poco coste o a precios relativamente proporcionales series de objetos
arqueológicos y artísticos, posee entre sus fondos, una completa colección de
vidrios formada por piezas pertenecientes a los dos grupos que han sido
establecidos por todos los tratadistas del vidrio: vidrios de excavación y
vidrios de parador.
POR MIGUEL OLIVA PRAT
Vidrios de fabricación castellana.
De la fabricación castellana del
vidrio nos interesa insertar tan soIo unas breves noticias sobre manufacturas
de las que haya vidrios en la colección que publicamos.
Del
centro de la península destacan las manufacturas de los distintos pueblos de
las provincias de Cuenca y Toledo, cuya existencia de hornos es conocida.
Los tratadistas del vidrio han
considerado las piezas del centro de España como tipos intermedios entre las
catalanas y las granadinas, son como una combinación de influencias musulmanas
con aspectos renacentistas, muy marcados en las piezas de fabricación catalana.
Un centro importante y de gran actividad en
los siglos XVI al XVIII fue Recuenco (Cuenca), del que poseemos una pieza, la
mejor de la colección de vidrio castellano.
Núm. 3298 (lám. VI) Pichel de vidrio soplado poco
transparenta. Depósito de forma oval, cuello troncocónico de paredes lobuladas
en sentido helicoidal, boca octógona; pie discoidal, hueco. Dos finas asas laterales
de cordón macizo, muy delgadas. Decoración de líneas incisas en el cuello, y
unas franjas muy finas de color mate desarrolladas en sentido helicoidal sobre
la pieza. Pia con incisiones. Altura 160 mm. Obra de fabricación probable de
Recuenco. Finales del siglo XVI o principies del XVII.
Vidrio de gran ligereza, característica de los
de esta producción castellana de la provincia de Cuenca, a la que además se une
una gran simplicidad y muy poca variedad de formas. Es éste un tipo de florero
derivado de las lámparas musulmanas. Algunas piezas como esta en la colección
Macaya, de Barcelona.
De Cadalso de los Vidrios
(Toledo) son tres los ejemplares en la colección. El núcleo de fabricación de
Toledo culmina en Cadalso, cuyos vidrios fueron famosísimos por todas partes de
la península, y según referencias escritas de la época, los mejores de España
después de los de Barcelona. Se lograron piezas muy finas, con colores y formas
elegantes.
Los hornos de Cadalso, de los cuales se tienen
noticias desde el siglo XV, acabaron su producción durante la guerra de la
Independencia.
Núm. 3295 (lám. VI) Frutero de
vidrio incoloro transparenta soplado. Depósito circular campaniforme y pie
troncocónico estrangulado, hueco. Decoración en toda la superficie de la pieza
de acostillados en desarrollo helicoidal y líneas horizontales de laticinio.
Altura 138 mm. Obra de fabricación castellana de Cadalso de los Vidrios. Siglo XVII.
Una pieza muy igual a esta en el Museo de Vich.
Núm. 3297 (lám. VII) Jarrito de vidrio soplado muy poco transparentes, coloración verdosa. Depósito oval con cuello cilíndrico estrangulado y pie discoidal troncocónico. Asas laterales de cordón con cresterías. Decoración de un fino surco acanalado, desarrollado en espiral, y muy poco marcado; franjas de tono mate, dispuestas en sentido helicoidal. Altura 205 mm. Obra de fabricación probable de Cadalso de los Vidrios (Toledo). Segunda mitad del siglo XVII. Su forma recuerda a la de algunas piezas producidas en los hornos de Castril de la Peña (Granada) que produjo vidrios cuyos tipos se asemejan o imitan a las lámparas musulmanas de las mezquitas. Estos vidrios tienen una coloración amarillenta, en cambio los producidos en Cadalso que imitan a los de Castril, presentan un color verdoso.
Núm. 3296 (lám. VII) Frutero o
centro de mesa de vidrio incoloro transparente soplado. Depósito troncocónico
estrangulado en la parte inferior, pie en forma de balaustre cilíndrico y base
discoidal cónica muy plana. El depósito lleva en su interior un pomo azul
piriforme, terminando en un pájaro. Decoración, en las paredes de la pieza y en
la parte alta, una franja de incisiones, y en la parte inferior un cordón
aplicado en azul, en forma serpenteada muy irregular. En los costados quedan
restos de asas o apéndices, que faltan por rotura, y que debían ser en forma de
S como tienen otras piezas iguales a esta. Altura 207 mm. Obra de fabricación
de Cadalso de los Vidrios. Siglo XVIII.
Texto y fotos: CATALOGO DE LOS VIDRIOS DEL MUSEO ARQUEOLÓGICO DE GERONA
POR MIGUEL OLIVA PRAT
DEBAJO DE LA ESCALERA
ResponderEliminarEl vasar
Debajo de la escalera
teníamos el vasar
del agua que al trasegar
cantaba en la cantarera.
Vasijas que en la vasera,
cántaro, vaso, y botijo
del padre, madre y del hijo
eran el río y la fuente
y el arroyo transparente
del familiar regocijo.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
BENVENUTO CELLINI
ResponderEliminarAl doctor,
D.Juan Antonio Vallejo-Nágera
Manos de oro poseyó el florentino
orfebre de inmarcesible talento,
aureolado de un sino sangriento
violencia y arte marcó su destino.
Francisco de Francia allanó el camino
y el Papa Paulo le supo irredento
y amparó y asiló luego en convento
sabiéndole un notorio asesino.
Protegido por magnates y cortes
aquel hombre sagaz, genial y astuto
palancas activó hilos y resortes
y valimientos tuvo el disoluto
y en Cósimo de Médicis soportes
que eran el incentivo en Benvenuto.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA FUENTE DE LA ANTANILLA
ResponderEliminarLa fuente de la Antanilla
al fondo de una calleja,
tenía un grifo de teja,
y una sombra de olivilla.
Raíces de una cepilla
por la pared asomaban,
y las coruchas cantaban
al llenar de agua el botijo,
de un líquido tan prolijo
que nervios desatacaban.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA FUENTE DE LA PLAZUELA
ResponderEliminarDe la Plazuela su fuente
era un manantial sonoro
de Neptuno era el tridente
del vecindario era un coro.
Agua clara que fluyendo
era el fluir de la vida
líquido que vas corriendo
en noche y amanecida.
Cántaros que en cantareras
debajo de los vasares
cenefas de primaveras
papeles crepusculares.
Vasijas puestas en fila
los botijos y calderos
cuando al agua la mutila
el hielo de los eneros.
Fuente de aguas tangibles
que en redor tuyo jugamos
para hacernos invisibles
y tu piedra la trepamos.
Fuente origen de tertulias
pábulo de los rumores
sacudimiento de abulias
para quien pena de amores.
Llegada parada y fonda
de ambulantes vendedores
y tragos de agua en la ronda
de los mozos rondadores.
Resonando en mis oídos
mi niñez me sobrevuela
percibiendo los sonidos
del agua de la Plazuela,
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho