Silbo silba que silbaba un jilguero sobre un nido que lo había construido por la jilguera que amaba. A la jilguera llamaba y ante él llego la amada y al nido miró encantada y lo halló tan confortable tan exquisito y amable que se entregó enamorada.
Picotean pico a pico de la tierra entre la arena, que a la iglesia la enarena esparcida en abanico. La dejan como acerico y por la puerta se adentran y al Cristo en la cruz contemplan, quien desclavando una mano de su trigo les da grano y a su alrededor se sientan.
SILBO SILBA QUE SILBABA
ResponderEliminarSilbo silba que silbaba
un jilguero sobre un nido
que lo había construido
por la jilguera que amaba.
A la jilguera llamaba
y ante él llego la amada
y al nido miró encantada
y lo halló tan confortable
tan exquisito y amable
que se entregó enamorada.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LOS GORRIONES DE LA IGLESIA DE CENICIENTOS
ResponderEliminarPicotean pico a pico
de la tierra entre la arena,
que a la iglesia la enarena
esparcida en abanico.
La dejan como acerico
y por la puerta se adentran
y al Cristo en la cruz contemplan,
quien desclavando una mano
de su trigo les da grano
y a su alrededor se sientan.
Saturnino Caraballo Diaz
El Poeta Corucho