Saliendo de la Plaza del Ayuntamiento, recorreremos caminos antiguos que nos llevarán hasta el Molinillo, antiguo molino de agua en el arroyo Tabalón o Molinillo, más tarde visitaremos la famosa Tumba del Rey Moro, que de moro tiene poco, para regresar a Cadalso por el camino de Lancha los Huertos y el Pilar. El recorrido es fácil y sin cuestas, se puede tardar con tranquilidad unas tres horas.
Anímate y disfruta de nuestro entorno histórico
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
ROMANCE DEL REY MORO DE GRANADA
ResponderEliminarDONDE CORUCHOS SE HALLABAN
Cuando al fin capituló
y abandonó su Granada,
se le demudó la faz
y dijeron que lloraba.
Mas no fue por cobardía,
pues su valor era fama
cantada por los poetas
y por el Darro llevada.
Fue por las fuentes y flores,
por las almenas doradas,
por el Patio Los Leones
y por la perdida Alhambra.
Cruentos y crueles combates
por la ciudad asediada,
y ante sus muros, coruchos,
allí combatiendo estaban.
Siendo el Rey don Juan Segundo
del reino ilustre de España,
y don Álvaro de Luna
su valido y su vanguardia.
De Castilla el Condestable
en batalla de Higueruela,
donde triunfante salió
con él coruchos llevaba.
Dueño y señor de estas tierras
le rendían vasallaje,
y soldados de la gleba
de estos predios reclutaban.
El tiempo se fue alargando,
cayó el valido en desgracia
y su cabeza rodó
por vallisoletana hacha.
Luego Isabel de Castilla,
de España la soberana,
junto a Fernando su esposo,
asedio puso a Granada.
Y de nuevo los coruchos
de infantes sentaban plaza,
y en el cerco con las picas
se batían en la Alhambra.
A don Gonzalo de Córdoba
le vieron sobre una jaca
del harén de Boabdil
que a las tropas arengaba.
Allí al Cardenal Cisneros
le vieron con cubos de agua
con sus frailes y sus legos
que a los moros bautizaban.
Allí a Isabel y a Fernando
vieron su entrada triunfante,
y voltear de campanas
por la España unificada.
Y vieron a Boabdil
junto a Aixa la sultana,
volviendo la vista atrás
enjugándose una lágrima.
Esto vieron los coruchos
y se vieron a ellos mismos
haciendo Historia aquel día
en la toma de Granada.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA PENSIÓN DEL CIEGO DEL CERRILLO
ResponderEliminarHablaban agrupados en corrillo
del cobro y la cuantía de pensiones,
espontaneas y breves reuniones
que se forman en cuesta del Cerrillo.
El grupo abanderó y abrió un pasillo
al ciego como en otras ocasiones,
que se sumó y entró en cavilaciones
con sus cuencas opacas ya sin brillo.
-No quejaos; bien sé, la mía es alta
mas es vital aquello que echo en falta,
llaga es mi corazón en sufrimientos
y un mendigo ser que pisa abrojos,
quisiera ser con luz sobre mis ojos
que vieran este sol de Cenicientos.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL CERRILLO DE CENICIENTOS
ResponderEliminarCaída tiene con una pendiente
y pétreas rocas bancos de asientos
viendo a la plaza y en sus movimientos
vida y afanes de brisa envolvente.
Asiento en la esquina tiene su fuente
que a bocas remedio fue de sedientos,
vecinos que fueron de Cenicientos
y a su hora el ataúd llevó inclemente.
Y en la noche agosteña una pantalla
de cine colgaban llena de sueños,
que nos introducía en un castillo
sin guardias armados en la muralla
de un avieso mirar, fruncidos ceños
libertad coartando en el Cerrillo.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
CENICIENTOS EN EL CORAZÓN
ResponderEliminarEs mañana grisácea en el pueblo,
de una lluvia que cae mansamente,
y un tañer de la campana doliente
sume a la calle en silencio y despueblo.
Es preciso y urge hacer un repueblo
que atraiga en cascadas a nueva gente
y vea un alba de nuevo creciente
al igual que yo lo canto y amueblo.
¿Qué versificaré por alabarte
y en versos épicos alto ascenderte
y sobre el mapa de España situarte,
e imperecedero así siempre verte,
pueblo corucho, sin cesar de amarte
hasta cubrirme el velo de la muerte.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL CANTO A CENICIENTOS
ResponderEliminarEn la cuña introducida,
de abulenses y Toledo
está el pueblo y su viñedo
sostenimiento de vida.
La cepa fue mantenida
como diosa en los altares
y las uvas en lagares
corría rojo su mosto
por el canalillo angosto
como el agua de los mares.
Con gentes acogedoras
transitando por la calle
hacen ameno este valle
de las coruchas auroras.
Armonía de las horas
transcurren de forma lenta
si el espíritu aposenta
apego por el sosiego
del que harto de trasiego
vida tranquila le tienta.
Quien nos visita se queda
y si se va siempre vuelve
cuando la brisa le envuelve
del arcón de su almoneda.
Paseante en la vereda
viendo la vida que pasa
hace trasvase y trasvasa
olvido de su paisaje
y se siente paisanaje
y cimenta aquí su casa.
Siempre impera aquí la calma
y el horizonte apacible
que se bebe y es bebible
como néctar en el alma.
Aparejo que es la enjalma
de sus pocos animales
otrora en los hierbazales
abundaban los rebaños
pero el paso de los años
los mantiene terminales.
Que más decir de su Peña
a la que enaltezco tanto
y con mis versos la canto
y de mi rima se adueña.
Sostengo que es nuestra enseña
y la base del futuro
y aunque yo yerto y oscuro
cuando el suceso acontezca
el poema permanezca
y ser cierto lo que auguro.
¡Tomad os presto mis ojos
y su enfoque en la llanura
y abridlos en herradura
con que aparta los abrojos.
No reparad en rastrojos
y veréis a don Quijote
que con Rocinante al trote
va por tierras de la Mancha
gritando:¡Castilla es ancha
y se me atufa el bigote!
Y si tornáis la mirada
nuestra capital Madrid
y cabalgando va el Cid
en la alta madrugada.
Y en la noche despejada
he visto un cielo de bruma
flotando como la espuma
desde la Peña las luces
polucionando de bruces
a Madrid con que lo abruma.
Y de la Peña bajando
al pasear por el llano
la Dehesa es un rellano
por el cual ir divagando.
Los coruchos paseando
por la estrecha carretera
ven en el cielo una esfera
límpida de aire tan puro
que su clima es un seguro
de naturaleza austera.
Pinares, huertos y encinas
viven en el horizonte
y la quietud en el monte
e higueras en las retinas.
Visitante que caminas
y buscas vida apacible
y de vivir lo indecible
el pueblo de los coruchos
tiene en alicientes muchos
para hacértelo factible.
Y hablamos aquí un lenguaje
ingenioso y cervantino
junto al amor de su vino
colofón de un buen viraje.
Y habrás hecho un maridaje
con la estrella de los vientos
que aseda los movimientos,
de nuestros recios olivos
que muestran sin paliativos
el alma de Cenicientos.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
HIMNO A CENICIENTOS
ResponderEliminarSi dotado yo estuviera
de inspiración y talento,
por las nubes te pondría,
pueblo de luz y viñedos.
Aureola de las brisas
se desprenden de tus cerros,
introduciendo en tus casas
al tomillo y al romero.
Bajan de las Peñas bajan
estrellas en movimiento,
y manadas con los toros
que en tu plaza lidias luego.
Suben a las Peñas suben
nuestros pies, halos ligeros,
buscando desde la cumbre
escala que lleve al cielo.
Llanos buscan, buscan llanos
de nuestros pies el sendero,
cuando sobre los pinares
solloza y susurra el viento.
Soles piden, piden soles
en el calor agosteño,
cuando la afición corucha
se reinventan en toreros.
Conos y tinajas piden
para el mosto vinatero,
que fama ha dado a tus vinos
allende de nuestro pueblo.
Nuestro corazón se ensancha
sin cabernos en el pecho,
viendo los cielos coruchos
en las alas de los vientos.
Cielos que los compartimos
con cuantos vienen viajeros,
paseando en nuestras calles
y sienten a Cenicientos.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
¿Hay que apuntarse en algún sitio? ¿Cuánto cuesta?
ResponderEliminarElena Camacho Salas
No, esta vez no hay que apuntarse, sólo tienes que estar en la Plaza a las 10 horas del sábado. Es gratis.
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