LA PROCESIÓN DEL CRISTO DEL HUMILLADERO
Penden colgaduras de los balcones
los rezos agitan las banderolas
y oran a su paso luz de farolas
con el fervor y fe de los soplones.
Cadalso es presa de las emociones
de un mar incontenible, fragor de olas,
que les trajo estrellas y caracolas
el Cristo inundando sus corazones.
Su Cristo agonizó, inmerso en delirios,
de afrentas sufridas sobre el madero
se apagó el sol le suplieron los cirios,
descendió el Nazareno, halló el sendero,
conducente a Cadalso de los Vidrios
y encarnó en Cristo del Humilladero.
Penden colgaduras de los balcones
los rezos agitan las banderolas
y oran a su paso luz de farolas
con el fervor y fe de los soplones.
Cadalso es presa de las emociones
de un mar incontenible, fragor de olas,
que les trajo estrellas y caracolas
el Cristo inundando sus corazones.
Su Cristo agonizó, inmerso en delirios,
de afrentas sufridas sobre el madero
se apagó el sol le suplieron los cirios,
descendió el Nazareno, halló el sendero,
conducente a Cadalso de los Vidrios
y encarnó en Cristo del Humilladero.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
OLIVOS MIRANDO AL CIELO
ResponderEliminarOlivos mirando al cielo
lo contemplan y extasían
y es porque desearían
ser trasplante de aquel suelo.
Ser olivos del consuelo
de Cristo, y secar su llanto
en la noche del espanto
lúgubre en Getsemaní,
de aquel cielo carmesí
sangriento de su quebranto.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
"¡MIRADLE POR ALLÍ VIENE!"
ResponderEliminar"¡Miradle por allí viene
con la carga de la cruz,
mirad destellar la luz
que sobre el hombro sostiene!"
"¡Preguntadle aquí a que viene
al Nazareno Divino
y os dirá que os trae el vino
su sangre sobre el madero
vuestro es del Humilladero
y no equivocó el camino!"
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho