A “El Cadalseño”, por tantas emociones que me provocó y que guardo intactas.

 Miguel Álvarez "El Cadalseño"

                        El Cadalseño según aparecía en los carteles de promoción.

(A “El Cadalseño”, por tantas emociones que me provocó y que guardo intactas.)

CADALSO TIENE UN TORERO

Plaza de toros de Cadalso de los Vidrios (Madrid). Quince de Septiembre de 1.987. Cuarta de Feria, soleado y casi lleno.

Se llama Miguel Alvarez “El Cadalseño” y quiere ser torero, dice que de esos que hacen brotar sueños en los seres humanos. Uno siempre estaba ilusionadísimo con la posibilidad de que Cadalso tuviera un torero y últimamente habíamos depositado toda nuestra esperanza en este muchacho menudo y despierto como el amanecer, con el pelo rubio como los trigales castellanos y el corazón ungido de utópicas glorias toreras. Nos acompañó estos días en Radio Cadalso (104.0 FM), donde abrigábamos el deseo de darle a conocer a todo el mundo para que se le apoyara en sus dos vertientes: la humana y la taurina.

Con dos buenos aficionados cadalseños.

Llegó a la plaza de Cadalso con sonrisa preocupada y vestido de celeste y oro por fuera, por dentro vestía de angustia y ternura y una alegría callada llevaba prendida a los alamares del alma. Hacía su debut en esta tarde del quince de Septiembre de 1.987. Tarde taurina apacible, luminosa y melancólica, así también se describen en las novelas de amor las tardes enamoradas en las que suceden esas cosas bellas que desbordan nuestros sentimientos más optimistas. Lo de menos, con ser mucho, son las orejas y el rabo que cortó a su novillo. Lo verdaderamente trascendental es saber que Cadalso tiene un torero que lleva su nombre y que, si le respetan los toros y cuenta con la ayuda necesaria, hará a nuestro pueblo conocido más allá de nuestras entrañables y humildes fronteras. Casi lloramos todos de emoción, algunos no pudieron resistirlo y dejaron deslizarse suavemente unas lágrimas por sus rostros recios pero nobles, curtidos por las caricias del sol y del aire de este lugar inolvidable y torero. Pocas veces he visto a este pueblo viejo pero vital tan unido y sobrecogido, parecían salir de sus pupilas chispas húmedas de sol, destellos reflejados del oro de los vestidos de torear.

En la última novillada del día del Cristo.


Este es el pago más preciado que Radio Cadalso podía recibir. Una gratificación en moneda emotiva e inolvidable a estos anocheceres en los que de manera desinteresada, abnegada y amorosa hemos intentado transmitir a los oyentes nuestro entusiasmo y cariño hacia el arte del toreo y hacia Cadalso. Espero desde lo más hondo de mi corazón que estos anhelos cristalicen en una realidad conmovedora y que Miguel Alvarez “El Cadalseño” nos haga muy felices, como hoy ya lo hizo, ofreciéndonos la mejor esencia de su alma torera y cadalseña.

                              

Miguel MORENO GONZÁLEZ