Cadalso 29 de noviembre, las calles están solitarias, es hora de comer, paso a saludar a Daniel y me encuentro con un plato de judías con oreja. Al principio me cuesta, no pensaba comer antes de comer, que chorrada de frase, pero ante la insistencia y el buen olor y pinta del plato, me dejo convencer y saboreo unas riquísimas judías, espesitas como tiene que ser y en compañía de grandes cadalseños y amigos como también tiene que ser, del vino para que hablar, de garnacha, excelente y muy cadalseño.
Momentos como este son los que te llenan y te animan a sentir que la vida fluye en cualquier momento y lugar, que los de siempre están ahí para lo que necesites, que na hace falta mucho para sentirse feliz y contento, y que la mejor mesa es la que se comparte con la gente más próxima, con un sencillo pero apetitoso plato de judías a de lo que sea, sin grandes manteles ni vajillas pero con la sensación de que estás rodeado de personas que te sienten, que son sencillas y entregadas, que dan lo que tienen sin pedir nada a cambio, y que además se sienten orgullosos de compartir mesa contigo, y esto hoy en día es lo mejor que puedes sentir, lo demás, pues eso, lo que todos sabéis.
Un abrazo a Victor, Uge, Daniel, Benito y Andrés, por ser parte de mi vida y del día a día de Cadalso.
Pedro Zorro Corredero
Buenos vecinos
ResponderEliminarAntonia Frontelo Morales
Ricas las judias
ResponderEliminarAna Diaz