martes, 7 de octubre de 2014

Vendimia en Cadalso de los Vidrios 2014. La cooperativa. ( y II )


                           La cooperativa, el grado, los hombres, el pasado. 




La cooperativa de Cadalso sigue siendo la misma de siempre, hoy ya no importa tanto el grado y los hombres son otros, la mayoría están menos preocupados, pasan de vendimia, de grados y hasta de kilos, cómo pueden cambiar las cosas en tan pocos años, cómo se puede abandonar casi todo, probablemente sea el destino, la vida, o las propias personas que así lo han querido, probablemente.




Sentados esperamos que llegue la hora, es pronto y la cooperativa está cerrada hasta las cuatro. Tres o cuatros cargas repartidas en un tractor y algunas furgonetas, esperan su turno de báscula, pero mientras esto llega, la conversación brota espontáneamente y las caras sonrientes denotan que la situación está controlada, que nada va a pasar y que pronto todos estaremos en casa al terminar un día más de vendimia, de los pocos que todavía puedan quedar, del año en curso de 2014





La uva, garnacha casi en su totalidad, va alimentando el sinfín que en su girar lento pero acompasado, la ira convirtiendo en esa jugosa masa de liquido y hollejos, el resto, los escobajos como aquí los llamamos y que no son otros que los racimos sin sus redondos frutos, serán expulsados el exterior para su posterior venta, antes se vendían para hacer licores y algo de medicinas creo, pero eso era hace muchos años, hoy desconozco el destino.  






A medida que la uva cae, un cubo dirigido por el experto medidor de grado, tomará unos racimos al azar de cualquiera de los capachos y los transportará a una máquina, tan antigua como las cepas de garnacha que todavía maduran en nuestros campos, para obtener el jugo que después concederá la graduación de azúcar a nuestra carga.






La foto es de hoy, pero podría ser de hace muchos años, sólo el empleado es actual, lo demás es lo de siempre, cuarto, máquina y probeta siguen siendo tan necesarios y tan actuales como lo fueron en los años 50 y 60 y la verdad es que funciona y todo el mundo está de acuerdo, aunque verdad es que "todo el mundo" es hoy bastante poco. 




14 grados de azúcar ha sido el resultado de esta carga, por cierto que esta medición no se corresponde con la mía que al ser de la Medialegua ha dado 15 grados. Es de todos conocido y sino aquí va la aclaración, que la uva del pueblo para abajo siempre tiene más grado que la del pueblo para arriba, es decir, una viña del Pilar, el Majuelito o Lanchalices siempre tendrá más grado que una de Tórtolas, el Boquerón o el Aguadero. Por qué? pues sencillamente por ser la zona del sur de Cadalso más calurosa que la del norte, tanto es así que antes cuando todo el término estaba poblado de cepas y la vendimia duraba mes y medio, primero se comenzaba vendimiando del pueblo para abajo dejando el resto para el final. 





Aquellos hombres ya no están, hoy son los hijos o los nietos, mañana quién sabe, pero a pesar del tiempo y de como termine esto, siempre habrá un lugar para los recuerdos y para los sentimientos, esos que a pesar del paso de los años seguirán estando en este lugar tan nuestro y de los nuestros desde aquel año de 1956 en que fue inaugurada la Bodega Cooperativa Cristo del Humilladero de Cadalso de los Vidrios.





Al atardecer de un día de septiembre durante la vendimia en Cadalso, la lluvia hace acto de presencia, ilumina el granito de nuestras calles, y de los lugares más recónditos se vuelven a escuchar conversaciones de uva y vendimiadores que corren con el cuerpo mojado intentando ser rescatados del agua otoñal, mientras, otros observan asombrados, como espectadores casi nocturnos el final de un día de vendimia, y en la memoria y en la imaginación anónima heredan una página de esta historia, que se narra con palabras que descifran el sentido de una costumbre presente en la riqueza de un pueblo.


Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

5 comentarios:



  1. Muy bonito y emocionante el relato que hace de la cooperativa en vendimias.

    Inés

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  2. El laborar de los hombres, su sudor y sus carreras, la soledad del campo, el acarreo en cada vez menos tractores y cada vez más furgonetas, la solera de la Cooperativa y también su decadencia, el pesaje, el grado y el trabajo hecho, ... tú, Pedro, lo conviertes en poesía. Felicidades. Javier.

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  3. Gracias Inés, Javier se nota que eres buen amigo, lo digo por lo de la furgoneta, lo de la poesía ya lo sabía desde hace tiempo, je.je, es broma.

    Un abrazo

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  4. LA BODEGA DE CENICIENTOS

    Con el tiempo esta pátina ha curtido
    las piedras que ennegrecen la fachada
    y expande olor del mosto en oleada
    del vino que fermenta adormecido.

    Bodega que en vejez ha encanecido
    acogiendo a toda uva enamorada
    que traía el serón la esposa amada
    al tálamo del cono su marido.

    Y a sus puertas hervía un torbellino
    y de cargas un mar en oleaje
    disputando la mula y el pollino

    en pugna por la fila del pesaje
    de racimos que han hecho a nuestro vino
    vinícolas raíces del paisaje.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  5. CORUCHO DEL VIÑEDO Y DE LA CEPA

    ¡Corucho del viñedo y de la cepa!,
    con tus vinos fulgiendo embotellados,
    vas imparable abriéndote mercados.
    España hoy,después Rusia con su estepa.

    Nadie osado de tus caldos discrepa
    en sus conos fermento atesorados
    del esfuerzo ante hechos consumados
    en su ascenso en valía y no por trepa.

    Estuches que lleváis a Piedra Escrita
    impresa y estampada en la botella
    legataria en saber conocimientos,

    de ancestros y su pálpito palpita
    sobre los campos coruchos y su huella
    es la madre del vino en Cenicientos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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