jueves, 2 de octubre de 2014

Frutos de otoño en Cadalso (1)

                        
    Moras y majuelas




Ya es otoño pero todavía quedan moras en Cadalso, su color y jugosidad es un atractivo para nuestros ojos que sin querer y a pesar de ser tan abundantes, se sienten atraídos por su belleza, cuanto más cerca mejor. Primero las probé, fueron unas cuantas, tantas que al final me dio miedo de que me sentaran mal, pero lo mejor, no es que me sentaran bien, que así fue, lo mejor fueron estas fotos de unas grandes moras que se te ofrecían para lo que fuera camino de la fuente de la Peluquera, lugar sombrío y húmedo en el que los frutos de la zarzamora se han mantenido hasta el comienzo del otoño




Tras las fotos recolecté algunas para llevar a casa, las deje en el suelo sobre un manto de hojas de su misma planta, luego las fotografié y allí quedaran para siempre ya que a la vuelta se me olvidó recogerlas, tal vez la pasada tarde noche del sábado sirvieron de alimento a alguno de los animales que pueblan nuestros campos, tal vez.




No muy lejos del zarzal de las moras, florece un majuelo que por ser otoño ya luce sus frutos rojos para placer de los caminantes, no todos, que encuentran en este pequeño pero atractivo arbusto un cierto embeleso y seducción. 




Probar su incierto sabor me produce, siempre me ocurre, un grato placer, pero lo que más me atrae y seduce es fotografiar los rojos frutos que cuelgan en ramilletes. Que buenas sensaciones se pueden obtener con unas fotos de estos comunes frutos cadalseños, que belleza tan extraordinaria se consigue mediante lo mas sencillo, que placer ver las fotos y recordar el momento, el lugar y los acompañantes, que grande es el otoño y que inmensa la naturaleza.




Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

12 comentarios:

  1. Menudas mermeladas se hacen con esas moras. A que si Pedro???

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  2. Acertada afirmación Aquilino. Estas moras son de lo mejor de Cadalso y del mundo, nada menos que de finales de septiembre y del Valle del Tórtolas. Todo dicho

    Un abrazo.
    Pedro

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  3. LOS GUSANOS DE SEDA CORUCHOS

    Morales que a sus gusanos de seda
    plantaban sobre los verdes linderos,
    y entre sendas y almenados testeros,
    guardianes de la idílica vereda.

    Mariposa crisálida que aseda
    los capullos en coruchos veneros,
    y verdinegros morales cerreros
    donde un árbol avejentado queda.

    En las casas la rueca y los telares
    en manos de coruchas laboriosas
    salmodiaban los rezos contra azares

    del devenir incierto de las cosas
    que en invierno traía los pesares
    de infértiles y muertas mariposas.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho





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  4. EL MORAL DE LAS PANTEZUELAS

    Copa de sombra sobre tronco añoso
    cubría impávido el pretil del puente,
    cuando el arroyo de sucia corriente
    era de las luciérnagas reposo.

    Es su ramaje de un árbol jiboso
    que vio el pasar de un paisanaje ingente,
    generaciones coruchas de gente
    sumidos ya en la eternidad del foso.

    Sombras prestó a las parvas y a las trillas
    en los lejanos días del pasado,
    y hojas nutricias fue de los gusanos

    y sus moras tintura en las mejillas,
    con mixturas de un dulce confitado
    que de muchachos nos tintó las mansos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho







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  5. EL MORAL DE LAS PANTEZUELAS

    Copa de sombra sobre tronco añoso
    cubría impávido el pretil del puente
    cuando el arroyo de sucia corriente
    era de las luciérnagas reposo.

    Es su ramaje de un árbol giboso
    que vio el pasar de un paisanaje ingente,
    generaciones coruchas de gente
    sumidos ya en la eternidad del foso.

    Sombras prestó a las parvas y a las trillas
    en los lejanos días del pasado,
    y hojas nutricias fue de los gusanos

    y sus moras tintura en las mejillas
    con mixturas de un dulce confitado
    que de muchachos nos tintó las manos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho






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  6. LOS MORALES DEL BATÁN

    Subíamos en cuadrilla,
    muchachos de la Plazuela,
    con la alegría que vuela
    sobre el moral cuando brilla.
    Y entre ramas que agavilla
    las moras y nos espera,
    sobre el mástil que abandera
    nuestra llegada impacientes,
    como fieles penitentes
    escalando su madera.

    Entintada nuestra cara
    con la sangre de las moras,
    en las confortables horas
    cuando el sol alumbra y dora.
    Caminando sin demora
    en la tarde sosegada
    del pastor en la majada,
    la vertedera en reposo
    donde el campo es tan hermoso
    que la vida aquí es sagrada.

    Como Eccehomos sangrantes
    de nuestra madres decires,
    "¡no me mires, no te mires,
    que vaya facha y semblantes!".
    Mas los nautas navegantes
    pusimos proa a la vida,
    sintiendo la acometida
    del vigor de lo que nace.
    Y en los morales subyace
    nuestra infancia allí acogida.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho


























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  7. LEYENDAS DE CENICIENTOS
    El diablo cojuelo

    Se acercó el diablo cojuelo
    de Madrid de tapadillo,
    y extramuros del Cerrillo
    hizo casa en un majuelo.

    La casa no se veía
    ni a él en figura humana,
    hecho siempre un tarambana,
    se reía y se reía.

    Maquinaba todo el día
    la forma de divertirse,
    y así a sus anchas reírse
    de coruchos, se acrecía.

    De leche se alimentaba,
    tragaldabas insaciable,
    y en hartura memorable,
    ¡cuántas faenas armaba!

    De mañana los vaqueros
    sin leche hallaban sus vacas,
    y las cabras entre urracas
    ordeñadas los cabreros.

    Brevas se desvanecieron,
    los higos no maduraron,
    los viñedos no cuajaron
    y los trigales se fueron.

    ¡Vive Dios! ¡Qué desesperos
    sobrevino a los coruchos!
    Verdad es que no eran muchos,
    ¿Mas por qué esos desafueros?

    Un santo padre exorcista
    les vino desde Toledo,
    y andando con paso quedo
    resultó un buen analista.

    Al perillán descubrió
    en las ramas del majuelo,
    y con exordios del cielo
    al cojuelo lo expulsó.

    Del majuelo se extendió
    una plaga de estreñidos,
    pues sus frutos constreñidos
    todo lo contaminó.

    Y en Cenicientos los bulos
    pábulo dio a los majuelos,
    y siendo causa de duelos
    les llamaron tapaculos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  8. EN DÍA DE LUMINARIAS

    Con tormentas incendiarias
    incendiándose los cielos
    entre el roble y los majuelos
    entonaron sus plegarias.
    La buenas gentes agrarias
    vieron la luz densa y doble
    y del tambor el redoble
    e iluminaba el pináculo
    el argentífero báculo
    de nuestra Virgen del Roble.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  9. ESTÁ CAYENDO MI VERSO

    Está cayendo mi verso
    sobre el blanco de un papel
    que mitigue el mundo cruel
    de otro ser con quien converso.
    Y lo rimo puro y terso
    como bálsamo en tu herida,
    y para tu alma encendida
    es el crisol de mi verso.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  10. Que buenas

    Rosa Foncuberta López

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  11. Buena mermelada a hecho mi hija este verano con las moras muy ricas

    Pilar Calvo Villarín

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