DON ÁLVARO DE LUNA A SU PASO POR
CENICIENTOS
Riquezas tuvo, honores poderío,
del rey valido amigo y consejero,
favorito y constante compañero
y a su lado grandeza y señorío.
De cuerpo enjuto, mas su fuerza y brío
fue cantada elevada al romancero
y él, fue juglar poeta pasajero
y en justas paladín cruzando el río.
Gran señor, Condestable de Castilla
con gran pompa cruzó por Cenicientos
anhelando el cetro y ceñir corona.
Magnifico jinete va en su silla,
semblante alegre y, oro en los jumentos
que lleva a su castillo de Escalona.
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