jueves, 31 de julio de 2014
miércoles, 30 de julio de 2014
Cabeza Cadalso, la Peña Muñana en El País de 1999
El País
viernes, 24 de
septiembre de 1999
Cabeza de Cadalso
Pinares, viñedos,
canteras y restos de un poblado medieval salpican este picacho de la sierra
Oeste
Moriréis en Cadalso", dicen que le dijo una
adivina a don Álvaro de Luna. Y el condestable -que acostumbrado a hurtar lo
ajeno, creyó poder también hurtarse al destino- no volvió a pisar Cadalso de
los Vidrios, que a la sazón era aldea de Escalona, una entre mil de su vasto
señorío. Mas al fin -es fama-, don Álvaro perdió la privanza del rey, y con
ella, en 1453, la cabeza en un cadalso de Valladolid, verificándose así el
augurio con minúsculas y el mayúsculo lamento que en su boca puso Santillana:
"¿Qué se fizo la moneda
que guardé para mis daños
tantos tiempos, tantos años,
plata, joyas, oro é seda?
Ca de todo non me queda
si non este cadahalso...".
Los peritos en topónimos aseguran que el nombre de Cadalso equivale a lugar fortificado -tal es, poco más o menos, la tercera acepción que de cadalso da la Real Acadernia-, pero no señalan cuál es o fue esa fortaleza, porque no les pagan por concretar. En el Catálogo de castillos, fortificaciones y recintos amurallados de la Comunidad de Madrid, consta que la muralla de Cadalso de los Vidrios, de la que sólo queda un fragmento en la calle Real, era obra de finales del XIV, mientras que el nombre del pueblo aparecía ya en documentos del siglo anterior. Castillo no hubo, ni antes ni después: el marqués de Villena empezó a erigir uno tras la muerte de don Álvaro, pero no lo terminó, y tampoco está claro que se aprovecharan sus ruinas para construir el espléndido palacio de los duques de Frías. El catálogo sí registra, en cambio, la existencia de restos de un poblado fortificado, acaso árabe, en la vecina peña Muñana, y esto es motivo asaz para que subamos a indagar.La peña Muñana, Muniana o de Cadalso -que de las tres formas se llama- levanta su cabeza granítica a la vera misma del pueblo,240 metros por encima de
éste y 1.044 sobre el nivel del mar. A poco que uno se fije, verá claramente
por dónde hay que hincarle el diente, pues si bien la vertiente septentrional
-ladera izquierda, según se mira desde Cadalso- parece suave y pinariega, la
cara sur se intuye resbaladiza, bronca y arisca como un gato en remojo.
"¿Qué se fizo la moneda
que guardé para mis daños
tantos tiempos, tantos años,
plata, joyas, oro é seda?
Ca de todo non me queda
si non este cadahalso...".
Los peritos en topónimos aseguran que el nombre de Cadalso equivale a lugar fortificado -tal es, poco más o menos, la tercera acepción que de cadalso da la Real Acadernia-, pero no señalan cuál es o fue esa fortaleza, porque no les pagan por concretar. En el Catálogo de castillos, fortificaciones y recintos amurallados de la Comunidad de Madrid, consta que la muralla de Cadalso de los Vidrios, de la que sólo queda un fragmento en la calle Real, era obra de finales del XIV, mientras que el nombre del pueblo aparecía ya en documentos del siglo anterior. Castillo no hubo, ni antes ni después: el marqués de Villena empezó a erigir uno tras la muerte de don Álvaro, pero no lo terminó, y tampoco está claro que se aprovecharan sus ruinas para construir el espléndido palacio de los duques de Frías. El catálogo sí registra, en cambio, la existencia de restos de un poblado fortificado, acaso árabe, en la vecina peña Muñana, y esto es motivo asaz para que subamos a indagar.La peña Muñana, Muniana o de Cadalso -que de las tres formas se llama- levanta su cabeza granítica a la vera misma del pueblo,
El camino por el norte, en efecto, resulta ser algo
más accidentado que la calle de Preciados, pero poco más. Saliendo de Cadalso
por la carretera de Pelayos, nos plantaremos en un cuarto de hora ante la
puerta del cámping El Pinar de Cadalso, y en diez minutos más, siguiendo la
pista de tierra y balasto que aquí mismo nace, alcanzaremos una viña cercada
con una alambrada. Cien metros más adelante, sale a la derecha un caminito que
sube hasta unas canteras abandonadas, en las que tiraremos a la izquierda por
una nítida senda -señalizada más arriba con hitos y trazos de pintura roja- que
nos permitirá coronar la peña como a una hora del inicio. Tres cabezos
graníticos separados por una pequeña explanada central componen la cumbre. En
el más alto hay una caseta de vigilancia de incendios, un vértice geodésico y
un negro crucifijo. Y hay también las mejores vistas: al noroeste, Gredos; al
noreste, Guadarrama; entre ambas sierras, el tajo del Alberche; a nuestros
pies, los tejados de Cadalso, y por doquier, un mar de pinos piñoneros y
resineros, ejércitos de vides y canteras de piedra berroqueña.
El cabezo meridional -unos diez metros más bajo-
depara la sorpresa de un bosquete de arces. El occidental, un roído muro de
calicanto, probable vestigio de una torre defensiva. Mientras que la explanada
central presenta abundantes restos de una cerca perimetral de mampostería a
hueso, ruinas circulares de míseros chozos y un sillón natural de granito, a
modo de trono, que sin duda probó alguno de los pobladores sintiéndose un rey entre
tanta estrechez. ¿Pero quiénes fueron aquellos infelices? Quizá moros -se dice
en el mentado catálogo-, que tras la Reconquista cristiana, en el siglo XII,
siguieron llevando aquí una vida montaraz, marginal, insegura, condenados para
sécula a expiar su derrota en este alto cadalso de piedra.
martes, 29 de julio de 2014
Camino de Santiago. Camino Francés. Castrojeriz-Frómista
Camino de Santiago. Camino Francés. Castrojeriz-Frómista
Camino de Santiago. Camino Francés.
Etapa 15 Castrojeriz ( Burgos ) Frómista ( Palencia ) 26 Km.
Castrojeriz ( Burgos )
La etapa 15 del Camino de Santiago nos llevará desde tierras burgalesas hasta Frómista en Palencia. Todo es recorrido está cargado de auténticas joyas románicas, que como en esta etapa ya no nos abandonarán hasta la ciudad de León.
Partiendo de Castrojeriz nos adentraremos en la meseta castellana, donde las llanuras que se extienden a lo largo del recorrido nos sorprenderán por su árida vegetación y por las pocas sombras que encontraremos en el recorrido.
Santa María del Manzano. Castrojeriz
Iglesia de Santo Domingo en Castrojeriz.
Abandonamos Castrojeriz por la Plaza mayor y la calle Real y rápido nos adentramos en un camino pedregoso que desciende hasta cruzar un carretera que nos llevará hasta la pista del puente romano y al río Odrilla que se cruza por un puente de madera. A partir de aquí una fuerte subida nos llevará al alto de Mostelares, que con 917 mts es un mirador impresionante de lo que nos espera, la Tierra de Campos.
Una de las dos calaveras que adornan la fachada de Santo Domingo. O Mors.
Calle Real de Castrojeriz
La planicie esta jalonada de mojones de piedra y cruces que los peregrinos han ido dejando, todo un hito del Camino de Santiago y de las peregrinaciones a través de los siglos. Aymeric Picaud dijo: tierra llenade tesoros, de oro, plata rica en paños y caballos vigorosos, abundante en pan, vino, carne, pescado, leche y miel pero carente de arbolado.
Y tenía toda la razón este buen hombre por que en todas las etapas que atraviesan esta tierra apenas existen algunos árboles donde resguardarse del caluroso y deslumbrante sol, menos mal que estamos a primeros de mayo porque en los meses de verano esto es un auténtico infierno.
Unos cuatro kilómetros más abajo encontramos un merendero que más nos parece un oasis en medio del camino, lo llaman Fuente del Piojo.
Albergue de San Nicolás, histórico y tranquilo lugar.
Desde el merendero una carretera nos lleva a Itero del Castillo, pero antes nos desviamos para pasar por la iglesia de San Nicolás, una antigua ermita en medio de la nada convertida en albergue por italianos vinculados a la Orden de Malta, y donde los peregrinos por un donativo, pueden encontrar agua caliente y comida antes de llegar a Puente Fitero.
Mis más queridos peregrinos en San Nicolás
Puente Fitero vieja frontera entre Castilla y León
A continuación llegamos a Puente Fitero, lugar llamado así por un puente que mando construir el rey Alfonso VI sobre el río Pisuerga para ayudar a los peregrinos a cruzar el caudaloso río. Aquí está el límite entre Burgos y Plencia y la vieja frontera entre los reinos de Castilla y León. Construido en el año de 1068 en estilo románico, conmemora la victoria del rey leonés sobre su hermano Sancho II, el cual fue ayudado por el Cid, en la batalla de LLantada. Parece que el verdadero vencedor fue el rey castellano que quería restablecer el reino astur leonés, pero Alfonso VI no cumplió su palabra y para más inri mandó construir el puente conmemorando la batalla que nunca ganó.
Un peregrino descansa en la frontera entre Burgos y Palencia.
El Pons Fiterei del Codex calixtinus tenía en sus orígenes once arcos, pero en la actualidad sólo quedan siete y poco o nada queda que aquel primitivo puente, ya que lo que vemos hoy son añadidos y reconstrucciones del siglo XVI.
Itero del Castillo es el último pueblo de la provincia de Burgos y aunque queda fuera del itinerario del etapa merece la pena andar un poco más y hacer una visita, tiene albergue en la Plaza del Ayuntamiento.
Itero del castillo, último pueblo de Burgos.
En Itero del Castillo encontramos la iglesia de San Cristóbal del siglo XVIII con retablos barrocos y piezas góticas en su interior procedentes de otros templos cercanos.
El castillo que da apellido al pueblo es del siglo X y ya entonces se conocía este pueblo como Itero del Castillo ( año 934 ). La torre fue un baluarte defensivo del reino de Castilla en su límite occidnental junto al río Pisuerga.
Fortaleza de Itero del Castillo
Pueblo agrícola de gran tranquilidad y sosiego que nos acoge sin apenas habitantes por sus calles, lo habitan unas 105 personas. Desde el burgalés Itero del Castillo nos dirigimos al Itero de la Vega ya en Palencia con apenas 200 habitantes y donde destaca la iglesia de San Pedro del siglo XVI con una bella portada del XII así como el Rollo de justicia.
Iglesia de San Cristóbal en Itero del Castillo.
Desde el Puente Itero o Fitero una pista nos lleva a Itero de la Vega, es este como ya he dicho el primer pueblo de Palencia y ya comenzamos a ver el típico adobe de estas tierras y los palomares de barro y teja que ya no dejaremos de ver en todo nuestro recorrido por la Tierra de Campos. Una pista nos llevará por la extensa llanura palentina hasta Boadilla del Camino.
Al llegar a Boadilla encontramos una antigua fuente con pilón donde descansamos a la sombras que producen los árboles que la rodean. Pero la verdadera sorpresa la encuentro en un rebaño de ovejas al que acompañan un borrico, un perro y como no, su abnegado pastor. Pido permiso para realizar algunas fotos y enseguida comienza una conversación sobre la vida, las costumbres, el Camino y los rebaños de ovejas. "Ya ves, antes éramos unos cuantos lo que nos dedicábamos a esto, pero ahora sólo quedamos dos para unas 700 ovejas. Esto es muy sacrificado, aquí no hay ni fiestas ni domingos y encima "pa" lo que se saca. Otros paisanos sentados en unas piedras miran con sorpresa, y entre risas le dicen; "Venga ponte bien que vas a salir en la tele" y el pastor sonríe, y con unas voces se dirige al rebaño que le obedece dirigido por el perro alejándose por el camino que cada día recorre hasta que el tiempo diga, porque como él mismo dice, "esto se acaba, nosotros somos los últimos, la juventud no quiere tanto sacrificio"
Vieja estampa de nuestros pueblos de Castilla que poco a poco va desapareciendo.
Al entrar en Boadilla lo primero que te encuentras, además de las ovejas, es con la Plaza de la Iglesia de Santa María, donde también nos sorprende un rollo de justicia o picota adornado con conchas peregrinas y otros motivos jacobeos. El impresionante rollo fue labrado en el siglo XV, es de estilo gótico y plateresco y nos da testimonio del pasado noble que tuvo la villa.
Albergue del Camino en la Plaza del Rollo. Boadilla
Plaza de la Iglesia. Boadilla del Camino ( Palencia )
El labrado Rollo de Boadilla de estilo gótico y plateresco.
La iglesia de Santa María de la Asunción fue construida en los siglos XVI y XVII. Su cabecera es de la segunda mitad del siglo XVI y el cuerpo de la iglesia es de principios del XVII. Se construyó sobre una iglesia románica de la que sólo quedan restos en la base de la actual torre. Consta de tres naves formada por pilares.
Iglesia de Santa María. Boadilla del Camino
El interior se cubre con bóvedas de arista, que descargan sobre los pilares que separan las naves. El retablo mayor esta dedicado a la Virgen María y es de estilo renacentista. En nuestra visita todo era silencio y poca gente, sólo algunos peregrinos que entraban para ver y sellas la credencial. Sumido en ese silencio estaba cuando una peregrina holandesa que subida en el púlpito y con una buena, casi excelente voz, comenzó a cantar, recobrando por unos minutos ese aire de vida eclesiástica que seguramente tuvo en otros tiempos. Unos aplausos al final de la interpretación bastaron para que la peregrina nos volviera deleitar con otra canción que os aseguro tenía un sonido angelical.
Interior de la iglesia de Santa María.
La pila bautismal es otra de las maravillas que encierra esta iglesia, es del siglo XIII en estilo románico ojival y fue recuperada de la antigua iglesia románica sobre la que se construyó la actual. La soportan doce columnas cortas que parecen estar relacionadas con los doce apóstoles, ya que ellos son los que comunican, el soporte de la iglesia.
Saliendo de Boadilla nos encontramos con el llamado camino de sirga del Canal de Castilla, una obra fluvial que desde hace 200 años divide el campo castellano. Fue en el año de 1753 cuando unos ministros de la monarquía borbónica a cuya cabeza estaba el marqués de la Ensenada, decidieron cumplir su sueño, porque no se le podía llamar de otra manera, que consistía en hacer navegable la meseta castellana, comunicando el río Eresma en Segovia con Santander. las obras comenzaron a buen pie en 1753 pero tras varios parones se terminaron en 1849 dejando el proyecto por la mitad. En los casi cien años se construyeron los tramos que unían Alar del Rey, Valladolid y Medina de Rioseco, un total de 207 kilómetros de río que además salvaba 150 metros de desnivel mediante unas esclusas. Al principio se utilizó este tramo para transportar mercancías en barcas de vela, más tarde fueron las caballerías las que arrastraban las barcas desde el camino de sirga de las dos orillas, pero en 1959 se abandonó para siempre.
Esclusas del Canal de Castilla
El Camino recorre una parte del camino de sirga, donde la naturaleza y la belleza han sabido dar al lugar un encanto especial que resalta en los campos yermos y atraviesa la única esclusa cuádruple de todo el canal justo antes de entrar en el pueblo de Frómista.
De Boadilla a Frómista nos separan unos seis kilómetros de camino agradable acompañados por la belleza del canal y poco más, pero la verdadera sorpresa la encontramos al llegar a Frómista, un pequeño pueblo con una de las mejores representaciones artísticas del camino en Castilla, donde destaca por encima de todo su espectacular iglesia de San Martín.
Iglesia de San Pedro. Frómista
Unos ciclistas pasan junto a la iglesia de San Pedro, mientras dentro los habitantes de Frómista escuchan misa por la celebración de San Telmo. Nada estaba previsto pero el destino quiso que nuestra llegada coincidiera con las fiestas de San Telmo. Procesión al anochecer, fuegos artificiales, música y la quema de una cuba antigua como marca la tradición fueron suficientes para dejarnos atrapar por la historia y las tradiciones de este pueblo de que con apenas 900 habitantes, sabe vivir y disfrutar de sus fiestas.
La iglesia de San Pedro es del siglo XV y está realizada en estilo gótico, su portada es renacentista y fue realizada en 1560.
Interior de la iglesia de San Pedro
El interior esta dividido en tres naves con pilares que soportan bóvedas de crucería estrellada. Preside el presbiterio el retablo mayor, diseñado en 1636.
Pero la verdadera joya de Frómista es su iglesia de románica de San Martín, fundada en el siglo XI por la esposa de Sancho el Mayor. Se compone de tres naves y tres ábsides, cimborrio octogonal y bóveda de cañon.
Iglesia románica de San Martín. Frómista
San Martín de Frómista
Celebrando San Telmo junto a la iglesia de San Martín.
Es toda un antigua tradición en Frómista la quema de la cuba la noche anterior a la festividad de San Telmo, pero lo realmente atractivo es una procesión de "El ole" que comienza a las diez en la iglesia de San Pedro, recorriendo al son de la música las calles del pueblo. La preside el mayordomo mayor que porta una cruz en la que aparece San Telmo y de la que cuelgan unas cintas rojas y otras más que representan a los diputados y cofrades. Durante el largo recorrido que puede durar hasta seis horas, los participantes bailan mientras enarbolan palos, bastones, porras y escobas al grito de Viva San Telmo, Viva San Telmo y la extraña frase "!Esto no es ole, esto no es ole¡" que se repite constantemente durante el recorrido por las calles.
La cuba antes de ser prendida.
La cuba ardiendo.
Tras leer un pregón en la casa donde parece ser nació San Telmo, la comitiva continúa por las calles hasta terminar de nuevo en la iglesia de San Pedro. Pero los peregrinos deben descansar y la cama nos espera para coger fuerzas y seguir hacia nuestro próximo destino, Carrión de los Condes.
A veces las coincidencias te llevan a disfrutar de momentos y situaciones que desconoces, forman parte de un pueblo y de su historia y son la viva imagen del pasado transmitido por los siglos hasta nuestros días.
Yo, que amo las tradiciones, puedo asegurar que la noche San Telmo en Frómista me produjo una sensación de placer tan grande que siempre la llevaré conmigo. El Camino tiene estas cosas y tantas otras, que es infinitamente mágico.
Pincha para ver.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
martes, 22 de julio de 2014
Piedras o historia?
Piedras simplemente o parte de nuestra historia? A veces los humanos somos tan egoístas que por esa causa nos dejamos en el camino tantas cosas de las que luego nos arrepentimos.
La huella del pasado es fácil de observar, sólo hace falta dejarse llevar por unas simples piedras para sentir la importancia de un espacio, de un lugar, de un monumento que ante nosotros se antepone con toda su mejestuosidad y nobleza, cualidad por la que a muchos nos inspira respeto y admiración.
Era una tarde calmada de invierno que pronto quedó sumida en la oscuridad, eran dos siluetas que se movían al amparo de esa protección que parece infringir la noche, tardaron un rato en entender qué hacían allí, más un sueño les movía a pesar del frío y de la imagen borrosa de sus ojos deseosos de salvar aquellas piedras.
El lugar estaba como asediado por los desperdicios acumulados a su alrededor. No podían saber si aquello que estaban decididos a hacer era lo mejor, pero al final y tras algunas palabras con los municipales y previamente con la autoridad, decidieron seguir adelante. Las piedras fueron abandonando su hogar de estrellas para pasar a mejor sitio, las más voluminosas se fueron quedando huérfanas de sus pequeñas acompañantes y la noche una vez más volvió a brillar en el parque del palacio. Antes, otras siluetas ya habían recorrido el espacio que acumula lo que es de todos para convertirlo en algo propio, cosa que a veces no parece importarnos mucho y más si lo que desaparece nos en nuestros y si de todos.
La majestuosa piedra de esta tierra guarda recuerdos imborrables, cada una de ellas es parte de nuestra historia, del pasado presente y futuro, de las conquistas y de los abandonos, de los personajes que lucharon y murieron sintiendo la vida y respirando el último aire de su Cadalso natal. Hoy somos nosotros los dueños del legado que nos han transmitido otros anteriores cadalseños, y por lo tanto debemos recuperar y proteger todo lo que a nuestro alrededor huele a historia, todos esos vestigios de un pasado floreciente que hoy son testigos de lo que aquí hubo y ocurrió, a veces representado en unas sencillas piedras cargadas de siglos.
Las piedras y las siluetas formaron una sola imagen en la noche, no había en ellas una sola señal de que estaban haciendo lo mejor, tampoco estaban muy convencidos, pero la abulia de las gentes y de los años les animaba a rescatar cada una de estas inertes piedras. Ninguno de ellos decía nada, la decisión estaba compartida, esta vez para bien de las piedras y del pueblo y no como tantas veces había sucedido y sucederá.
Dejemos que el pasado nos hable, valoremos lo que tenemos, sigamos luchando por lo que otros nos dejaron y olvidemosnos por un momento de lo que no tiene importancia, de lo superfluo, de eso que no nos lleva a ninguna parte y que tantas veces nos enfrenta.
Hoy, las piedras que durante siglos durmieron bajo las estrellas descansan en el patio de la Oficina de Turismo, nadie sabe por cuánto tiempo, tampoco las dos siluetas pueden afirmar que estén todas, pero al menos una parte se ha salvado, aunque como casi todo en este pueblo que a veces parece seguir por una vereda perdida en el tiempo y en la historia, nunca sabremos si para siempre.
Esta historia se consumó el día 1 de diciembre de 2012, las siluetas todavía hoy saben que la operación no ha terminado y que al amparo de la noche, las inclemencias y las manos de lo ajeno, siguen estando muchas más piedras que por su volumen y peso no pudieron se rescatadas.
Sólo hace falta tener un poco de sensibilidad y sentido común, mucho amor por Cadalso y bastante visión de futuro, para darse cuenta que todas estas piedras que desde hace años se encuentran tiradas en el parque de Palacio, deberían descansar en un museo del pueblo para placer de todos y para protección de nuestra historia que siempre estará escrita en ellas.
Cuándo tendremos en Cadalso un museo del vidrio, un museo etnológico o un museo de nuestra historia?
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
lunes, 21 de julio de 2014
La Corredera el sábado 19 de julio
Así estaba la Corredera el sábado cuando la lluvia veraniega comenzó a caer. Solitaria y tranquila, sin niños, sin apenas coches el lugar parecía estar anclado en otra estación. Menos mal que sólo fue el sábado y ya el domingo el tiempo volvió a ser normal para esta época, volviendo los coches, los niños, las terrazas y la vida.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
domingo, 20 de julio de 2014
Palacio de Don Álvaro de Luna en la portada de ABC
El domingo 19 de julio de 1953 al diario ABC publicó en su portada esta imagen del Palacio de Don Álvaro de Luna en Cadalso de los Vidrios. Hace exactamente 61 años de esto y por la imagen podemos ver que el palacio ha sufrido alguna modificación, como la torre y el tejado de la izquierda que ya no existen.
Zorro Corredero