LA PEÑA DE CENICIENTOS
Es amazona de yelmo y cimera
y milenaria testa coronada,
reinando sobre el valle indisputada
nuestra inigualable Peña Buvera.
Usó loriga y tizona guerrera
y cota de malla en luna engastada
y yegua indómita de una yeguada
que pastaba indócil por la ladera.
Y cuando los coruchos se asentaron
y el valle lo
alfombraron de viñedos
y a esta tierra fértil fecundaron,
las armas ocultó entre los roquedos
y
las hercúleas manos mostraron
el ramo de un olivo entre los dedos.
Saturnino Caraballo
Gracias Pedro por tener a los coruchos, siempre presentes, en tus reportages y escritos.
ResponderEliminarAlberto Ayuso
ResponderEliminarEs evidente que Cenicientos y Cadalso siempre han formado parte de un solo ente por muchas y entrañables cosas.
Un saludo a todos los coruchos/as.
Pedro
Zorro Corredero
ResponderEliminarEs evidente que Cenicientos y Cadalso siempre han formado parte de un solo ente por muchas y entrañables cosas.
Un saludo a todos los coruchos/as.
Pedro
Zorro Corredero
ResponderEliminarEs evidente que Cenicientos y Cadalso siempre han formado parte de un solo ente por muchas y entrañables cosas.
Un saludo a todos los coruchos/as.
Pedro
Zorro Corredero
LA PEÑA BUVERA
ResponderEliminarRoca colosal, muro y horizonte,
firme y granítica Peña Buvera,
te hizo la creación alba cimera,
hito y estandarte de nuestro monte.
Águila imperial de vuelo en remonte,
ave bicefala ahora pionera,
embrionaria y abriéndole frontera
a Cenicientos y el futuro afronte.
La Buvera demanda un mirador
con lupa incorporada y catalejo,
roquedo monolítico exterior,
de las luces pináculo el reflejo
del impulso corucho creador
que a la Buvera enmarca en este espejo.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
NOCTURNO EN LA PEÑA
ResponderEliminarEn tu contemplación Peña infinita,
mecido por el pinar y su coro,
siento el resinar manantial sonoro
que en el silencio nocturno crepita.
Mi amante corazón sueña y palpita
cuando hilan tu cima las brisas de oro,
y las hadas culminando su exploro
vuelven a su hogar en la Piedra Escrita.
Arriba el sol naciente tornasola
apacible, sin explosionar de ola
extendiéndose abajo en la llanura,
sobre el pueblo que ya poco madruga,
moviéndose con pasos de tortuga,
amorfo y ya sin pulso y sin premura.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LAS FLORES DE LA RETAMA
ResponderEliminarLas flores de la retama
son adorno en la ladera,
bajo la Peña Buvera
junto al tomillo y la grama.
Y nuestro pinar se enrama,
y en Cenicientos se entraña
su Peña que a nadie extraña,
y al ponerse en ella el sol
vemos como el arrebol
es la bandera de España.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho