Florentino fue cartero de Cenicientos durante muchos años,
prácticamente toda su vida, también vendía los billetes de El Gato en el bar la
Parada, lugar donde siempre ha parado El Gato y donde todavía hoy en día lo
sigue haciendo.
Florentino era soltero y vivía con su hermana en la calle
Larga, desgraciadamente Florentino falleció hace años. Sirva esta imagen como
recuerdo y homenaje de este gran corucho.
Zorro Corredero
Foto: Luis Ayuso
Luis Alberto Ayuso es una persona con una sensibilidad, una inteligencia y una discreción refinada. Es tan buen corucho como buen soplón. Persona abierta a la vida, a esas enseñanzas que ella nos regala y que él recoge hablando y recorriéndola por fuera para, luego, con más calma, recorrerlas por dentro. ¡Ah! y es buen español. A los cuatro vientos lo proclama orgulloso de serlo y manisfestarlo. Quedan tan pocos, que él los dignifica con su porte de hombre de bien. Vaya para él mi sincera admiración.
ResponderEliminarTienes toda la razón y estoy totalmente de acuerdo con la descripción que haces de Alberto apreciado Miguel. Pero de casta le viene al galgo, y es que su padre debió de ser un gran personaje, yo le admiro por esa pasión por la fotografía. Hombre de claras ideas, de amor por Cenicientos y gran visión de futuro, como nos lo ha demostrado con ese archivo fotográfico sobre Cenicientos digno de alabanza por todos, corucho o no, y desde luego muy merecido de que las autoridades de Cenicientos se dieran cuenta que en estas fotos está la vida, costumbres e historia de todo el pueblo de Cenicientos en el pasado siglo XX y se les iluminara el cerebro para realizar con todas estas fotos un libro.
ResponderEliminarComo me hubiera gustado conocer a Luis Ayuso y haber compartido con él esas escenas irrepetibles que nos ha legado en forma de fotografías.
Un abrazo Luis y Alberto y gracias por estas fotos únicas e irrepetibles.
Pedro Zorro Corredero
Muchisimas gracias Miguel, Pedro por vuestros comentarios, pero.... yo se que os pierde vuestro sentido de la amistad. No creo ser merecedor de tales elogios, lo que si os digo es que desde ahora, para no defraudaros, intentare estar a la altura de vuestras espectativas y bonhomía (como me gusta esta palabra).
ResponderEliminarLuis Alberto Ayuso
EL CARTERO DE CENICIENTOS
ResponderEliminarCartas al aire surcando
volaban omnipresentes;
volutas de humo trazando
de quien se hallaba esperando
noticias de los ausentes.
Días de placida calma,
la vida como en suspenso
con el corazón y el alma
prendidos sobre la enjalma
de la mula al darle el pienso.
Inmersos en las labores
que los campos acarrean,
sin noticias exteriores
no había televisores
ni radios que las airean.
La figura se esperaba
que paraba ante la puerta,
y llamaba con la aldaba
a la casa que anhelaba
buen suceso en carta abierta.
Y allí estaba Florentino
siempre con la boina puesta,
a quien se ofrecía un vino
rechazado con buen tino
no siendo aquella su fiesta.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LAS CARTAS DE LAS ABUELAS CORUCHAS
ResponderEliminarSe escribieron innumerables cartas,
cual collares perlíferos en sartas.
Las más tintadas y orladas de luto
de años tristes en páramos sin fruto.
Fui de muchacho amanuense forzoso,
próximo al hecho feliz o escabroso.
De acoso por unas madres y abuelas
y forzado a leer cartas y esquelas.
Venían de Ceuta o desde Melilla,
quintos que surcaban del mar la orilla.
Mozas garridas sirviendo en Madrid,
que aseguraban triunfar en la lid.
Temibles eran enlutadas viejas,
arcaicas en sus dichos y consejas.
-¡Esa que vuelva de su madre al papo,
y no restriegue por la cara el trapo.
Prepárate esta se la escribimos a mi Antoño,
quien con tanto pedir tiesta me tiene hasta el moño.
-Escribe y dile a mi hija que se ha muerto el borrico de la Felisa,
no fue por su padre y ahora por el borrico no pierde misa.
-Cuéntale a ese que vino un bando de agua y nos cayó el pedrisco
y la viña del "Cardenchal" cuajaíta de uva ha hecho cisco.
-Te hago saber que el Perico se ha vuelto del todo bolo
y era lo único que faltaba al padre el tío Bartolo.
-Ahora el muchacho me escribe a mi, tercia, la tía Marica,
todas tuercen el gesto pero a la temible vieja nadie replica.
-Pues te hago saber que tu hermano es un borrachuzo,
y ayer, en la cabeza fuerte, le estampé el chuzo.
-Ahora en "La huerta de las Ánimas" tiene de amo al tío Manuel,
y entre tan vago y borracho no sé cuánto aguantará con él.
-Y te quiés creer que se lleva llenas de vino dos calabazas,
y a fe que deja sin vino la tinaja y la lumbre sin tenazas.
-El Manuel lo ha puesto guarda pá cuidar de los furtivos los conejos,
y él a la sombra de un chaparro pimpla viendo volar a los vencejos.
-¡Tú no sabes que cruz tengo yo que soportar con tu hermano!,
y a la Virgen del Roble pido que me tenga de su mano.
-Pos ahora ná más digo y doy la vez a la Fidela
pá que el Satur le escriba y nos dé memoria de su abuela.
-Ha parío la guarra grande que tú conoces cinco coratillos,
y los vamos a vender a un forastero de fuera pá cochinillos.
-¿Sabrás que la Carmen anda de médicos y dicen que es cosa mala?,
y el marío por el gasto apuntao se ha, a las cosas de la iguala.
-Dice tu padre que de agua y de tempero viene muy bueno hogaño,
y arando anda en la labranza y piensa que tendremos buen apaño.
-A ver si este año venís a las fiestas pá ir juntos a los toros,
que dice el Señor Alcalde que habrá buenos cobetes y coros.
-Te dejo y doy paso a la Tomasa que quiere escribir a la nuera,
y voy a pedirle al señor cura una novena pá que menos gente muera.
-Te digo nuera que tengo el cuerpo lleno de un sarpullío,
y a pesar de darme un emplasto tengo el ánimo escacío.
-Me paso las noches rascando con un frío del copón,
envolviéndome en la cama, con la borra del colchón.
De este jaez y otros peores eran todas las misivas,
pues con harta frecuencia hablaban de vientres y lavativas.
Todas se juramentaban en darme buenos aguinaldos,
y llegado el día higos secos y unas castañas pilongas,
pese a ser muchacho paciente harto estaba de milongas,
y en el pesebre a la mula, echaba aquel condumio de saldos.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho