Otoño presente, invierno en la cera de enfrente
El otoño ha terminado, la lluvia fue muy escasa y los
árboles nos cautivaron con sus hojas que este año duraron más, es la atracción
de los colores lo que nos embelesa y cautiva cada otoño.
En cualquier paseo por nuestros campos o montes, podemos
observar como el color de la naturaleza comienza a cambiar a medida que el
otoño se aproxima al invierno, muchas son las variedades de árboles que en cada
rincón de Cadalso o de cualquier lugar adquieren esa tonalidad de colores que
va transformando la policromía del paisaje hasta llegar a una belleza que a
todos nos atrae.
Es esa magia con la que la naturaleza sabe seducirnos en
cada estación, porque si es verdad que cada estación es diferente, no cabe la
menor duda de que todas tienen algo que es capaz de hacernos sentir el esplendor
de tanta hermosura.
Cada árbol adquiere un tono de color distinto, y si miramos
de lejos apenas distinguimos que árbol es, solo el tono de cada uno de ellos
acentúa los matices que conforman nuestra mirada. Qué difícil debe ser plasmar
estos colores naturales en un lienzo, sólo los mejores pintores sabrían que
colores mezclar para conseguir las distintas tonalidades de cualquiera de estos
paisajes que el otoño nos regala.
A medida que nos acercamos, los tonos parecen más claros, podemos
ver mejor las hojas e incluso los frutos, es en este momento cuando la amalgama
de colores se pierde para dibujar un solo color que nuestro ojo capta sin la
dificultad de esa mirada lejana donde todo se mezcla.
Podemos observar un madroño, un roble o cualquier otra
especie arbórea, a media distancia captamos toda la belleza que nuestros ojos
retienen, es como una cámara fotográfica, solo que la hemos puesto en ráfaga y
cada segundo una nueva imagen se va grabando en nuestra retina, que nos inunda
y nos relaja para al final quedarnos sólo con la mejor percepción que nuestros
sentidos, principalmente la vista, ya
han convertido en una estampa que se grabará para siempre en el disco duro de
nuestro enorme y potente cerebro, ya le gustaría a cualquier disco duro tener
la capacidad de almacenamiento que pueda tener nuestro cerebro, unos más que
otros, que conste.
Pero la mirada no para ahí, la capacidad de ver va mucho más
lejos y es en las cortas distancias cuando nos percatamos de esos pequeños
detalles que nunca se pueden ver y apreciar en la lejanía. Unas hojas, unos
frutos, el color, la estructura, todo es capaz de hacernos sentir que la
naturaleza esta viva, es sencillo dejarnos atraer como el imán atrapa al hierro, todo ocurre en segundos y puede ser algo
tan liviano como unas simples hojas.
De cerca todo es más apreciable, podemos sentir los latidos
de la naturaleza y la sencillez de la creación en unas meras hojas de madroño,
de roble, de encina o de la cadalseña y abundante cornicabra y hasta de una
cepa, sólo son hojas, pero todas forman parte de nuestro emblemático entorno, y
todas cada otoño non vuelven a regalar la enorme sutileza de su textura y
color.
En unos días el duro invierno que acaba de llegar, volverá a
aniquilar las hojas haciendo desaparecer los colores del otoño, todo se volverá
gris y la naturaleza descansará en el largo sueño invernal hasta que los fríos
desaparezcan y la siguiente estación pida paso, entonces habrá llegado la
primavera y con ella volverán a resurgir los brotes de la vida, esa vida que
cada año se convierte en el milagro de la naturaleza.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Preciosas fotos del otoño cadalseño.
ResponderEliminarGracias y Feliz Año.
Mariano
De verdad que el otoño en una preciosa estación de Cadalso, y todavía lo es más en tus fotos. Una vez más te agradezco esos detalles, esta vez en hojas, que nos regalas.
ResponderEliminarSabes captar ese detalle que a primera vista no se ve y también tienes la magia de saber encontrar con tu cámara lo que al ojo humano a veces se le escapa.
Muchas gracias por los buenos ratos que paso gracias al Zorro y Feliz Año 2014.
Un beso.
Inés
Muchas gracias Inés y feliz año 2014 también para ti y tu familia.
ResponderEliminarUn saludo.
Pedro