“EL DÍA DE LA PÓLVORA”
En
la mañana del 13 de Septiembre, “Día de la Pólvora”, tomo la bici y marcho para
hacer una ruta que me permita alcanzar las estribaciones de Cadalso a las 13h.
(el 13 a
las 13). Durante los últimos cinco años he tenido suerte y esta jornada suele
amanecer serena, soleada y sin calor, con una temperatura suave que es como un
heraldo del otoño venidero que en forma de hojas de chopos (que ya comienzan a
cambiar de color) colaboran a sumirme en mi estado anímico más óptimo para
afrontar estos festivos y emotivos días. Afortunadamente mis previsiones no
suelen fallar y sobre esa hora estoy a unos dos o tres kilómetros y veo -y
siento aún más- las primeras volutas del humo de los cohetes en suspensión por
todo el lugar. Se me pone el consabido nudo en la garganta (hay que darle un
nombre) y en un lapsus vertiginoso pasan por mi mente muchas personas queridas
y otras que sin ser queridas, como se entiende al uso, las admiro porque pertenecen
a ese lado oculto en el que cada uno metemos gentes, lugares o acciones que
intuimos irrepetibles a lo largo de nuestra existencia y que acaban siendo
eternos en el recuerdo. Entro por la calle Real y entonces -apostado sobre la
bicicleta en un rincón- veo pasar niños, adultos, gigantes y cabezudos (vestiglos
y endriagos, diría D. Quijote) encabezados por el “cohetero” y la banda
de música.
Todos juntos hacen de ese instante uno de los más especiales del año para los cadalseños-as. Es un momento que aparentemente se repite cientos de veces en cientos de lugares pero que en el interior de muchos de nosotros es mágico y se proyecta hacia nuestra más pura e íntima esencia cadalseña. Así me lo parece mientras ante mis ojos desfilan risueños los presentes, los ausentes ya lo hacían callados desde hace tiempo por mi corazón...
Todos juntos hacen de ese instante uno de los más especiales del año para los cadalseños-as. Es un momento que aparentemente se repite cientos de veces en cientos de lugares pero que en el interior de muchos de nosotros es mágico y se proyecta hacia nuestra más pura e íntima esencia cadalseña. Así me lo parece mientras ante mis ojos desfilan risueños los presentes, los ausentes ya lo hacían callados desde hace tiempo por mi corazón...
Esa
medianoche es sobresaltada por la “cubetería” que siempre suele ser mejor o
peor -según cada cual- que la del pasado año pero que arranca parecidas
expresiones de admiración y sorpresa. –“Oooh”, "¡Queee boniiito!”, exclama
la gente cuando los colores, las formas y la luz de “la Pólvora” inundan e
iluminan la noche cadalseña desde la zona cercana de “La Castellana”; antaño
lugar de peregrinaje de nuestras madres a su arroyo para lavar sus humildes
sábanas blancas -siempre pulcramente remendadas, siempre inmaculadas-; hogaño
sitio idóneo dónde remendar por una noche viejos recuerdos -ya no tan blancos,
ya no tan alegres-, que surgen con ritmo de himno musical de entre una cruz con
fuegos de artificio prendidos a la imagen triste de un hombre bueno que fue
humillado y que nosotros buscamos redimir en estas fechas.
Te
conmueves y no sabes muy bien por qué, pero te ocurre durante muchos momentos
en estos días. Unas veces es una cara conocida que vuelves a ver después de
muchos años de ausencia y que retorna atraída por la llamada de la tierra,
otras son evocaciones de acontecimientos acaecidos otros trece de Septiembre,
cuando ya todo comienza a oler a un imparable otoño, cuando ya todo poco a poco
empieza a ser invadido por el sosiego, la reflexión y la melancolía. Justo
entonces es cuando Cadalso se desmarca, se aísla y entona su propio canto a la
emoción y la alegría. Porque la de Cadalso -deben saber los foráneos- es
siempre una alegría emocionada, no la concebimos de otra manera. Somos así. Han
de ser las cosas del entorno -o el agua- que te atrapan sin remisión, las
causantes de que muchos sólo sepan reír llorando. Un amigo mío lo define muy
acertadamente como la alegre tristeza de vivir.
Será
por eso que el pueblo vuelve a ser bello -una belleza distinta, eso sí- cuando
pasado el jolgorio busca adormecerse lento en los inigualables días otoñales de
vendimia, níscalos y amor. Será por todo eso y mucho más que se siente mejor
que se escribe, que el cadalseño es un héroe anónimo, de esos que nadie
recuerda porque son diferentes a los que la gente está acostumbrada a venerar.
Son héroes sigilosos y enigmáticos que dejan su vida, su juventud y su primer
sueño de niño, ocultos entre sus silenciosas utopías cadalseñas que abrigaron
una noche de “la Pólvora” como ésta no muy lejana.
Miguel MORENO GONZÁLEZ
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Escrito imposible terminar de leer....parece estar leyendo sus memorias ....y el saludo de la muñana también pesadisimo .....siempre igual ...su bici ......y lo de siempre:-(
ResponderEliminarPues no lo leas
ResponderEliminarNo lo leas no!!!!!! Todo el mundo tiene derecho a opinar, a sólo podéis opinar vosotros, además tiene razón el comentario anterior y la crítica siempre es buena. Un mostoleño
ResponderEliminarYo admito la critica pero lo que no admito es esa forma de echar todo por tierra, este hombre escribe lo que el desea, tu lo lees o no, te gusta o no, te llega o no, es tu gusto lo que te hace que el escrito te guste o no te guste, pero el problema viene dado cuando las cosas gustan según el que lo escribe y dependiendo de su orientación política o sus amistades, entonces nada tiene valor, es la crítica enferma que solo pretende herir y hacer mal.
ResponderEliminarLo siento, pero en Cadalso muchos ya estamos hartos de los críticas porque si y para joder al prójimo.
A mi unas veces me gusta y otras no, pero jamás me meto con la persona que desinteresadamente nos entrega parte de su tiempo.
Gracias a todos.
En cadalseño
Totalmente de acuerdo, Cadalseño, es muy fácil criticar porque si, lo que ya no lo es tanto es aportar lo que uno puede o quiere. En fín, como decía un sabio de la Historia, el Profesor Angal Bahamonde, somos un país muy cainita.
ResponderEliminarMiguel, no cambies, sigue en tu linea eres junto con Pedro, Jose Luís, Canillo, etc, un privilegio que tenemos los cadalseños.
Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "El día de la Pólvora. Cadalso de los Vidrios":
ResponderEliminarDice el primer comentario "anónimo": "Escrito imposible terminar de leer....parece estar leyendo sus memorias ....y el saludo de la muñana también pesadisimo .....siempre igual ...su bici ......y lo de siempre:-("
Es ocurrente eso de "...su bici......y lo de siempre" Se los debe leer todos para conocerlos. Demuestra que para opinar primero hay que informarse. Muy bien. ¡Perfecto!
Ahora falta que usted escriba para saber cuáles son sus aficiones. Y no olvide firmarlo, por favor. Es mucho más ético, digno y honesto para poder debatir con educación y de forma constructiva. Así aprendemos todos de todos. Si nos gusta su escritura la seguiremos y si no... pues hay cientos de miles de alternativas que podremos seguir. Hágame caso, no se enfade y no le vuelva a leer. Él no escribe para usted.
Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "El día de la Pólvora. Cadalso de los Vidrios":
ResponderEliminarAQUIEN NO LE GUSTE QUE SE DE UN PUNTO EN LA BOCA,SI NO CRITICAMOS NO ESTAMOS AGUSTO POR FAVOR.
Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "El día de la Pólvora. Cadalso de los Vidrios":
ResponderEliminar¡Cuánta bilis absurda! Y eso que habla de Cadalso, sus gentes, sus costumbres...
Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "El día de la Pólvora. Cadalso de los Vidrios":
ResponderEliminarPara criticar todos valemos pero para escribir y narrar las costumbres y vivencias de ciertos acontecimientos no todos valemos. Pido a todos los que hacéis estos BONITOS reportajes, que NO os desaniméis y continuar en esta trayectoria, que alguien os lo agradecerá. EMILIO.
LA PÓLVORA CORUCHO
ResponderEliminarEl cohete silbando sube al cielo
y en luz el estallido se desgrana,
y en esquirlas cristalinas se desgrana
la inminente caída sobre el suelo.
En su vuelo es afilado escalpelo
que corta y saja a golpe de campana,
y en ascensión celeste filigrana
que envuelve su fulgor en terciopelo.
Y se van sucediendo en el ascenso
cohetes entre ruido y alborozo
que a los coruchos lleva al mutuo acuerdo,
de mostrar en la pólvora un consenso
que los une festivos y en el gozo
de en la fiesta aparcar el desacuerdo.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA PÓLVORA CORUCHA
ResponderEliminarEl cohete silbando sube al cielo
y en luz el estallido se desgrana
y en esquirlas cristalinas allana
la inminente caída sobre el suelo.
En su vuelo es afilado escalpelo
que corta y saja a golpe de campana,
y en ascensión celeste filigrana
que envuelve su fulgor en terciopelo.
Y se van sucediendo en el ascenso
cohetes entre ruido y alborozo
que a los coruchos lleva al mutuo acuerdo,
de mostrar en la pólvora un consenso
que los une festivos y en el gozo
de en la fiesta, aparcar el desacuerdo.
LA TRACA CORUCHA
ResponderEliminarLa pirotecnia instalada
en el barrio de los Caños
transcurridos tantos años
es la fiesta anticipada.
De fiestas es nueva añada
reina claridad opaca
y de agosto la resaca,
mas al volar el cohete
nada es el ruido que mete
comparado al de la traca.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
QUINCE DE AGOSTO EN CENICIENTOS
ResponderEliminarAlegra el toque de diana
del cohete el estallido
en la matinal jornada,
se mezclan silencio y ruido.
Churros vende en la plaza
y se forman largas colas,
todo el mundo mete baza
y se crea un fragor de olas.
Colgadas las serpentinas
ondean multicolores,
mezclándose golondrinas
con sus vuelos bienhechores.
Después toca acicalarse
para asistir a la misa,
es día de engalanarse
profusamente y sin prisa.
Es costumbre estrenar algo
rayano en la tradición,
"¡tanto tengo y tanto valgo!",
como en una exposición.
En la Iglesia no se cabe
con tanta aglomeración,
caras de quien nadie sabe
vástagos coruchos son.
Gentes que un día se fueron
abandonando sus casas,
los edificios se hundieron
y no quedaron ni brasas.
A la par surgen preguntas,
"¡yo te saco por la pinta,
esas cejas cejijuntas
recuerdan a la Jacinta!"
Hechas las presentaciones
todos se hacen amigos,
se reviven emociones
y entra el sol, por los postigos.
Luego la Virgen bendita
es sacada en procesión,
y hay quien se enardece y grita:
"¡Madre imparte bendición!".
La fe del pueblo es así:
serena,parca y sencilla.
Lo mismo me ocurre a mí
y esta fe me maravilla.
Ramos de albahaca llevan
que perfuman el ambiente,
y a la Virgen los elevan
y los aspira sonriente.
Después hacen una puja
para llevarla a la ermita,
y el adinerado empuja
y el malestar se concita.
La comida es en familia
todos en torno a la mesa,
familiares reconcilia
cuando hay visita sorpresa.
Luego vamos a los toros:
aquí somos muy taurinos.
Hay peñas cantos sonoros
y de los mejores vinos.
Y como se suscita el hambre
al terminar la corrida,
aplacamos el calambre
en la mesa abastecida.
Las fuentes con los jamones,
a darles fin nos emplaza
en el aire las canciones,
y los bailes en la plaza.
La Virgen a todos une,
en este quince de agosto
y a desunidos reúne
a un bajo precio de costo.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
Pedro Alfonso muy bonita foto de los FUEGOS ARTIFICIALES buenas tardes
ResponderEliminarAgustín Capitán Sanchzez