Era una tarde calmada y la oscuridad
abrazaba la calle, yo llamé a su puerta y aquella mujer que tanto apreciaba su
pueblo, me miro y me invitó a pasar. Tardó un rato en comprender lo que yo quería,
luego se dispuso a colaborar en mi petición, y ante mi aparecieron piezas de
vidrio de las fábricas de Cadalso, una jarra de colores de preciosa factura,
otra que contenía agua de Lourdes, algunas copas y otras que no logro recordar.
Columnas que soportaban viejas paredes, pilas talladas a mano por antiguos canteros
cadalseños que reposaban en los siglos de aquel viejo corral, todo fue pasando
ante mis ojos en pequeños espacios de tiempo. Fueron breves pero cargados de
confianza los instantes que allí viví, tan intensos que me pareció estar
viviendo en otra época siglos atrás, mientras, en mi mente se recreaban
historias de la Inquisición, dolor, penas, humillaciones que allí pudieron
acontecer.
Pasaron los años, comenzó otro siglo, la casa sigue ahí convertida
en alojamiento rural, todo parece igual que ayer, todo continúa, sólo Justi ya
no está, todo es distinto, creo que ya nada es igual.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Bonita foto.
ResponderEliminarUn besazo para mi abuela
josuhc@hotmail.com
Excelente foto y muy buen mensaje
ResponderEliminarLa casa del tio Miguel ""el cano""que recuerdos tan bonitos me trae esa casa,alli cabíamos todos,cuando ensayábamos los coros y danzas y las comparsas,siempre fuimos muy bién recibidos,buenas personas ,tanto los padres como los hijos...un recuerdo muy afectuoso para todos ellos,allí donde estén...un saludo Pedrito....JUANY
Bonita casa se ve en esta foto, y cargada de grandes recuerdos.
ResponderEliminarGracias Pedro genial
ResponderEliminarNieves Salas
Que bonita..la calle de la Iglesia la están arando......
ResponderEliminarCarmen Frontelo Morales
LA CALLE DE LA IGLESIA
ResponderEliminarLa calle de la Iglesia,marchando en cuesta arriba,
de pasos que han sido miríadas de memorias,
aconteceres sabe de múltiples historias,
cribadas por el cedazo abierto de la criba.
La calle de la Iglesia, marchando en cuesta abajo
con sus riadas de lluvia en las tardes tormentosas,
oyó el toque a maitines y el toque que a los fosas
conducentes nos conducen al hondón más bajo.
Por calle de la Iglesia, surcaban las barquillas
hechas con las cortezas del tronco de los pinos
por muchachos coruchos una infancia que enlaza
madurez y declive,bajel en sus orillas,
concomitantes con las sendas y los caminos
de una vejez placida sentados en la plaza
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta corucho
LA GUARDIANA DEL HUERTO
ResponderEliminarSi tu habilidad de hortelana flota,
y tu espíritu está aquí, y permanece,
ni la hoja, ni la planta se adolece,
ni el ábrego ni el hielo la derrota.
Si en su ambular el céfiro se agota,
y sobre aquí benéfico amanece.
Ángela será, quien reaparece
desde la vida eterna tan remota.
Porque a través de ti la vida sigue,
encarnada en tus hijos y en tus nietos,
y es la materia lo que se agusana
y tu enseñanza sobre mí prosigue,
¡madre!, pídele a Dios en sus decretos
que del huerto sea tu alma guardiana.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA URDIMBRE DEL TIEMPO
ResponderEliminarLa urdimbre del tiempo obrando,
su paso por cuanto aflora
solo el recuerdo se añora
de cuanto fue dulce y blando.
Los años se van pasando
bien envuelto el embalaje,
el atavío y el traje
del camino recorrido
por cuanto amamos y es ido
y es figura del paisaje.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
TRENZO MI CESTA DE MIMBRE
ResponderEliminarTrenzo mi cesta de mimbre
a lo largo de los días,
y eludo necias porfías
mientras prosigo la urdimbre.
A lo lejos suena un timbre,
el de las mañanas frías;
fuego de mis poesías
hacen que mi vida cimbre.
Ya perdida la ambición,
que alenté en la juventud,
no hago nada que me altere:
ya no más contradicción
si a pesar de la inquietud,
todo pasa y todo muere.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
Bonito relato Pedro
ResponderEliminarPilar Calvo Villarín
Muchas gracias Pili.
ResponderEliminarUn saludo.
Muy bonito
ResponderEliminarMaria Antonia Hernández
Muchas gracias
ResponderEliminarBuenísima persona era Justi
ResponderEliminarAna María Alfonso Álvarez
Menuda casita tenia el tio CANO
ResponderEliminarAntonia Frontelo Morales
Muchos buenos recuerdos me traí esa casa muchas gracias
ResponderEliminarMagdalena Martín Moreno
Buenas personas
ResponderEliminarAntonia Frontelo Morales
Precioso retato tu y justi bonita casa
ResponderEliminarAna Diaz
Pedro como se lo puedo mandar a Kiki. No tiene face que yo sepa
ResponderEliminarAhora esta de viaje
Loren Alfonso Jeronimo
Mándaselo por whatshapp.
ResponderEliminarUna casa preciosa
ResponderEliminarSusana Nicolas Lahoz
Esta es la casa del tío cano
ResponderEliminarSagrario Carrillo Lago
Que recuerdos la noria ....los girasoles ...que luego nos comiamos con las telefonicas sentadas en la escaleras de la iglesia .ummmm que rico estaba todo y natural
ResponderEliminarMaria Álvarez Alvarez
Muy bonita historia Pedro
ResponderEliminarMaria Agustina Arribas Gómez
Muchas gracias Agustina.
ResponderEliminarUn saludo
Bonito y triste relato
ResponderEliminarMaría Consuelo Lajara
Esa casa la he visitado mucho de pequeña me gusta mucho verla
ResponderEliminarMagdalena Martín Moreno
Sin apenas conocernos también nos enseñó su casa, Justi, a Agustina y a mi, la chimenea que había en la cocina con sus columnas, el patio, incluso el taller de Luis, que entonces no estaba derruido y arruinado. Cuando por fin vinimos a vivir a Cadalso Justi ya no estaba, era la primera persona de Cadalso a la que quería y a la que ya no volveríamos a ver. Tal vez por aquella amistad que surgió en pocos días siempre mantuvimos muy buena relación con Luis, su marido, y la mantuvimos hasta el final a pesar de que los dos sabíamos lo que ideologicamente nos separaba. Gracias Pedro por ese entrañable recuerdo que yo hago extensivo a Luis, un buen vecino.
ResponderEliminarBonito y tierno homenaje. En nuestras vidas siguen contando los que se nos adelantaron.
ResponderEliminarMaria Eugenia Del Castillo Alfonso